tag:blogger.com,1999:blog-39842190282643746632024-03-19T09:47:43.957+01:00Libre examenUn blog para indagar y cuestionar, con intención rigurosa, pero también con un sano sentido del humor, las muchas creencias absurdas que tenemos los seres humanos.Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.comBlogger334125tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-38689522002228093152024-03-18T14:01:00.000+01:002024-03-18T21:02:40.428+01:00La aporofobia, el uso del lenguaje y su conexión con la realidad<div style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLGtBvIpRt922TYRP73XX4W-Yj6jhhXuNJ-Hu0Q1RDt3YgcqKL4dvVEYF1r8cME2Z7b3GVdNsPg_DjheLXsXa52GJlMx7BXcy-C3J_jw1a7OxF3BCt1s1M7MJ1xGlhz5Ux0dQ98eo8YVRX/s1600/f999x666-112542_207607_15.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="666" data-original-width="999" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLGtBvIpRt922TYRP73XX4W-Yj6jhhXuNJ-Hu0Q1RDt3YgcqKL4dvVEYF1r8cME2Z7b3GVdNsPg_DjheLXsXa52GJlMx7BXcy-C3J_jw1a7OxF3BCt1s1M7MJ1xGlhz5Ux0dQ98eo8YVRX/s320/f999x666-112542_207607_15.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: large;">Un término recientemente acuñado, que acaba de aceptar la Real Academia Española (institución "real", no necesariamente porque tenga que ver con la realidad, sino porque alude a un anacrónico Reino de España), es el de aporofobia: "Fobia a las personas pobres o desfavorecidas". Tiene bemoles el asunto. Es decir, y más adelante pasaré a profundizar un poco más en el asunto, hablamos del clasismo de toda la vida con un barniz más o menos terapéutico gracias al lenguaje.</span><br />
<br />
Ojo, no es que diga que, necesariamente, me parece mal que se acepte la significación de la palabra de marras, y estoy seguro que las intenciones de Adela Cortina, la persona que la empezó a utilizar hacer unas décadas, fueron y son muy loables. En primer lugar, y lo sabrán las personas que echan un vistazo al contenido de este blog, <b>me produce rechazo esa tendencia moderna, o tal vez posmoderna, a poner categorías a toda actitud y comportamiento,</b> como si fuera necesaria simplemente la intervención de alguna terapia individual. Como es sabido, el vocablo 'fobia' alude al temor a algo con una inequívoca etimología psiquiátrica. Es decir, si el clasista, o racista o sexista, de toda la vida se acoge a una llamativa palabra que aluda a cierta 'enfermedad' el tratamiento que le da la sociedad, meramente individual y supuestamente "normalizador", puede ser muy diferente a si profundizamos en causas sociales y culturales para su motivación. Lo estamos viendo con personajes poderosos, que han utilizado su condición para abusar del prójimo, y no han tardado mucho en protegerse declarándose 'sexualmente' enfermos y adoptando alguna abstrusa terapia para buscar remedio. Se obvian así los factores sociales, políticos o económicos, culturales en general, que favorecen las diferencias de clase y los abusos de todo tipo. Insisto, a pesar de ello, no es que me parezca mal a priori el neologismo 'aporofobia'; al menos, para denunciar, no ese miedo o repugnancia hacia la pobreza (que deberíamos tener todos), sino hacia el pobre.<br /><div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/X37JOQSC8oY?si=hoYivRcp1-QvLGEu" title="YouTube video player" width="560"></iframe></div>
<a name='more'></a>Hay quien me ha señalado alguna vez que, las personas de mentalidad más conservadora (me refiero a los que suelen aceptar las cosas tal y como aparecen delante de sus ojos), parecen tener ese temor irracional hasta el punto de que desean, no necesariamente erradicar la pobreza, sino que desaparezcan de la vista sus pobres representantes. Seguro que todos hemos oído esos comentarios que aluden a albergues que acogen a los desfavorecidos y, consecuentemente, si alguien se encuentra en la calle es porque quiere. Por supuesto, esas personas no se cuestionan la naturaleza de esos centros de acogida, ni mucho menos la sociedad e instituciones que generan esas intolerables penurias, simplemente desean que los miserables desaparezcan de su vista. "Siempre ha habido, y siempre va a haber, pobres y ricos", otro de nuestros clásicos. No es solo problema de ciertas generaciones, ese comentario lamentable lo he escuchado también en personas jóvenes. Tal vez, yendo un nivel más allá en el grado de mezquindad, esas personas que parecen sufrir de aporofobia lleguen a racionalizar su visión del mundo: si alguien es pobre, de una u otra manera se lo ha buscado por falta de responsabilidad y esfuerzo. Con fobias, o no, el ser humano llega a ser bastante despreciable. Volvamos al uso del lenguaje, el cual no estoy seguro de que sea performativo, y ahí puede encontrarse el quid de la cuestión.<br />
<br />
Con la capacidad performativa, aludimos a que las palabras, por sí solas, tengan la capacidad de transformar la realidad. No lo sé, tal vez hasta cierto punto, pero <b>soy partidario de la profundización en los conceptos como parte ineludible de su conexión con la actividad humana</b>. Así, me parece primordial recuperar el sentido de términos que, la sociedad posmoderna (capitalista, burguesa y clasista, llamemos a las cosas por su nombre a pesar de cómo pueda sonar para algunos) rechaza por presuntamente anacrónicos o, en otro orden de casos, les otorga un carácter distorsionado. Que el mundo, a pesar de los numeroso avances técnicos y científicos de las últimas décadas, sigue plagado de desigualdad, pobreza y conflictos de todo tipo (tantas veces, fabricados <i>ad hoc</i> para, precisamente, seguir manteniendo ese panorama) es un hecho, a pesar de que n sobrados para acabar con todo ello, pero ninguna voluntad política más allá de la pose de los discursos (otra vez, el lenguaje). Hablamos de numerosos desposeídos (otra buena palabra a recuperar, lo cual nos introduce en toda una reflexión sobre la propiedad), tanto de otras tierras, como de de nuestro propio país, para los cuales ya creamos adjetivos para un mundo terriblemente dividido: tercero y cuarto, respectivamente. Como dije al comienzo del texto, insistamos mejor en llamar a la cosa por su nombre: clasismo. Una sociedad, la de este vergonzante primer mundo, basada en la codicia y el consumismo más irracional, dividida en clases (no solo sociales, de diverso tipo), que tiende cada vez a una menor reflexión crítica. Más que crear nuevos vocablos, deberíamos dar un significado real y profundo a otros gravemente distorsionados en el desarrollo de las sociedades modernas: igualdad, solidaridad y fraternidad (tal vez, bienintencionados a veces en todo tipo de proclamas, pero sin mucha conexión con los hechos); todos ellos, estrechamente vinculados a una libertad, que no puede ser solo un lujo de unos pocos. Sí, lo sé, no puede ser solo en un bello discurso, de eso precisamente hablo. <b>Demos importancia a los palabras, pero con una conexión nítida y profunda con los hechos.</b></div>
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-85977375276669631982024-02-25T11:24:00.000+01:002024-02-25T11:24:05.285+01:00Sobre el hedonismo (las distintas concepciones del placer)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZ1T7fQhE9Yp2VMOh9b2fne1rB5vLWakwoGAEly5xShU_Vh3QqFSrLRloLJLsJni0Wbj7Rv9JEiNRwAuo-iH6XgdLcaZtXFv2uG_mDsxBglcW2niz9PJbg5gvTmXj6KNmRUo8fdA2ihwUf/s1600/titian_andrians.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="284" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZ1T7fQhE9Yp2VMOh9b2fne1rB5vLWakwoGAEly5xShU_Vh3QqFSrLRloLJLsJni0Wbj7Rv9JEiNRwAuo-iH6XgdLcaZtXFv2uG_mDsxBglcW2niz9PJbg5gvTmXj6KNmRUo8fdA2ihwUf/s320/titian_andrians.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: large;">La palabra Hedonismo, como puede suponerse, proviene del griego: <i>hedoné</i>
suele traducirse por "placer". Filósofos como Anaxágoras consideraban
que significaba ciertas sensaciones producto de los sentidos. En la
época de los sofistas (siglo V a.C.), era frecuente considerar que el
placer era causado por la armonía o buena disposición de los distintos
elementos del cuerpo.</span><br />
<br />
<span style="font-size: small;">Por otra parte, con hedonismo se ha aludido a un
bien, ya que es considerado que el placer es el mayor bien. Ese bien
puede considerarse un bienestar en sentido literal, en el sentido de la
armonía o buena disposición que antes se ha mencionado.</span> De todas formas,
hay que aceptar en la historia de la humanidad que, al haber tantas
maneras de entender el placer, lo mismo ocurre con el hedonismo; esa
discusión sobre el término se ha producido no pocas veces en el terreno
de la moral, por lo que se ha considerado también que el hedonismo es
una tendencia dentro de la filosofía moral.<br /><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/TV2xLAHHBqQ?si=0suNxaEzBjuLM7sO" title="YouTube video player" width="560"></iframe>
<a name='more'></a>Si se obvian las
diferencias, muchas veces considerables, hay muchos autores y escuelas
que pueden considerarse defensoras del hedonismo: los cirenaicos y los
epicúreos en la Antigüedad, los epicúreos modernos o neo-epicúreos
(Gassendi o Valla, entre otros), los materialistas del siglo XVIII
(sobre todo los franceses como Helvecio, Holbach o La Mettrie) o los
utilitaristas ingleses (al menos, Bentham). En el lado
contrario, el hedonismo ha tenido enemigos por los más diversos motivos,
como Platón, los autores cristianos (especialmente, los ascéticos) o
Kant; ha sido frecuente que se critique e incluso que se menosprecie el
hedonismo. Curiosamente, y de manera excepcional, hay quien ha defendido
radicalmente el hedonismo por motivos puramente racionales, como es el
caso de W. H. Sheldon, el cual afirmó que "el hedonismo ético es el
imperativo categórico". Las discusiones sobre el significado, formas,
supuestos y razones del hedonismo se han sucedido.<br />
<br />
Los antiguos
hedonistas, sobre todo los cirenaicos, consideraban que el placer es el
bien y el mal es el dolor, por lo que el hombre debe dedicarse a buscar
el primero y a evitar el segundo. En el caso del placer, los cirenaicos
parece que enfatizaron en el placer de los sentidos o placer material,
pero no enfrentado al placer sensible, sino como fundamento del mismo.
Una crítica que se realizó tempranamente es que la doctrina hedonista es
egoísta, ya que el placer propio puede suponer el dolor ajeno; sin
embargo, los propios cirenaicos apuntaron ya a una tendencia no egoísta
de los placeres, mientras que los epicúreos subrayaron la importancia de
los placeres moderados y de la participación colectiva en los mismos a
través de una comunidad de amigos. <br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOGeUAmlDUSOe2Ugg_8tPRtsLoX4MTTGLWnqwVIIZh9-desNC8W7UMKVug6D0YgjowlMAB4nHIdJrFCmD-m1frbfuDWwl39vgAeI2i9w9EyS08MCmUBrkfv-zvivM_tUD5YEMF-O_RU5Yu/s1600/Captura+de+pantalla+2015-09-30+a+las+20.49.50.png" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOGeUAmlDUSOe2Ugg_8tPRtsLoX4MTTGLWnqwVIIZh9-desNC8W7UMKVug6D0YgjowlMAB4nHIdJrFCmD-m1frbfuDWwl39vgAeI2i9w9EyS08MCmUBrkfv-zvivM_tUD5YEMF-O_RU5Yu/s400/Captura+de+pantalla+2015-09-30+a+las+20.49.50.png" width="297" /></a></div>
Las críticas
históricas al hedonismo se han realizado desde una óptica moral muy
distinta. Así, Kant considera el hedonismo como una de las morales
"materiales", y como tal no sería capaz de proporcionar completa
seguridad sobre los valores fundamentales, tal y como sí lo hace una
moral "formal". También se han realizado críticas al hedonismo desde la
llamada "moral de los valores", ya que el placer, aunque no sea
eliminado totalmente, puede y debe subordinarse a otros valores; en la
misma línea, se encuentran los que han distinguido entre dos facultades
jerarquizadas del deseo, la inferior y la superior. Enfrentados a estos
críticos, algunos defensores del hedonismo han argumentado que para
ellos el deseo de placer es una facultad superior y, por lo tanto,
racional.<br />
<br />
Entre los defensores del hedonismo contrarios a considerarlo
como una manifestación del egoísmo, encontramos a utilitaristas como
Bentham, John Stuart Mill y Spencer. Bentham distingue entre catorce
clases diferentes de placeres, y entre ellas las hay proyectadas
decididamente hacia la felicidad del prójimo (como es el caso de la
amistad o la benevolencia); así, desde esta perspectiva, todo hedonismo
bien entendido consiste en un cálculo de placeres. John Stuart Mill
defiende abiertamente un hedonismo altruista, ya que amar al prójimo
sería consecuencia de una moral hedonista "abierta". Spencer,
preconizador del evolucionismo, lo combinó con la doctrina hedonista
para intentar demostrar que aquél es la base científica de ésta.<br />
<br />
Vemos
con esta breve exposición la dificultad para elaborar una definición
completa de la doctrina hedonista. Tantas veces, nos gusta enarbolar la
bandera del hedonismo, enfrentados sobre todo al ascetismo religioso,
pero no pasa en mi opinión de una pose meramente intelectual (más que
vital). Es decir, la búsqueda de una conciencia lo más amplia posible,
el desarrollo de una moral libertaria, para el que subscribe, obliga
cuanto menos a no tener un concepto del placer reduccionista; la propia
idea transformadora de la sociedad, con un compromiso firme en la vida,
obliga a un disfrute de la vida en tantas ocasiones, cuanto menos,
relativo (a menos claro está, que se obtenga placer en los numerosos
obstáculos y conflictos con los que se va a topar). En caso contrario,
sin esa visión transformadora y progresista, estaríamos ante una
concepción del hedonismo simple y acomodaticia, burguesa por así
decirlo.<br />
<br />
Por si no queda claro todavía lo que proponemos, diremos que nos enfrentamos a toda
concepción ascética de la existencia, estamos por supuesto por el
disfrute de los placeres carnales, e incluso los observamos también como
una postura revolucionaria propia de una sociedad mejor; consideramos
que el enfrentamiento de lo material y lo espiritual es solo una
fantasía más del pensamiento dualista religioso. Sin embargo, la
influencia de muchos otros factores obliga a relativizar el concepto de
hedonismo, a no verlo de manera absoluta, o tal vez, mucho mejor, a
ampliarlo; en ese sentido, podemos estar totalmente de
acuerdo con Kropotkin cuando establece una idea hedonista extendida
también a los placeres morales e intelectuales (lo situaría en la línea
de los que han considerado el altruismo también como un "placer
elevado"). Es, cuanto menos, complicado; transformar la realidad lo es.</div>
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-82587915624886242222024-02-16T14:07:00.000+01:002024-02-16T19:14:17.314+01:00Posverdad y manipulación<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDH3OdXT1DmGOWQjec1RRKUGQqOo4pI4haX9DGkYwxjAapFnm5hPBnelupsVAQ_HLIcwcvAGCCgEdRRti85m1rqxTRxeV2cu0bAdAuezMtaB3lXYDiXFwg2wgAVc7GheTxCfN5cGMZIuPp/s1600/elroto271006.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDH3OdXT1DmGOWQjec1RRKUGQqOo4pI4haX9DGkYwxjAapFnm5hPBnelupsVAQ_HLIcwcvAGCCgEdRRti85m1rqxTRxeV2cu0bAdAuezMtaB3lXYDiXFwg2wgAVc7GheTxCfN5cGMZIuPp/s320/elroto271006.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: large;">Mires, escuches o leas, donde quieras, encuentras por doquier cierto términos puestos de moda, empleados gratuitamente y, habitualmente, utilizados como armas arrojadiza contra el rival político.</span><br />
<br />
Es el caso de la palabra 'populismo', cuyo origen parece estar en <b>el éxito de ciertas fuerzas políticas electoralistas de nuevo cuño</b>. Los que acusan al rival de 'populista' o, por ejemplo, de 'demagogo', de manera hipócrita obvian que la democracia representativa se basa, sencillamente, en esos subterfugios. <b>La 'demagogia', es decir, la seducción de las masas</b> (con evidentes mentiras en muchos casos) <b>y el 'populismo', es decir, el arrogarse la voluntad y los deseos del 'pueblo' </b>(otra abstracción sin contenido), <b>lo emplean unos y otros a ambos lados del espectro político</b>. Ahora,<b> nos llega, de manera irritante, el vocablo 'posverdad'</b>. ¿Somos capaces de otorgar contenido al lenguaje? Consecuentemente, ¿podemos analizar la realidad de manera razonablemente objetiva para no ser manipulados? Veamos, sin ser demasiado pesimistas y aportando alternativas.<br /></div><div style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/lz2jx0vhKF0?si=i2qk1mWfA5wT00Mu" title="YouTube video player" width="560"></iframe><br /></div>
<a name='more'></a>Como deberíamos saber a estas alturas,<b> la llamada 'posverdad' no es más que un eufemismo que oculta una mentira</b>. Una mentira a la que se suele etiquetar como 'emotiva', ya que <b>apela a las emociones de la gente, en lugar de a hechos concretos y objetivos</b>, para tratar de seducirla, influirla y captarla (ya sabe, la demagogia). Como podemos ver una y otra vez en las irritantes tertulias políticas y mediáticas, se emplee o no el término de marras, <b>la estrategia suele ser esa apelación a las emociones</b>. Sí, se suele acompañar de forma categórica ciertos 'hechos', pero la realidad es que el común de los mortales está lejos de poder verificar si son ciertos (presumiendo, que es mucho presumir, que quiera hacerlo) y es por eso que será 'captado' según sus valores y creencias previas.<br />
<br />
<b>La llamada política de la posverdad no es más que una evolución de la manipulación propagandística</b>, de toda la vida, por parte del poder. Esa manipulación, que antes se realizaba de una manera evidente, en la sociedad de la información y las nuevas tecnologías <b>requiere de técnicas más sutiles de persuasión</b>. Sí, aparentemente, vivimos en un sistema democrático donde podemos 'elegir' a los que nos manden (no olvidemos que lo que llamamos democracia es fundamentalmente eso), pero l<b>os debates políticos públicos están estrechamente controlados</b> en la sociedad del espectáculo. Es <b>el espectáculo de esas emociones a las que se apela desde una u otra óptica</b>, sin que la mayoría pueda verificar una realidad objetiva que cambie mínimante las cosas.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiN0cSr8xePEzxS3A8MXnq1EuUlPCPaoGRhBZ3MvX5XlxVmsvFQpMUkHDF7G0HsH9XPWgGyda1-3r7YAreh3bf5ff42heOLZ6Bbg2xxniCmVHvWYmXe0_b5jJm3sO10yKUaYdLhiq6xevTM/s1600/1484675926_553374_1484675981_miniatura_normal.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="257" data-original-width="360" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiN0cSr8xePEzxS3A8MXnq1EuUlPCPaoGRhBZ3MvX5XlxVmsvFQpMUkHDF7G0HsH9XPWgGyda1-3r7YAreh3bf5ff42heOLZ6Bbg2xxniCmVHvWYmXe0_b5jJm3sO10yKUaYdLhiq6xevTM/s320/1484675926_553374_1484675981_miniatura_normal.jpg" width="320" /></a></div>
<b>Si algo se demuestra falso</b>, tal o cual teoría que favorezca nuestras creencias e intereses, l<b>o honesto es aceptarlo</b>. Desgraciadamente,<b> los aspirantes a representar al prójimo no dan muestras de esa honestidad </b>y, de manera más o evidente o más sutil, siguen insistiendo en ello. No es responsabilidad únicamente de los dirigentes y de los medios, aunque una sociedad desigual, jerarquizada y centralizada favorezca esa situación, ya que <b>muy a menudo la persona quiere ver confirmadas sus creencias </b>(o se ve, de alguna manera empujada a ello). <b>Necesitamos, urgentemente, mecanismos de verificación de la información y de la realidad</b>, enfrentarnos a una realidad concreta donde seamos capaces de cambiar las cosas.<br />
<br />
Organizarnos de base, asociarnos con personas, que en su mayor parte tienen intereses comunes a los nuestros, enriquecernos informativa y culturalmente. Deberíamos, en suma, <b>confiar menos en la autoridad que nos ponen enfrente los medios, como representantes de la verdad, y buscarla por nosotros mismos</b>. Vivimos en una sociedad en la que la información, muchas veces frívola y sin contenido, es de usar y tirar, lo que antes estaba en boca de todos hoy es olvidado. <b>Es complicado conocer lo que es verdad o mentira</b>, máxime cuando estamos sujetos diariamente a nuestros propios intereses en una determinada dinámica que a veces nos es ajena, <b>pero debemos esforzarnos al menos en comprender la manipulación política y mediática</b>, la intolerable falta de ética en los que manejan la información y los intereses particulares que se siguen encontrando detrás de todo ello.</div>
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-84551931483595013562024-02-02T21:15:00.000+01:002024-02-02T21:15:55.319+01:00Ser ateo o naturalista<div style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTMhwo8vZcRj88UtQiCnl7cWHRIXFrkCxQeXHBMri-8uR-Hgi4Q7nTTw2KXqwY7vCx3IR7X3oxQ2emE20Zj1w8t4dG4LhC0Ji4zpiIqnP9LKpnUiCjPLoIbJv9-a8lae7DiIwImsoQU2ua/s1600/ateismo.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="301" data-original-width="575" height="167" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTMhwo8vZcRj88UtQiCnl7cWHRIXFrkCxQeXHBMri-8uR-Hgi4Q7nTTw2KXqwY7vCx3IR7X3oxQ2emE20Zj1w8t4dG4LhC0Ji4zpiIqnP9LKpnUiCjPLoIbJv9-a8lae7DiIwImsoQU2ua/s320/ateismo.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: large;">Anthony Grayling es un filósofo moral británico, autor de <i>Contra todos los dioses</i>
(Ariel, 2011), que se esfuerza en denunciar la situación de privilegio
que tienen las creencias religiosas en la mayoría de las sociedades y en
la necesidad perentoria de construir una sociedad basada en la razón,
la reflexión y la compasión. Obviamente, según señala el autor, cada
cual es libre de creer en lo que le venga en gana, pero nadie tiene
derecho a reclamar privilegios por el hecho de ser devoto de una
determinada religión.</span><br />
<br />
Grayling ofrece una visión humanista y apuesta por
el pensamiento crítico, insistiendo además en la necesidad de una
coherencia entre las palabras y su significado; así, denuncia la
profunda incongruencia del concepto de "ateo fundamentalista" en boca de
aquellos que piden respeto, tolerancia y ausencia de crítica para sus
creencias religiosas. Muy al contrario, Grayling apuesta por un ateísmo
combativo, el único posible, que denuncie el infantilismo intelectual al
que someten las religiones a sus fieles desde corta edad. Inculcar a
los críos las diversas falsedades "en liza" (sic) de las principales
confesiones es un escándalo, además de un evidente abuso infantil. Si
las religiones dejaran en paz a las personas hasta ser adultas, tener
conocimiento de lo que las creencias suponen, y poder sopesarlas con
madurez, la situación podría ser muy diferente.<br /><div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/w1ExJqX-XAc?si=YL-VLIYDBPm3Lad_" title="YouTube video player" width="560"></iframe></div>
<a name='more'></a>Las absurdidades
presentes en todas las religiones, solo amparadas por su antigüedad, son
las que denuncia un ateo "fundamentalista", mientras que el moderado
obviará todos los males que han causado las religiones y cómo han
afectado a tantas personas a lo largo de la historia. Un ateo "moderado"
será también aquel que se mostrará indulgente ante el odio que lo
religioso suele profesar hacia otras creencias o hacia los que no
consideran que el universo esté controlado por fuerzas invisibles o ante
la creencia en que las leyes de la naturaleza pueda verse suspendida
por la acción de deidades en respuesta a plegarias personales o ante el
sufrimiento que ocasiona la supuesta condición pecaminosa del ser
humano.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZDcEJUAsMcfESXfdnh9slZI8OFd9HBST__Yx4px47fkpvDsAv4pmPwI6_CDDj5PiEn3wMVfJXSz3Hi6r043mNbzmyODqeuoJdaLkw9H4WNuLDl3bTf57or-DCVLdkV6cIec1kAGCrbes/s1600/ACGraylingsofa.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZDcEJUAsMcfESXfdnh9slZI8OFd9HBST__Yx4px47fkpvDsAv4pmPwI6_CDDj5PiEn3wMVfJXSz3Hi6r043mNbzmyODqeuoJdaLkw9H4WNuLDl3bTf57or-DCVLdkV6cIec1kAGCrbes/s400/ACGraylingsofa.jpg" width="400" /></a><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4qJL_8YCo-WwjBYu50UfaKA9qlE8EV1BUJWqaolWXTZpe85-yc6clE70nIw2ln_uvhemmGQtAiRxl4nlQbxigRe7FQ-5KSyfgsh1-M8JlKRpCCGmY8eeU1VRjqzTWRI1bDEeFyqNphjY/s1600/Dioses%252B72.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4qJL_8YCo-WwjBYu50UfaKA9qlE8EV1BUJWqaolWXTZpe85-yc6clE70nIw2ln_uvhemmGQtAiRxl4nlQbxigRe7FQ-5KSyfgsh1-M8JlKRpCCGmY8eeU1VRjqzTWRI1bDEeFyqNphjY/s320/Dioses%252B72.jpg" width="201" /></a>Lo
que sí piensa Grayling es que, tal vez, ningún ateo debería presentarse
como tal, ya que la misma palabra es una concesión a los teístas e
invita a debatir en su campo. Sería más apropiado denominar
"naturalistas" a aquellas personas que observan el universo como un
reino natural gobernado por las leyes de la naturaleza. Desde esa
postura, se infiere que no existe entidad sobrenatural alguna, ni
duendes, ni hadas, ni ángeles, ni demonios, ni ninguna suerte de
deidades. Si utilizamos el término ateo, para las persona que niega
cualquier instancia sobrenatural, con la mismo lógica podríamos
denominarlas "ahadista" o "aduendista".<br />
<br />
Grayling recuerda aquí, para
reforzar su postura, que la creencia en hadas estuvo muy extendida hasta
principios del siglo XX, muy combatida por la Iglesia al ver una
evidente competencia supersticiosa; si la institución católica acabó
ganando, fue con seguridad gracias al fuerte control de la educación
primaria. Grayling entonces, en la misma línea que Michel Onfray, se
atreve a equiparar la creencia en Dios con cualquier otra superstición
cultural (el filósofo francés, con atrevimiento y algo de buen humor, llegó a compararla con la creencia en Papá
Noel).<br />
<br />
Así, el término naturalista es más apropiado que ateo y, con la
misma lógica, a los teístas debería denominárseles sobrenaturalistas,
los cuales deberían esforzarse en refutar los descubrimientos de la
física, la química y la biología para así justificar su creencia en
seres sobrenaturales que crearon el universo y lo gobiernan. Grayling
relaciona el ateísmo (o naturalismo) con una filosofía o una teoría, o
en última instancia con una ideología; en cualquier caso, el naturalismo
solo puede proporcionar lo que acepta a la luz de pruebas que lo llevan
a esa postura, es conocedor de qué lo refutaría y está dispuesto a
revisar sus propuestas cuando así lo dicen nuevos datos. Aunque la
ciencia es objeto de muchas críticas en la sociedad moderna, cuando lo
que verdaderamente hay que denunciar es su instrumentalización por el
beneficio económico y el poder político, Grayling recuerda cuál es la
esencia de la ciencia y no extraña entonces que "no haya habido guerras,
pogromos o muertes en la hoguera en nombres de teorías rivales de la
biología o la astrofísica".<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfq5u9hApYj0P0rTEMrJTtqU2_PVdA4FWJ0g3ps5LE4hX09LVA6IuBc4-7eN0x1nKncnE5BWafnWe6OY6r7CU_rHDc6zOiNys6XM_5nZd0wT2YjMOz0Ngf_t1nQPUejtpaHYBMYYefp58/s1600/9788434400276.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfq5u9hApYj0P0rTEMrJTtqU2_PVdA4FWJ0g3ps5LE4hX09LVA6IuBc4-7eN0x1nKncnE5BWafnWe6OY6r7CU_rHDc6zOiNys6XM_5nZd0wT2YjMOz0Ngf_t1nQPUejtpaHYBMYYefp58/s320/9788434400276.jpg" width="211" /></a>Otra obra de Grayling es <i>The Good Book</i> (edición en castellano con el título de <i>El buen libro: una biblia humanista</i>,
Ariel 2012), con el que intenta conjugar en un solo tomo la sabiduría
de los filósofos de la Grecia clásica, la filosofía oriental, los poetas
medievales y los descubrimientos de la ciencia moderna. No hay en esta
obra referencia alguna a dioses, almas o al más allá, por lo que
Grayling quiere proporcionar a los naturalistas un libro de inspiración y
una guía que ayude a desenvolverse en el mundo.<br />
<br />
Puede que el afán por
vender ejemplares haya llevado a subtitular el libro algo así como "una
Biblia para ateos", aunque sí es verdad que el autor ofrece un nuevo
decálogo: ama bien; busca lo bueno de las cosas; no dañes a otro; piensa
por ti mismo; asume tu responsabilidad; respeta la naturaleza; da lo
mejor de ti: infórmate; sé bondadoso, y sé valiente. Subterfugios
editoriales aparte, el propio Grayling ha manifestado lo siguiente: "La
modesta proposición de <i>The Good Book </i>es que existen tantas buenas
maneras de vivir como gente con el talento para hacerlo, y que la gente
debe asumir su responsabilidad de pensar por sí misma y tomar esa
decisión también por sí misma". Amén.</div>
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-22427660138348261482024-01-21T12:19:00.000+01:002024-01-21T12:20:01.713+01:00El encendido debate sobre la creencia en unicornios rosas<div style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEin475jEg3BI5tuN6c2e_2Wdk6Jg_H6Jw5SSQbjlpNJy-AgQ3njwfKfEfeHq_EOH-7Wlr3_YSoVbqlU2UY1cZTOIOPMYRzpwdu2y1bSCrJAoM1ukgVLiKstfWyPyVAKB_sIshO-m1hjG4mr/s1600/unicornio-rosa-libre-examen.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="149" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEin475jEg3BI5tuN6c2e_2Wdk6Jg_H6Jw5SSQbjlpNJy-AgQ3njwfKfEfeHq_EOH-7Wlr3_YSoVbqlU2UY1cZTOIOPMYRzpwdu2y1bSCrJAoM1ukgVLiKstfWyPyVAKB_sIshO-m1hjG4mr/s200/unicornio-rosa-libre-examen.jpg" width="200" /></a></div>
Aunque las discusiones, en la barra de un bar, se ajustan normalmente al estado de forma de alguna figura del mundo del deporte o, todavía peor, de la política, aquella mañana parecía haber algo raro en el ambiente. El tema central del muy agitado debate parecía ser la creencia, o no, en el Unicornio Rosa. Yo estaba apurando mi taza de café, con una envidiable tranquilidad existencial, cuando alguien visiblemente exhaltado pareció dirigirse a mí. No puede evitar un gesto de sorpresa cuando aquel individuo parecía pedirme opinión sobre el asunto. Con una ligera sonrisa, aclaré que yo no entraba en esas disquisiciones, ya que simplemente no pensaba que existiera tal cosa. Mi asombro mutó en horror cuando mi interlocutor, todavía más enervado debido a mi respuesta, me exigió algo así como una opinión sobre si el susodicho Unicornio Rosa, además de Señor y Creador del Universo, intervenía en los asuntos humanos.<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>
<div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/7szmmMVwf9Q?si=y_VubLmvD9voq_Ga" title="YouTube video player" width="560"></iframe></div>
<a name='more'></a>Antes de que mi pobre cerebro pudiera procesar adecuadamente la información, otro individuo de cierta edad intervino de forma igualmente tajante. ¡Vamos a ver, chaval!, dijo de forma admonitoria, se te está pidiendo tu opinión en esta polémica. Continuó insistiendo en que la cuestión era demasiado importante, que la humanidad llevaba miles de años debatiendo sobre el asunto y que no podía zanjarse tan alegremente manifestando una simple y mera falta de creencia. Dejé pasar unos segundos, para que mis neuronas volvieran a establecer comunicación entre sí, y acerté a decir, dibujando una sonrisa en mi rostro, que la idea del Unicornio Rosa era una de las muchas fantasías o mitos que la humanidad había generado desde que empezó a hacerse preguntas. Después de escuchar mis palabras, un grupo de personas, que cada vez aparentaba ser más nutrido, empezó a mirarse entre sí con un gesto que me parecía a mucha distancia de lo amigable.<br />
<br />
Una señora, notablemente enfadada, se colocó a escasos centímetros de mi cara espetándome algo sobre el respeto al creyente. Otra voz masculina, a cuyo propietario no llegué a vislumbrar, me dijo que el unicornio rosa era omnisciente, omnipotente y absolutamente bondadoso, por lo que me atuviera a las consecuencias. Una joven, con aspecto de estudiante, recordó que culturas antiguas rendían culto a diversos unicornios rosas. Alguien encolerizado la cortó ipso facto recordando que eso sería antes de la creencia en un único y perfecto unicornio rosa, base de nuestra civilización. Acerté a decir, no sin cruel ironía, que la creencia en un solo Unicornio Rosa era muy diferente, y por supuesto mucho más respetable, a la de dos o más. El tipo se volvió de tal manera, que mi cuerpo se inclinó hacia atrás reclamando espacio. Dijo, con un tono muy por encima de lo audible, que si las personas dejan de creer en el Unicornio Rosa empiezan a creer cualquier otra cosa.<br />
<br />
Lejos de amedrentarme, mi estado de ánimo empezó a verse pletórico de energía intelectual. Le espeté a aquel individuo, recuperando parcialmente mi espacio físico, que precisamente la humanidad había realizado un montón de barbaridades en nombre de la creencia en su Unicornio Rosa. Cuando ya pensaba que iba a recibir un directo en mi rostro de aquel energúmeno, alguien reclamó un poquito de sosiego. Se trataba, esta vez, del camarero, el cual trato de aportar un cierto equilibrio a la animada controversia. Así, aseguró que existía una postura intermedia entre las nuestras tan categóricas, que es la que considera inaccesible para el entendimiento humano la naturaleza y existencia del Unicornio Rosa. A mucha distancia ya de la tranquilidad intelectual, le dije que muy bien, que me alegraba, pero que yo insistía en que se trataba de una fantasía especulativa. Además, nociva, si nos atenemos a que se pretende seguir inculcando a los tiernos infantes, en base a libros antiguos de lo más cuestionables, y que dicha creencia les marque el resto de sus vidas.<br />
<br />
Después de mis últimas palabras, solo un treintañero de aspecto intelectual rompió el tenso silencio recordando a cierto filósofo alemán, que ya dijo en el siglo XIX que el Unicornio Rosa había muerto. Aquello fue como un resorte que disparó a la muchedumbre. A esas alturas del debate, los gritos e insultos se sucedían. Alguien volvió a insistir en la naturaleza todopoderosa e infinita del Unicornio Rosa, y que nos íbamos a acordar los impíos por esto. Otra persona aseguró que él creía hasta el absurdo, que ni la razón ni la ciencia lo explicaban todo. Un tercero vinculó los valores morales con el Unicornio Rosa, que era una vergüenza, que la juventud de ahora y… bla, bla, bla. Me vi zarandeado de un lado a otro mientras paradójicamente se me exigía respeto. Mi pobre integridad física corría un serio peligro a manos de aquella especie de nueva Inquisición. Afortunadamente, un último gesto de lucidez del camarero acertó a encender un aparato de televisión. Aquello, que pareció ir calmando progresivamente a la masa, provocó que me viniera a la mente cierta frase sobre "el opio del pueblo".</div>
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-82945030917617651642024-01-14T14:21:00.000+01:002024-01-14T14:21:53.156+01:00Deísmos y teísmos<div style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsdM9z96ptDiSOkPX718OBtqUNJ4gHIGwD2S_ew6wF_OeVWlCS6dhDGGYwRGwMqNg9817uu_3WDr_6Hs_fU8rtrtrpofMfxpvW7EdIDMXZOwUWth7as8VVlZJPU4N4m2qbKMxKvIc6TekO/s1600/El+jefe.png" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="400" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsdM9z96ptDiSOkPX718OBtqUNJ4gHIGwD2S_ew6wF_OeVWlCS6dhDGGYwRGwMqNg9817uu_3WDr_6Hs_fU8rtrtrpofMfxpvW7EdIDMXZOwUWth7as8VVlZJPU4N4m2qbKMxKvIc6TekO/s400/El+jefe.png" width="221" /></a></div>
Detengámonos en la diferencia entre deísmo y teísmo, algo tal vez desconocido para la mayoría de los mortales. La definición técnica nos dice que, al menos a priori, <b>los deístas, creen por supuesto en la existencia e incluso naturaleza de Dios, pero rechazan los rasgos tradicionales de la religión monoteísta</b>: tradición, rito, revelación… Es decir, la creencia en la divinidad vendría a estar originada más en la creencia personal, incluso al parecer derivada de 'la razón', que en otra cosa. Además, los deístas, y esto parece una cuestión importante, no creen que Dios intervenga en los asuntos humanos; sí piensan que creó el mundo, pero luego se olvidó de nosotros. El deísmo tuvo su auge durante la Ilustración, algo que se explica como una evolución natural de la creencia religiosa tradicional (es decir, el teísmo), ya que se dejaba a un lado lo más delirante de la misma: esa alteración de las leyes física que llaman milagros, la infabilidad de la Biblia o la Santísima Trinidad. El deísmo, casi, casi, es una suerte de panteísmo, de tal manera que se identifica la divinidad con las leyes naturales. No es casualidad que <b>muchos consideraran el deísmo y el panteísmo como una simple antesala del ateísmo</b>, incluso identificándolo abiertamente con el librepensamiento, lo que ocurre es que muy probablemente no todos podían llamarla en su momento de ese modo o se hubiera organizado una buena. Puede verse el deísmo, a nivel histórico, también como un apartamiento del poder de la Iglesia, ya que se rechaza la religión organizada, pero sin que existiera la valentía y honestidad, por parte de nuevos dirigentes, de poner en cuestión de forma radical la creencia religiosa. No es casualidad que el poder político, el Estado, sustituyera al poder religioso hasta el punto que uno, terrenal, tiene su origen en el otro, sobrenatural, recogiendo sus rasgos y provocando, igualmente, la subordinación de los mortales.<br /></div><div style="text-align: left;" trbidi="on"><div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/Q8hJ8Jolm9A?si=QuzHO5ET1ZIDJxq8" title="YouTube video player" width="560"></iframe><br /></div>
</div>
<a name='more'></a><p>
El deísmo, en origen, se asoció al librepensamiento, al rechazo a todo dogma y una suerte de religión natural (que no deja de ser una simple y mera racionalización de la creencia religiosa). Para ser justos, hay que reconocer los esfuerzos de tantos deístas para, efectivamente, apartar lo más delirante y rígido de la creencia religiosa tradicional. Sin embargo, <b>era y es mucho más interesante hablar abiertamente de ateísmo, libre de toda atadura metafísica y totalmente apartado de toda forma de fatalismo</b>, algo que parece consustancial a todo tipo de creencia religiosa, se presente como se presente. Además, da la sensación de que el ateísmo, con su denuncia radical del dogmatismo, su defensa innegociable del librepensamiento y su, la mayor parte de las veces al menos, denuncia de todo subordinación a una autoridad superior, ha sido apartado y censurado. Algo que llega hasta el día de hoy, de tal manera que los ateos son señalado como dogmáticos y radicales (en el peor sentido de extremista e irracional, que habitualmente se da al término)<br />
<br />
El teísmo es, simple y llanamente en mi opinión, la creencia en un único Dios, personal, creador y también regidor del mundo. ¿Son la mayor parte de los creyentes teístas o deístas? Difícil es saberlo. Es cierto que l<b>a Iglesia, como gran institución del monoteísmo, va perdiendo fieles</b>. Es difícil, a estas alturas, tragarse todos los preceptos, dogmas y ritos presentes en el maremágnum católico, y se nota en las estadísticas cuando las personas viven en un contexto razonable de libertad de pensamiento. Sin embargo, y aunque hay tantos que aseguran que "creen en algo", pero no son "practicantes", es posible que sea una cuestión de matices. Por un lado, un razonamiento obvio, es que un Dios interventor sería una especie de déspota caprichoso que juega arbitrariamente con la vida de los seres humanos. Por otro, y a pesar de que es posible que muchos "creyentes" lo sean simplemente por la esperanza en "otra vida", da la sensación de que hay cierto deseo de una instancia superior rija y ordene el ámbito humano. El deísta, aparentemente lejos de todo dogma religioso, tolerante y abierto a otras religiones (lo cual no deja de ser abierto a "otros dogmas"), acaba creyendo en delirios como el karma o en una suerte de leyes naturales trascendentes. Lo dicho, abandonarse a alguna suerte de fatalismo. Lo llamemos ateísmo, o como queramos llamarlo, estamos hablando de <b>una negación radical de un plano trascendente a los asuntos humanos</b>. Incluso, aunque se presente en su forma secularizada.</p>
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-78568979700968336602023-12-25T12:19:00.000+01:002023-12-25T12:19:56.071+01:00Por qué no soy cristiano<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-size: large;">Con
este título, pronunció una conferencia Bertrand Russell, el 6 de marzo
de 1927, en el Ayuntamiento de Battersea (sur de Londres), bajo los
auspicios de la Sociedad Laica Nacional. Russell comienza su discurso
aclarando que lo que se entiende por cristiano en su época era muy
diferente del significado completo que tenía en los tiempos de San
Agustín y Santo Tomás de Aquino. En cualquier cosa, habría dos cosas
consustanciales a llamarse cristiano: la primera es de naturaleza
dogmática, la creencia en Dios y en la inmortalidad; la segunda es
acerca de Cristo, es necesario tener alguna creencia sobre lo
superlativo de su figura, aunque no sea necesariamente acerca de su
naturaleza divina.</span><br />
<br />
De esa manera, cuando Russell dice que no es
cristiano, afirma de entrada dos cosas distintas: la no creencia en Dios
y en la inmortalidad, y la negación de la gran capacidad de Cristo en
el terreno moral. Lo que entendemos cuando Russell habla de Cristo es
la figura histórica que el tiempo ha creado, aunque las fuentes
originales de su existencia sean muy dudosas (algo que no se habla lo
suficiente). No obstante, parece correcto mencionar un Cristo de los
Evangelios (o un profeta llamado Jesús), desprendiéndole de toda
connotación sobrenatural, ya que puede decirse que se ha acabado dando
lugar a una figura relevante con esas características e importante es
reflexionar sobre ella (sin olvidar mencionar la falta de legitimidad
histórica para su existencia, juego en el que obviamente no desea entrar
la iglesia).<br /></div><div style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/nNXX5zut1Nk" title="YouTube video player" width="560"></iframe></div>
<a name='more'></a>Cuando nos declaramos ateos (nos referimos a
los ateos que otorgamos un contenido a nuestra no creencia, claro está,
no a la mera incredulidad que constituye solo un punto de partida),
parece inevitable que lo hagamos con cierta superioridad intelectual e,
inclusive, moral. Tal vez caemos no pocas veces en el simplismo y en la
visceralidad cuando nos topamos con los dogmas de fe y con lo pernicioso
de las instituciones religiosas. Decimos esto como autocrítica, como una
llamada de atención para fortalecer nuestro ateísmo, que se inserta
dentro de una visión progresista de la humanidad. Tal y como dice
Russell, la cuestión de la existencia de Dios es amplia y seria, por lo
que hay que aclarar siempre la imposibilidad de llegar a un punto de
encuentro en las discusiones. Por ejemplo, los términos que solemos
emplear de "absurdo" e "irracional", asociados a la creencia religiosa,
chocan con una razón inherente al catolicismo que asegura probar la
existencia de Dios. Lo que queremos expresar es que deberíamos hablar de
distorsión histórica de la capacidad racional del hombre, de apropiación
de términos y virtudes por parte de visiones trascendentales que
perjudican la perfección de la humanidad, que es necesario armarnos
cultural y moralmente para combatir lo que consideramos negativo y
obstaculizador del progreso.<br />
<br />
Tal y como dice Russell,
la Iglesia Católica declaró dogma el hecho de que es posible probar la
existencia de Dios mediante la razón. Naturalmente, era una artimaña
ante el crecimiento del librepensamiento, que afirma que determinados
argumentos pueden emplearse en contra de la existencia de Dios. Ante
ello, la Iglesia elaboró una serie de argumentos a favor de la
existencia divina. El primero de ellos sería el de la Primera Causa,
según el cual profundizando en la cadena de causas que han dado lugar al
mundo, llegamos a la primera de ellas que le damos el nombre de Dios.
Russell ya afirmaba que este argumento no tenía mucho peso en su época, y
sin embargo el fundamentalismo vuelve una y otra vez a insistir en
ello. Naturalmente, la respuesta a esta oscura cuestión de la
causalidad la resolvería hasta un niño: si todo tiene una causa, alguna
habría creado también a Dios, por lo que al carajo el argumento de la
Primera Causa. El creer que la cosas tienen que tener un principio
obedece únicamente a la pobreza de nuestra imaginación.<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhS5lhLPOp6-wSL-vKcBR9V-zV9mcQeajVPVcBYIywVAbJF5v6Bec0oon4uVEBKlw7QM2z57s7WnA_PG6DwTp0RlyhLMMk46uAh9Q-36XqdyxOYdLa9754r7jImFY7yVBDeDSPYl3w8MUA/s1600/rrpp.png" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhS5lhLPOp6-wSL-vKcBR9V-zV9mcQeajVPVcBYIywVAbJF5v6Bec0oon4uVEBKlw7QM2z57s7WnA_PG6DwTp0RlyhLMMk46uAh9Q-36XqdyxOYdLa9754r7jImFY7yVBDeDSPYl3w8MUA/s640/rrpp.png" width="336" /></a><br />
Otro
argumento es el de la ley natural, según la cual el mandato de Dios
habría producido los movimientos en el universo. Se puede expresar como
creer en una especie de legislador en la naturaleza, confundiendo leyes
naturales con las leyes convencionales humanas. Como se observa, cada
argumento que esgrime la fe religiosa se debilita con el tiempo, tiene
menos peso en una sociedad en la que se prime el conocimiento. Otro
argumento resulta en la creencia en algún plan de un Dios caracterizado
por la omnisciencia y la omnipotencia, y que sin embargo habría dado
lugar a un mundo plagado de arbitrariedades. La ciencia nos dice que la
especie humana algún día, dentro de mucho tiempo, será historia, no
formamos parte de ningún plan divino. Deprimirse ante un destino que no
vamos a vivir, que se producirá dentro de miles de años, o tener sueños
de trascendencia al considerarnos parte del plan de una voluntad
superior, es negar la posibilidad del presente, de potenciar nuestra
vida terrenal.<br />
<br />
Kant ideó un nuevo argumento moral a
favor de la existencia de Dios, que adoptó diversas formas. Una de ellas
es considerar que no habría bien ni mal en el caso de que Dios no
existiera. El razonamiento de Russell es que si consideramos que hay
diferencia entre el bien y el mal, nos encontramos ante la disyuntiva de
si esa diferencia se debe o no al mandato de Dios. En el caso de que
fuera así, de que Dios habría ordenado esa distinción entre lo bueno y
lo malo, para él mismo no habría diferencia entre una cosa y la otra, y
entonces no puede afirmarse su bondad. En el caso de que se afirme, como
suelen hacer los teólogos, que Dios es bueno, hay que decir que el bien
y el mal tiene un significado independiente del mandato divino. En
definitiva, se llega a la conclusión que el bien y el mal no han sido
hechos por ese Dios omnipotente, y que serán anteriores a él. Si
seguimos empleando la imaginación, y dando créditos al absurdo, podemos
hablar de una deidad superior anterior, que hubiera dado órdenes al Dios
actual, o tal y como creían algunos gnósticos, que fuera en realidad el
demonio el creador del mundo.<br />
Otro argumento
tradicional es que la existencia de Dios resulta necesaria para traer
justicia al mundo. Podemos cambiar el monoteísmo por toda suerte de
creencias que convierten la noción de justicia en algo trascendente.
Detrás de todo ello está la incapacidad para aceptar que la justicia y
la moralidad son creaciones humanas, el deseo de que nos proteja una
voluntad superior y la tranquilidad existencial que supone una vida
posterior mejor que la terrenal. Puede decirse que el deseo de seguridad
es un factor primordial para que la gente acabe teniendo creencias
sobrenaturales. Por lo tanto, el miedo y la seguridad, son los gérmenes
de las creencias religiosas. Como es sabido, el miedo suele generar
crueldad, y de ahí que la religión haya estado, y esté, tan vinculada a
la crueldad (es decir, falta de humanidad, impiedad; en estos términos
se observa de nuevo la distorsión de la religión).<br />
<br />
Respecto
al Cristo, tal y como lo caracterizan los Evangelios, Russell cuestiona
su superioridad moral. Un tipo que asegura creer en el infierno, en un
castigo eterno, no puede ser profundamente humano. Además, junto a una
figura de gran bondad, se pueden ver rasgos vengativos en Cristo contra
aquellos que no le escuchan. Era una actitud común en los predicadores,
lo que dice mucho sobre los verdaderos orígenes de esta figura adorada.
Como contraste, Russell menciona a Socrates, siempre amable con aquellos
que no le escuchan. La condición pecaminosa del ser humano, algo
inherente al cristianismo, ha causado una terrible aflicción en el
mundo, ha supuesto sufrimiento para tantas personas que han creído en la
posibilidad de no ser perdonadas. Esta propagación del miedo en la
humanidad es digna de ser recordada constantemente, como uno de los
grandes males que ha cometido una doctrina y la institución que la
sostiene. Russell responsabiliza al Cristo de los Evangelios de esta
crueldad extendida por el mundo, basada en una mortificación constante.<br />
Aunque
a estas alturas se considere irrisorio considerar la religión como
condición para ser virtuoso, no está de más insistir en ello. Es más,
como recuerda Russell, es al contrario. Cuanto más religiosa es una
etapa de la humanidad, mayor dogmatismo y crueldad se ha producido, las
circunstancias se convirtieron en terribles. Las instituciones
eclesiásticas han supuesto siempre un obstáculo para el progreso moral, y
Russell señala la religión cristiana como una de sus peores fuentes. La
Iglesia ha distorsionado la moralidad, por confundirla con normas de
conducta que nada tienen que ver con la felicidad humana. Russell
confiaba en la ciencia para no esperar ayudas imaginarias y para
convertir el mundo en un lugar mejor. Hay que mirar la vida de frente,
huir de todo temor y confiar en nuestra inteligencia. Todo concepción de
Dios, y de todo aquello que pretenda ocupar su lugar, es una herencia
del autoritarismo del pasado, una idea indigna de hombres libres y un
obstáculo para una mejor existencia.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/aTghA-kU-fM?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
</div>
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-67788209315002899172023-12-09T11:42:00.000+01:002023-12-09T11:42:56.309+01:00Aprendiendo la racionalidad<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-size: large;">Insistiremos, una vez más, en que existen mecanismos que explican que gente inteligente (y empleamos este apelativo de manera generalizada) crea en cosas absurdas y acabe realizando, de una manera u otra, actos más bien necios. Cómo es posible que existan tantos dislates en la sociedad, al alcance de cualquiera, y que las personas los acaben aceptando y/o consumiendo; son, en realidad, dos interrogantes. Se dice que inteligencia y racionalidad son cosas diferentes; es decir, uno puede ser extremadamente racional y no ser especialmente inteligente, y vicecersa.</span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhmojUmGak7Y87XrreakdmQvybvqQpTzKhyphenhyphenRDb0yUWh2cknbEs4UPJz8pK5ieJxXmr02DrhNcdnU49D8FwHwciRzwzriqIrnTO3IOdY25CyPk5Nr76xA63jOncerdCvqIUzgw41MSvKKw1/s1600/MENTE-INTERROGACION-ADMIRACION-ILUSTRACION.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhmojUmGak7Y87XrreakdmQvybvqQpTzKhyphenhyphenRDb0yUWh2cknbEs4UPJz8pK5ieJxXmr02DrhNcdnU49D8FwHwciRzwzriqIrnTO3IOdY25CyPk5Nr76xA63jOncerdCvqIUzgw41MSvKKw1/s1600/MENTE-INTERROGACION-ADMIRACION-ILUSTRACION.jpg" width="320" /></a></div>
Hay que recordar en <b>la constante recurrencia a los atajos cognitivos; ya que pensar requiere tiempo</b>, y hay que reconocer también que puede resultar contraproducente en algunos casos, el ser humano ha desarrollado una serie de reglas empíricas y prejuicios para limitar la capacidad mental empleado en un problema determinado.<br />
<br />
Está probado que, <b>dependiendo de cómo se planteé un mismo problema, las personas pueden escoger una solución u otra dependiendo de, por ejemplo, el atractivo visual que observen y dejando a un lado la racionalidad</b>. La lista de reglas empíricas y de prejuicios cognitivos es bastante extensa: interpretamos no pocas veces a partir de la nada (de forma aleatoria), tendemos a buscar pruebas que confirmen lo que ya creemos, descartamos aquellas que no tienden a favorecernos, solemos evaluar las situaciones desde nuestro punto de vista (dejando a un lado a la otra parte), las anécdotas llamativas tienen más peso a veces que las estadísticas, sobrevaloramos nuestros conocimientos, nos creemos con menores prejuicios que los demás...<br /><iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/LYiYWTOrF10?si=l3yUiPqEgaBUCJPg" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>
<a name='more'></a><br />
También existe otro enemigo de la racionalidad en la persona y es lo que se denomina "huecos en el equipamiento mental". <b>Entendemos por ese equipamiento mental el conjunto de las reglas cognitivas, estrategias y sistemas de creencias aprendidas</b> y se incluye en él nuestra comprensión de la probabilidad y la estadística, así como nuestra disposición a considerar hipótesis alternativas cuando tratamos de resolver un problema. Como resulta obvio,<b> puede haber personas cultas e inteligentes que nunca desarrollen el equipamiento mental adecuado</b>; también, ese equipamiento podría estar contaminado por supersticiones que conducen a decisiones abiertamente irracionales. <br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1x67WDE3NM3LzpoQtOwaAa53c1bMlB3dXKMv4qiOQwZvpt5egdd1Gp8eNWxys3t1j9osi3_IgV3Mlgft4VPPTplqZqo28TFaeg652qHfeGKdRSOkJwalD_0sgdwH-MbeJsEantbOJE6dT/s1600/irracional_zps5bff475d.png" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1x67WDE3NM3LzpoQtOwaAa53c1bMlB3dXKMv4qiOQwZvpt5egdd1Gp8eNWxys3t1j9osi3_IgV3Mlgft4VPPTplqZqo28TFaeg652qHfeGKdRSOkJwalD_0sgdwH-MbeJsEantbOJE6dT/s1600/irracional_zps5bff475d.png" width="225" /></a><b>La ausencia de racionalidad, como es evidente, afecta a decisiones vitales en el día a día y a no poder edificar la vida que nos gustaría</b>. Personas con tendencias impulsivas suelen tener un bajo pensamiento racional y una mala comprensión de la estadística y de la probabilidad, son incapaces de considerar las consecuencias de sus acciones y acaban confiando en supersticiones absurdas. A pesar de que muchas personas realizan acciones que les perjudican a ellos y a los que los rodean, continúan en ese empeño por esa notable falta de racionalidad, sin que tengamos que pensar necesariamente que es falta de inteligencia y es en cambio explicable por razones psicológicas y sociales.<br />
<br />
Es posible indagar en la falta de racionalidad de las personas cuando, según la teoría de <a href="http://centrodeartigos.com/articulos-de-todos-los-temas/article_27498.html" target="_blank">Keith Stanovich</a> (Universidad de Toronto), <b>se observa a la mente constituida por tres partes: mente autónoma</b>, la cual usa habitualmente los atajos cognitivos problemáticos y funciona de modo rápido, inconsciente y automático; <b>mente algorítmica</b>, que se embarca en el pensamiento lento, trabajoso y lógico, y la <b>mente reflexiva</b>, la cual decide cuando es suficiente con la mente autónoma y cuándo necesita el trabajo pesado de la algorítmica. Por lo tanto, <b>es la mente reflexiva la que determina la capacidad racional que tenemos; está relacionada con determinados rasgos de la personalidad, según seamos dogmáticos, flexibles, concienzudos o más o menos abiertos de mente </b>(aunque es éste un concepto muy matizable en el lenguaje coloquial, ya que es empleado habitualmente por "lo alternativo" místico y/o pseudocientífico para atacar al método probadamente científico).<br />
<br />
<b>Comprender todos estos prejuicios que tenemos es el primer paso para saber que la racionalidad puede ser aprendida</b> gracias a la práctica del pensamiento crítico y racional. Las trampas de los prejuicios cognitivos pueden ser evitadas, y es posible aprender a desarrollar hipótesis alternativas, si esa práctica acaba conviertiéndose en hábito. A pesar de que las intuiciones pueden ser a veces valiosas, especialmente en el terreno afectivo y social, hay que aprender que en el caso de las matemáticas y de las relaciones causales resultan francamente ineficaces. <b>Los métodos de la ciencia y de la estadística hacen posible cuestionar nuestras carencias cognitivas, debilitar el razonamiento intuitivo y abren la posibilidad de la acción sensata y reflexionada.</b></div>
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-21961350062347476992023-11-28T16:45:00.000+01:002023-11-28T20:06:07.698+01:00La duda viva y dinámica del pragmatismo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3-oYyuHb1GzTfmoJG-6xgkNIUkPl8Ff3XIZBNHOree7upapm1hed74N3L0Qr2rHPJLKfZXIyPcSdsyvxYEKcdWmIMAzu9lqlqzNIexOeMMM3nthQuR3AWeNxhTUzM2EVNWbZAiUuNoYre/s1600/Pragmatismo-Filosofia-Pluralista-Acracia-672x358.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="170" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3-oYyuHb1GzTfmoJG-6xgkNIUkPl8Ff3XIZBNHOree7upapm1hed74N3L0Qr2rHPJLKfZXIyPcSdsyvxYEKcdWmIMAzu9lqlqzNIexOeMMM3nthQuR3AWeNxhTUzM2EVNWbZAiUuNoYre/s320/Pragmatismo-Filosofia-Pluralista-Acracia-672x358.jpg" width="320" /></a></div>
Charles Sanders Pierce, uno de los fundadores de la corriente filosófica que se conoce como pragmatismo, consideró que "la duda viva constituye la vida de la investigación". A diferencia de la creencia, que siempre tendrá la tentación de imponer una verdad abstracta, la duda para el ser humano comienza cuando conoce que hay opiniones diferentes a las suyas. El pragmatismo posee confianza en la viabilidad de una praxis humana, pero lejos del dogmatismo y del autoritarismo, y lo hace en aras del progreso y teniendo en cuenta los valores humanos. Muy interesante es conocer esta corriente filosófica, y hacerlo además con palabras accesibles acercándola a la persona de la calle para hacer frente a sus problemas cotidianos. Si, tantas veces, hemos creado abstracciones a partir de las experiencias en el mundo, habría que invertir los términos: poner las ideas en circulación y tratar de buscar su verificación en la acción. Como vemos, se trata de una postura muy adecuada a la sociedad posmoderna, en la que los grandes discursos (y las grandes verdades) no tienen ya cabida. El esfuerzo se encuentra en desmitificar esas grandes nociones de la filosofía escritas con mayúsculas: Verdad, Realidad, Dios…</div><div style="text-align: left;" trbidi="on"><div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/y7K0IRVn4S8?si=9zui0H_L6iaubFKA" title="YouTube video player" width="560"></iframe></div>
<a name='more'></a>La filosofía pragmatista, de origen anglosajón en la modernidad, debió causar un notable revuelo en su momento. Así lo hace pensar al afirmar que no hay demasiadas cosas que decir sobre la verdad en términos abstractos o especulativos, ya que es necesario poner las ideas a prueba en el ámbito de la acción humana. La renuncia a grandes verdades, o a una verdad general, no supone un ataque ni a la racionalidad ni a la reflexión, más bien al contrario, se trata de fomentar el deseo de indagación (la búsqueda de nuevas verdades concretas, en la práctica), algo que está detrás también de un pragmatismo vigoroso que no renuncia jamás a la ética ni a los valores humanos. No podemos más que simpatizar con los autores que vinculan la labor filosófica con las preocupaciones del hombre de la calle, las cuales no tienen que caer en ninguna vulgaridad y sí proclamar su querencia al conocimiento, que se comprometen con lo particular (sacrificando toda abstracción y generalidad que pretenda que los seres humanos nos subordinemos a ellas).<br /><br />Desde el punto de vista científico, el pragmatismo resulta muy útil, ya que de la multitud de hipótesis posibles, solo se admiten como factibles aquellas que tengan efectos prácticos en la experiencia. La actitud del científico se distingue de la cualquier gurú o charlatán en que aquel admite la falibilidad de lo que piensa. Un nuevo experimento puede refutar lo que hasta ese momento pensaba la ciencia, algo que no suele ser habitual en el mundo alternativo de la pseudociencia caracterizado por el inmovilismo dogmático. Es así de sencillo, el verdadero científico tiene que aceptar que lo que hasta determinado momento crecía cierto se ha demostrado falso gracias a una nueva revisión. Alguien dijo en cierta ocasión algo parecido a que el verdadero sabio es aquel que reconoce su ignorancia y se esfuerza en proba e indagar una y otra vez para acercarse a la verdad. Esta actitud es lo más opuesto al dogmatismo, caracterizado por verdades inamovibles fundadas en motivos ideológicos o religiosos. <br /><br />Hemos mencionado anteriormente la filosofía posmoderna, según la cual el acceso a la realidad resulta complicado al estar determinada por nuestra subjetividad. Resulta algo a tener en cuenta, pero cuidado con llevar esa máxima demasiado lejos o caemos en el delirio de la multiplicidad de discursos ideológicos, que nada tienen que ver con la ciencia. Precisamente, necesitamos el método científico para concretar un concepto de la realidad aproximado. Si alguien piensa que su vida está regida por los astros o determinada por una energía universal curativa, sencillamente hay que demostrarle que son hipótesis que se han demostrado falsas (aunque, hay veces que el delirio místico se refugia en terreno ajenos a cualquier verificación). Cualquiera puede pensar y creer lo que quiera, pero los hechos son los hechos. La filosofía pragmática, plural y antidogmática, basada en una duda viva y dinámica, ya que los seres humanos estamos en un proceso constante de corrección y adquisición de nuevas creencias, nos demuestra que puede haber muchos puntos de vista, pero gracias a la verificación en la práctica podemos tener un acercamiento razonable a la verdad.<br />
</div>Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-13126148892761867732023-11-12T13:08:00.000+01:002023-11-12T21:24:03.703+01:00La religión y el creacionismo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-size: large;">Desde un punto de vista filosófico el creacionismo puede tener dos sentidos: en primer lugar, como afirmación de que la creación del mundo tuvo lugar <i>ex nihilo</i> (es decir, a partir de la nada) por obra de Dios; en segundo lugar, puede aludir a la producción de almas humanas, lo que presupone también la existencia de Dios. En un caso y en otro, el creacionismo quiere negar que el mundo y el alma humana (preexistente, para los creyentes, a la propia existencia del hombre; para los que no creemos, señalamos el alma como una de las grandes falacias en la historia de la humanidad origen del pensamiento religioso y del desbarajuste intelectual que todavía pagamos) tengan una condición previa según la cual hayan surgido a partir de algo. Es decir, la afirmación "Dios lo hizo" es la visión más cómoda a nivel intelectual, un deseo brusco de no hacerse más preguntas y, posiblemente, lo que sigue manteniendo a gran parte de la humanidad en un estadio más bien infantil. Recordaremos también el clásico moderno, que alude a la imposibilidad la causa primera de las cosas y niega la creencia religiosa: "Yo no pongo nombre a mi ignorancia, la coloco en un altar y la llamo Dios".</span><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7I7FQmBTcXoLDKgSqPDGcu6WCNfuTV47bLrR8ipfnpx8TNboDNtsqzvwxcDTKpOJgtxxNnVim5O0gHDjK7dRJXpw0tM_lZ5pS7BSW8ucsRshpHFY7FTEkmBcsM3dZ22dwAXIRjhQJ-jhJ/s1600/Draw-Me-The-World-draw-world-draw-me-the-world-painting.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7I7FQmBTcXoLDKgSqPDGcu6WCNfuTV47bLrR8ipfnpx8TNboDNtsqzvwxcDTKpOJgtxxNnVim5O0gHDjK7dRJXpw0tM_lZ5pS7BSW8ucsRshpHFY7FTEkmBcsM3dZ22dwAXIRjhQJ-jhJ/s1600/Draw-Me-The-World-draw-world-draw-me-the-world-painting.jpg" width="320" /></a></div>
Este breve resumen sobre la visión filosófica del creacionismo lo adelantamos a un análisis más popular del concepto, y para echarnos a temblar, como veremos a continuación, preguntándonos si el pensamiento religioso es una suerte de virus que mina intelectualmente a las personas; puede que nos acusen de reduccionistas y demagogos, algo que asumimos, nosotros somos así.<br />
Hay que aclarar, y un motivo más para entender lo fantasioso de la creencia religiosa (o mágica o como la queramos llamar), que el creacionismo no debería aludir necesariamente a la mano de un único Dios en la creación del mundo y los seres vivos. Es decir, si nos viene uno diciendo que él es un politeísta que también piensa que hay una creación <i>ex nihilo</i>, ¿quiénes somos nosotros para negarle la condición de creacionista? Queremos decir con esto que el creacionismo es un concepto, como tantos otros, insertado en la tradición monoteísta (exactamente, judeocristiana); si los seres humanos pertenecen a otra cultura, puede que crean en otras cosas disparatadas, pero al parecer no se les puede etiquetar de creacionistas según los cánones oficiales. Un desbarajuste intelectual de lo más peculiar, como ven ustedes, y nos esforzaremos siempre en señalar lo ridículamente dogmático de las creencias religiosas; es fácil señalar lo irrisorio, por ejemplo, del politeísmo hindú, con su universo plagado de deidades en plan despiporre, pero al parecer si indicas, por ejemplo, que el cristianismo tiene igualmente cosas contradictorias y disparatadas, contrarias a la razón, el asunto es más delicado.</div><div style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/1dsNbBhXxtg?si=DsUmAn2WxKdr0STR" title="YouTube video player" width="560"></iframe></div>
<a name='more'></a>Volvamos al creacionismo. A estas alturas de la película, todavía existen creyentes que pretenden que la visión religiosa (sobrenatural) debe contrarrestar en la educación las enseñanzas científicas (naturales). Así, pretenden que existe todo un debate científico sobre el creacionismo enfrentado al evolucionismo (y, ojo, no decimos que no haya fisuras, como es lógico, en lo que sabemos sobre la evolución; no obstante, insistimos, no pongamos nombre a la ignorancia en un caso o en otro); el creacionismo, junto a la idea del diseño inteligente, es decir, de que existe un propósito racional por parte de una voluntad superior en el origen del universo y de la vida humana (aunque, ya sabemos que hay quien no alude necesariamente en ello a la existencia de un Dios personal), no son más que mitos y creencias que deben ser colocadas en su justa medida. Si puede que exista un creacionismo clásico, amparado en la "verdad" revelada de la Biblia (un libro bien escrito y entretenido, pero plagado de hechos verdaderamente terribles que deberían hacer cuestionar la creencia religiosa más que afirmarse en ella), existe una doctrina creacionista moderna, que simplemente habría de calificar de pseudociencia al ignorar o manipular el método científico.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0IUk6vaUPjB6uwhpEQZECvSNVr5-kiailwOGdtcnVaArePUf3y7pl5zXrkgJ1P62RoOwXZDMc4UoJC4J2IUlpq7zuhc43QSZPmH4rxKf5qPk_l13fks3xzmSq_CI-JAEIPG46rAr1RZKW/s1600/animal-humano.gif" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0IUk6vaUPjB6uwhpEQZECvSNVr5-kiailwOGdtcnVaArePUf3y7pl5zXrkgJ1P62RoOwXZDMc4UoJC4J2IUlpq7zuhc43QSZPmH4rxKf5qPk_l13fks3xzmSq_CI-JAEIPG46rAr1RZKW/s1600/animal-humano.gif" width="387" /></a>Por supuesto, existen muchas variantes del asunto que nos ocupa, de tal manera que el pensamiento religioso se adapta ladinamente a la ciencia y pretende afirmar que sus creencias no se oponen en absoluto al conocimiento científico; así, se limitan a retrasar el acto creador <i>ex nihilo</i> de una manera de nuevo cómoda, pero cuestionablemente honesta. Por ejemplo, la inefable Iglesia católica, viendo tal vez que el chiringuito y los privilegios se le venían abajo, llegó un momento en la historia moderna que simplemente no trata de oponerse al desarrollo de la ciencia, siempre y cuando se creyera en última instancia en la causalidad divina. Dejamos para el lector, para que nos nos acusen de nuevo de tendenciosos, la lectura intelectual y ética del asunto. Como es, o debería ser sabido, algunos postulados creacionistas, como los de no pocas Iglesias de Estados Unidos, llevan a creer y afirmar que la Tierra tiene solo unos miles de años. Es una línea diferente a la del monstruo institucional católico, más replegada en el fundamentalismo; ello implica una notable falta de ridículo y, muy probablemente, de vergüenza, pero a priori es al menos más honesta desde el punto de vista dogmático-religioso.<br />
En cualquier caso, insistimos, qué extraño y pernicioso virus se cuela en el cerebro de las personas y les lleva a creer en tanto disparate.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/2kYVyCmf0Oo" width="320" youtube-src-id="2kYVyCmf0Oo"></iframe></div><br />
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-62524358033719890582023-11-04T10:32:00.000+01:002023-11-04T10:32:40.482+01:00La ciencia y el deseo moral (apartando las concepciones religiosas)<div style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPu2iR3yvgaoYIfnK_AU96W5u0JTjd7NDPd-MIyr6f_TDAMiQhEf3Ghrsi0Hj75U5AYSByqQgTpa_RwDtgkYM4W16jKYE_E8xdkVTBcXzBLxWA8bWo-dv7ZSjIzdpp_bgmK7dg8thmwqSg/s1600/ateismo.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="167" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPu2iR3yvgaoYIfnK_AU96W5u0JTjd7NDPd-MIyr6f_TDAMiQhEf3Ghrsi0Hj75U5AYSByqQgTpa_RwDtgkYM4W16jKYE_E8xdkVTBcXzBLxWA8bWo-dv7ZSjIzdpp_bgmK7dg8thmwqSg/s320/ateismo.jpg" width="320" /></a></div>
En <i>Religión y ciencia</i>, Bertrand Russell daba a priori la razón
a los que consideran que la ciencia no tiene nada que decir sobre los
valores. Sin embargo, aclaraba que no estaba de acuerdo con deducir de
ello que la ética contiene verdades que no pueden ser probadas o
refutadas por la ciencia. Tradicionalmente, el estudio de la ética
consta de dos partes: la que concierne a las reglas morales y la que se
ocupa de lo que es bueno por sí mismo. La historia de la humanidad puede
observarse, desde el punto de vista de la ética, como una evolución de
una situación en la que las reglas de conducta son importantes, hasta
otra en la que se da más importancia a la reflexión y a los estados del
"espíritu". Para los místicos y religiosos, suponemos que para los
sinceros, las reglas externas les parecerán solo adaptables a las
circunstancias y valoran más una buena conducta que mane del interior
del individuo. Una de las formas de evitar las reglas externas fue la
creencia en la "conciencia"; según la visión religiosa, Dios habría
puesto en cada corazón humano lo que es recto y solo hay que escuchar la
voz interior. Russell recuerda que hay, al menos, dos dificultades para
esta teoría: primero, que la llamada conciencia parece decir cosas
diversas a cada hombre, después, la psicología ha ido dando respuestas a
los distintos sentimientos de cada individuo. Como buen científico,
Russell apela a las leyes causales para comprender por qué existe tanta
diversidad en lo que motiva la conciencia. Mediante la intronspección,
hay veces que los sentimientos parecen misteriosos, al haber olvidado
como se originaron, y no resulta raro que tantas personas a lo largo de
la historia hayan considerado que eran un producto divino. Russell
considera que la conciencia es un producto de la educación, algo con lo
que podemos estar de acuerdo en gran medida, y puede ser dirigida a un lugar o
hacia otro a conveniencia del educador. Para liberar a la ética de unas
reglas externas, hay que poner en duda la visión religiosa sobre la
conciencia.<br /><div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/PJORJJrraxY?si=EJWTd-pVjLAlmsp1" title="YouTube video player" width="560"></iframe></div>
<a name='more'></a>En el terreno de la filosofía, también han
existido intentos de subordinar las reglas de conducta en cuestiones
moral. Para ello, se ha definido el Bien como aquello deseable,
independientemente de sus consecuencias. De ello se infiere que lo
deseable es aquello que promueve ese gran concepto del Bien. Las
dificultades para esta concepción absolutista de lo que es bueno son
obvias, ya que de la mayoría de los actos derivan cosas malas y
deseables a la vez. Hay muchos autores que han elaborado diferentes
concepciones del bien: basadas en el conocimiento, en el amor de Dios,
en el amor universal, en el goce de la belleza, en el placer... Todas
ellas dan lugar a grandes dificultades, como parece obvio. Desde un
punto de vista "científico", sin embargo, pueden aducirse pruebas por un
lado o por otro para definir las consecuencias de un comportamiento.
Para una concepción absolutista del Bien, no existen pruebas definitivas
que nadie pueda presentar y solo parecen tener cabida argucias
emocionales para convencer a los demás. Russell sostiene algo muy
importante, y a pesar de su constante apelación a la ciencia, interesará
a los posmodernos: los "valores", efectivamente, están fuera del
terreno de la ciencia, como son ajenos incluso al conocimiento, ya que
solo dan expresión a las emociones de cada individuo. Desde este punto
de vista, la afirmación de que algo tiene "valor" no sería un hecho
cierto sin más, al margen de nuestros sentimientos personales. Para
aclarar esto, hay que analizar la idea del Bien.<br />
<br />
A
priori, la idea de lo bueno y de lo malo parece tener alguna conexión
con el "deseo". En una primera apariencia, puede ser que lo que deseamos
sea "bueno" y lo que tememos, "malo". Naturalmente, la dificultad
comienza al comprobar que hay tanta variedad en los deseos de los
individuos. La ética podría definirse como un intento de escapar a esa
subjetividad, aunque con evidentes dificultades. Los argumentos que se
presentan para decidir lo que es "deseable" pueden ser diversos, por un
lado o por el contrario, buscando aliados constantemente. De hecho,
Russell considera que la ética está muy vinculada a la política, si
entendemos esta como el intento de un individuo para hacer que sus
deseos se conviertan en los de su grupo. En este sentido, podemos dar un
significado grupal a la ética, siempre y cuando los deseos de cada
individuo sean cosas que todos pueden gozar en común. El intento
individual para elevar el deseo propio a categoría universal se puede
intentar desde dos puntos de vista: el del legislador y el del
predicador. Dentro del Estado, el legislador elaborará un código moral
conforme a los fines que él valore, según el cual los hombres se
sentirán malos si persiguen propósitos diferentes; la "virtud" se
convertirá, dejando a un lado la cuestión subjetiva, en una sumisión a
los deseos del legislador. El predicador, si no cuenta con una
institución de su lado, apelará con mayor frecuencia a las emociones
para que sus deseos se conviertan en los de la mayoría.<br />
<br />
Podemos
decir que la ética no contiene afirmaciones, sino deseos, por lo que
siempre existirá una tensión entre los sentimientos del individuo y el
deseo de elevarlos a categoría universal. La ciencia no puede contener
sentencias éticas, pero sí puede examinar las causas de los deseos y los
medios para realizarlos. No existen argumentos para probar que esto o
aquello tiene un valor intrínseco, por lo que hay que aceptar que las
diferencias son de gusto y no existe una verdad objetiva. Esta doctrina
"subjetivista" tiene varias consecuencias, siendo la más evidente que se
anulan conceptos religiosos como "pecado" o "virtud", ya que ello solo
puede ser valorado como bueno o malo por los seres humanos en función de
las circunstancias. Siguiendo con la visión religiosa, aquellos que
sostienen que existe cierto "propósito cósmico" criticarán esta teoría
contraria a toda objetividad y absolutismo, y esa creencia les llevará
incluso a aceptar lo que es más pernicioso como parte de un plan divino.
Desde un punto de vista biológico, los valores son también producto de
la evolución, entendidos como lo que resulta de agrado o desagrado
respecto al ambiente, aunque ningún propósito original se deduce de
ello. En un terreno filosófico y ético, los valores, entendidos como lo
que es bueno para un conjunto de personas, se defienden de forma más
firme aceptando que solo pertenecen a un plano de actuación humano.<br />
<br />
Por
supuesto, los partidarios de valores "objetivos" argumentarán las
consecuencias inmorales que (supuestamente) se derivan de todo este
relativismo. Se trata de un razonamiento, tan pertinaz, como defectuoso.
Claro que se derivan consecuencias de la concepción subjetiva de los
valores, pero no se deduce necesariamente ningún debilitamiento moral de
índole general. Si se pretende que las obligaciones morales influyan en
la conducta, hay que apoyarse con más fuerza en el deseo que en la
creencia. Como dice Russell, existen deseos que no son puramente
personales, pero en caso de no tenerlos, ninguna enseñanza influirá en
nuestra conducta exceptuando el miedo a no ser aprobado. Es posible que
gran parte de la vida que admiremos sea producto de deseos impersonales;
sin embargo, esos deseos pueden ser estimulados por el ejemplo, la
educación y el conocimiento, y apenas lo serán por una creencia
abstracta en lo que es correcto. Es tarea de una organización social
sabia crear armonía entre el interés propio y el general, aunque pueden
existir individualidades capaces de tener unos deseos morales vigorosos e
influir sinceramente sobre el grupo al tener esa aspiración universal.
Algo tan general como la felicidad general no necesita una sanción de un
concepto absoluto del bien, ni se convierte en algo irracional al estar
basado en deseos individuales. En este sentido, los deseos no son en sí
mismos racionales o irracionales; sencillamente, pueden entrar en
conflicto con otros deseos y conducir a la infelicidad, o pueden ser
negados por otras personas y no ser satisfactorios. Russell apela, por
lo tanto, a los deseos grandes y generosos, además de por las teorías
morales; ello es porque estas nada significarían sin el deseo de
elevarlas a una categoría universal.</div>
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-55806338664127540962023-10-21T13:00:00.000+02:002023-10-21T13:02:33.909+02:00John Leslie Mackie y las consecuencias morales del ateísmo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXGSs5MnfAPwbqkzFEPGqG5fdye9dSo-2K0ewnNlhnwvheaMppz6RmurahEHxskaTNUuGuaZU0-QvMK6BHCiI-X9lJsFQkUco-Vt2s6Pwl60Z5L3xV6Ae7X0opQLoMp8EbPNHkL_FXg91I/s1600/Consecuenciasmorales.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXGSs5MnfAPwbqkzFEPGqG5fdye9dSo-2K0ewnNlhnwvheaMppz6RmurahEHxskaTNUuGuaZU0-QvMK6BHCiI-X9lJsFQkUco-Vt2s6Pwl60Z5L3xV6Ae7X0opQLoMp8EbPNHkL_FXg91I/s320/Consecuenciasmorales.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: large;">John Leslie Mackie (1917-1981) fue un brillante filósofo australiano, especializado en metaética y partidario del escepticismo moral, conocido ateo y participante en jugosas polémicas al respecto. En <i>Dios no existe</i> (peculiar traducción para <i>The portable atheist</i>, recopilación de textos realizada por Christopher Hitchens), se incluye un texto de Mackie sacado de su obra <i>El milagro del teísmo: argumento a favor y en contra de la existencia de Dios.</i> </span><br /></div><div style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/tMB_MUS9yrw?si=PjNjNTwUiugB2J2n" title="YouTube video player" width="560"></iframe><br /></div>
</div><div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">Entre las consideraciones a favor de la existencia de una dios personal, o casi personal, se enumeran al menos cinco: "1) los supuestos milagros; 2) las versiones inductivas del argumento del diseño y la conciencia, tomando como 'signos del diseño' tanto el hecho de que existen regularidades causales y el hecho de que las leyes naturales fundamentales y las constantes físicas son tales que hacen posible el desarrollo de la vida y la conciencia; 3) una versión inductiva del argumento cosmológico, buscando una respuesta a la pregunta '¿Por que hay algo en lugar de nada?'; 4) la idea de que hay valores morales objetivos cuya existencia demanda una explicación adicional; 5) y la idea de que algunos tipos de experiencia religiosa pueden comprenderse mejor si los entendemos como la percepción directa de algo sobrenatural". Por supuesto, Mackie echa por tierra estos argumentos: el primero y el quinto son, de forma obvia, muy débiles, ya que pueden explicarse fácilmente en términos naturales. Por otra parte, el mundo natural explica, gracias a la evolución, la conciencia, la moralidad y el valor como actividad humana. Lo único dudoso, desde una explicación naturalista, serían las irregularidades causales,el hecho de que las leyes físicas sean las que son y de que haya algo en lugar de nada. El naturalista suspenderá siempre la cuestión de Leibniz, ¿por qué hay algo en lugar de nada?, mientras que el teísta se sentirá igualmente indefenso ante la pregunta de por qué hay un dios en lugar de nada. La hipótesis de Dios, al menos desde Laplace, resulta innecesaria desde este punto de vista sustentado en términos racionales; la reivindicación literal y fáctica de la existencia de un Dios personal no posee base racional alguna, pero los intentos posteriores de defender el pensamiento religioso, una vez liberado de sus creencias tradicionales, son señalados por Mackie como un rotundo fracaso.<br />
<a name='more'></a><br />
<br />
Por supuesto, Mackie sitúa en primer lugar el debate desde un punto de vista estrictamente filosófico, lo cual hace que el asunto se relativice y no satisfaga a algunas personas reflexivas y ecuánimes. Más interesante y concluyente resulta el estudio que realiza de la consecuencias morales del ateísmo, ya que muchas personas insisten en la aceptación de la religión precisamente porque creen que sin ella desembocaríamos en un desastroso nihilismo. Mackie señala cuatro puntos de vista principales sobre la naturaleza y el estatus de la moralidad. El primero quiere observar reglas y principios morales desvinculados de la utilidad que puedan tener, originados en alguna suerte de divinidad y sustentados por la promesa de recompensa o la amenaza de castigo en esta vida o en la otra. La segunda, denominada kantiana, racionalista o intuicionista, ve los principios morales como una normativa objetivamente válida, formulada o descubierta por el intelecto humano y dotada de autoridad autónoma al margen de cualquier dios (si un creyente tiene este punto de vista, seguramente pensará que la bondad divina consiste en que él ejemplifique esos principios). Un tercer punto de vista sostiene también la existencia de principios objetivos válidos, pero considera que son creados y sustentados de algún modo por la existencia de dios. Una cuarta opinión, llamada <i>humeana</i>, sentimentalista, subjetivista o naturalista, piensa que la moralidad es fundamentalmente un producto humano y social; los conceptos, principios y prácticas morales se han desarrollado a través de un proceso de evolución biológica y social. Desde esta última perspectiva, se explica la existencia y persistencia de los principios y prácticas morales debido a que permiten de alguna manera a los seres humanos, en cuya condición natural conviven fuerzas tanto competitivas como cooperativas, sobrevivir y alimentarse mejor al limitar la competencia y facilitar la cooperación. Mackie señala que los que se adhieren a este punto de vista no lo explican necesariamente de esta forma y que sea posible que suscriban alguna de las tres opiniones anteriores; no obstante, la explicación naturalista explica muy bien su pensamiento y su conducta. <br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLYb3nnj5SIhE8kA6qZJpwdFI73hTcPH_-SoMvXJde8OyZfnFO4FBD7PC3MrT9g71JzDAUcAqpRbOxVQUdVe6qeJBDNLHnR4_WafMXanZwPdXXf_z4LhzFkTXrp9aM73EtFKj1XHm3hlB-/s1600/moralidad.png" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgLYb3nnj5SIhE8kA6qZJpwdFI73hTcPH_-SoMvXJde8OyZfnFO4FBD7PC3MrT9g71JzDAUcAqpRbOxVQUdVe6qeJBDNLHnR4_WafMXanZwPdXXf_z4LhzFkTXrp9aM73EtFKj1XHm3hlB-/s640/moralidad.png" width="228" /></a></div>
Mackie, obviamente, muestra la moralidad con su propio origen causal, como una cuestión de sentimientos y actitudes; sería parcialmente instintiva, desarrollada a través de la evolución biológica, y parcialmente adquirida, desarrollada gracia a la evolución sociohistórica y transmitida de una generación a otra, en forma de valores culturales, más de forma automática que consciente. No obstante, como librepensador que es, Mackie no se conforma con respuestas definitivas y reconoce la complejidad del asunto. Ni teístas ni ateos poseen el monopolio de la virtud, pero tampoco puede vincularse la moralidad fácilmente a ninguna ley causal establecida por algún estudio estadístico sobre creencia o no creencia. Ello es debido, precisamente, a que lo que se considera vicio o virtud es objeto de controversia y división entre creyentes y no creyentes, lo cual da la razón a un enfoque naturalista. Mackie sospecha que existe una correlación positiva entre ateísmo y virtud, pero posee la honestidad intelectual para no establecer una tendencia causal que conduzca a que la no creencia promueve la buena praxis moral. Se retoman entonces algunas consideraciones generales, ¿qué supondría para la moralidad que existiera o no existiera un dios e igualmente en el caso de que la gente asociara, o no, su moralidad a las creencias religiosas? En primer lugar, las revelaciones de la religión son ya obviamente condenables al contener normas restringidas, anticuadas o bárbaras (tal y como aparecen en la Biblia o el Corán). Desde un punto de vista más general, la vinculación entre creencia religiosa y moralidad supone la devaluación de esta última por dos motivos principales: debido a que la debilitación de la moralidad decaerá cuando no exista la creencia y también porque la subordina a otras preocupaciones mientras persista la creencia (mencionaremos el absurdo de aceptar el pecado en el cristianismo para lograr la salvación). <br />
<br />
Muchas personas quieren vincular los más nobles valores a alguna de las religiones, pero suele olvidarse que gran parte de las acciones más terribles que se han realizado a lo largo de la historia se han hecho en nombre de la piedad. Aunque, por ejemplo en el cristianismo, hay valores éticos admirables (muchos, añadidos posteriormente y explicables desde puntos de vista sociohistóricos), pero a lo largo de la historia en las religiones, en general se ha primado la preocupación por la salvación y la vida después de la muerte, así como la opinión de que la falta de fe, la duda y la crítica a la creencia es pecado y actitudes heréticas dignas de ser perseguidas. En general, la religión se opone a la discusión, muestra deshonestidad intelectual e incluso a veces abierta hostilidad a verdades científicas confirmadas. En este contexto, con los precedentes históricos de un claro totalitarismo religioso (precedente del político y base de él en muchos aspectos), la moralidad promovida por la religión suele ser ambigua o directamente perniciosa, lo cual no supone lógicamente que todos los creyentes y teístas sean dogmáticos o moralmente cuestionables. Frente a la religiosa, existe toda una tradición humanista, preocupada por los problemas sociales e individuales, defensora de la honestidad intelectual y la tolerancia, así como propulsora de la libre investigación. No obstante, Mackie no cae en un fácil maniqueísmo. La ausencia de vinculación religiosa no garantiza obviamente que no existan conflictos. Como creaciones humanas que son, también existen preceptos morales absolutistas y objetivistas, con vínculos religiosos o no, que suponen enfrentamientos entre distintas concepciones. Desde un enfoque naturalista, puede entenderse mejor la moralidad, con sus concesiones y con sus ajustes, o incluso llegar a un consenso universal sobre lo que es correcto. Por supuesto, nos limitaremos demasiado si simplemente derivamos la moralidad de los hechos de la situación humana y no procuramos entender cómo el hecho moral puede desarrollarse y a qué funciones sirve, así como obviamos tener en cuenta la posibilidad de que se extienda. Como valor innegable del ateísmo está su poderoso realismo ante hechos fatales de la existencia humana como es la muerte; hay quien señaló como una de las mayores irracionalidades del pensamiento religioso su elección de la comodidad frente a la verdad.</div>
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-60470581239990459672023-10-07T10:09:00.001+02:002023-10-07T10:09:59.574+02:00La posmodernidad y las nuevas creencias<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnAzG7waZa4efKKtQDvEhfRfS-jLXtOv6aSzHzNCTUsRO9wafWZh5nSjxbJppRoBqjw47Q1ey8iwJXFUKrHGjbqWRFjZsM7khVC-hPjiFMkBM2iFBz9I6bbaIQCZCqMHZEW2_wJiHIFeQs/s1600/PENSADOR-ABSOLUTISMO-ESCEPTICISMO-CRITICA.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="190" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnAzG7waZa4efKKtQDvEhfRfS-jLXtOv6aSzHzNCTUsRO9wafWZh5nSjxbJppRoBqjw47Q1ey8iwJXFUKrHGjbqWRFjZsM7khVC-hPjiFMkBM2iFBz9I6bbaIQCZCqMHZEW2_wJiHIFeQs/s200/PENSADOR-ABSOLUTISMO-ESCEPTICISMO-CRITICA.jpg" width="200" /></a></div>
<span style="font-size: large;">El malestar con la modernidad no es tan reciente como pudiera parecer en un primer momento. De hecho, puede decirse que el mismo desarrollo de la época moderna conlleva algunos movimientos más o menos de oposición. Es el caso del romanticismo, en el que se exhaltan los sentimientos y la subjetividad, frente a la razón ilustrada y la objetividad.</span><br />
<br />
Cuando he hablado con personas del ámbito filosófico, siempre se alude a la posmodernidad como algo abstruso, que tal vez no terminan de comprender bien ni ellos mismos; en cualquier caso, hablamos de una crisis de los valores modernos, el desencanto debido a que hay poner en cuestión nociones como el progreso, la razón, la emancipación e incluso la ciencia. Es, en definitiva, una crisis de los grandes relatos, discursos, cosmogonías o ideologías; ya no existen grandes asideros a los que agarrarse, debido a lo cual se ha hablado también de la posmodernidad como "modernidad líquida". Todo esto nos lleva, y hablo por experiencia propia, de que los pensadores impregnados de posmodernidad, con alguna notable excepción, caigan en un relativismo no pocas veces extremo; debido a que la verdad es algo cuestionable, y no existe ninguna gran explicación definitiva a la que agarrarse, cualquier discurso les vale.</div><div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"> </div><div style="text-align: left;" trbidi="on"><div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/e03gRhpeeiE?si=b404Dgx6hDXbgEKV" title="YouTube video player" width="560"></iframe></div><a name='more'></a>Es posible que la posmodernidad suponga un fárrago de mucho cuidado, que al común de los mortales le sea totalmente ajeno y que a tantos otros preocupados por el pensamiento y la praxis (social o política) le resulte más bien rechazable, por conservador o reaccionario (el desencanto conduciría a aceptar sin más lo establecido y no establecer campo de batalla alguno en ningún ámbito de la vida). Esto no es totalmente cierto, ya que <b>existen personas que asumen el discurso posmoderno (o la aceptación de una época impregnada de él, más bien) para concluir que, si bien los grandes discursos (incluso revolucionarios) han muerto, puede establecer un compromiso con proyectos transformadores muy concretos. </b>Uno de los paradigmas de los grandes discursos de la modernidad es el marxismo, que aseguró que llegaría el paraíso socialista y la emancipación del proletariado, y mejor no recordamos qué tuvimos en su lugar. La otra gran corriente revolucionaria de la modernidad, el anarquismo, no tuvo nunca ninguna propuesta totalizadora sobre la transformación de la realidad, por lo que se adecúa muy bien a lo postulados de la posmodernidad (si bien no renuncia en absoluto a la transformación social, es consciente de que la realidad es plural y poliédrica, y todo ello desde una perspectiva antiautoritaria).<br />
<br />
Concluyendo, si la posmodernidad es sinónimo de desencanto y conservadurismo (desgraciadamente, gran parte de la sociedad parece manifestarse así), es plenamente rechazable. Si, en cambio, es una mera denominación para recordar que las promesas de la modernidad no se han cumplido y, precisamente, buscar nuevas mejoras de la realidad desde la perspectiva del siglo XXI, la cosa es muy diferente. Una buena definición sería <b>una tensión entre las ideas de la modernidad y la época posmoderna, precisamente para buscar un mayor horizonte para la razón, el conocimiento y el progreso</b> (asumiendo, claro está, que este no se produce de modo lineal, ni existe sentido ni fatalidad en la historia, una visión claramente religiosa luego secularizada). Se ha dicho también que la época posmoderna se caracteriza por una fuerte subjetividad (atomización, tal vez sería un término más adecuado), de tal manera que el individuo busca alguna forma de salvación personal en forma de libros de autoayuda, psicoterapias, medicina alternativa (claro, lo científico ya es cuestionable), meditación trascendental, etc. La posibilidad de la transformación social queda sustituida por alguna suerte de hedonismo (algo vulgar y frívolo, en nuestra opinión), la obsesión por el cuidado del cuerpo y de la mente (aunque muy alejado de la búsqueda de la cultura para la liberación, tal y como prometía la modernidad).<br />
<br />
Es cierto que había algo pernicioso en la propia palabra, nos referimos a las grandes ideologías o "ideales", consustancial a la modernidad. Era como una eterna promesa de futuro en la que acababa sacrificándose el presente. Sin embargo, lo que nos ha traído en su lugar la posmodernidad parece, a priori, un escenario no menos terrible que esos paraísos truncados en distopías. La solución no es dejar de pensar y buscar solo el placer inmediato (y el sentimiento frívolo), sino <b>otorgar un mayor horizonte a la razón crítica, precisamente para buscar una mayor satisfacción en la vida</b> (algo que, también, forma parte de lo placentero). La sustitución de la ética por la mera estética es, creo que no hace falta decirlo, la elusión de todo compromiso para profundizar en los problemas del mundo y tratar de cambiar las cosas. Por otra parte, la crisis de los grandes discursos totalizantes (recordemos que los principales eran los religiosos), algo de lo que nos alegramos, no puede abrir la puerta para todo tipo de creencias disparatadas.<br />
<br />
Es como si, una metáfora que escuché en cierta ocasión, se hubiera acabado con el gran monarca (Dios o cualquier otro trasunto que hubiera traído la modernidad), pero no hubiéramos destruido el trono; de esa manera, en el mismo se sienta cualquier otra creencia. La crisis de las religiones, propia de la modernidad, ha supuesto otras formas de religiosidad más líquidas (el paradigma del New Age, y todo lo que traído después, es el ejemplo más disparatado). Sin que tengamos que pensar, como pretenden los religiosos tradicionales, que el ser humano necesita de formar sagradas a las que plegarse, hay que recordar que todas estas actitudes del ser humano en las sociedades "avanzadas" (el resto del mundo está demasiado ocupado sobreviviendo) son explicables por factores muy terrenales. En gran medida, el desarrollo de un sistema económico depredador y alienante puede dar razones de ello. Aceptamos de la posmodernidad su análisis, tal vez sería estúpido no hacerlo, pero precisamente para otorgar un mayor horizonte, aquí y ahora, a aquello que nos prometió la modernidad: la razón crítica, la emancipación social, el desarrollo del conocimiento… Nada de ello tiene que ver con la creencia religiosa ni con ninguna forma de sacralización o pseudoespiritualidad.</div>
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-46105919145452431632023-09-18T21:07:00.000+02:002023-09-23T10:23:35.224+02:00La libre indagación<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtz041b4sA9owc0WWLbztkhfAMrtKihApY6RJ2T7cYaTg_6ZGRKsd9oNbRNQPr5xY7WzaRf1ZREX7nZZ9a-y16yZGrXz4w_6EHNZRt1EQyg9E7Pc69OFLE2OYt3BkfpKhKa2waaF8aH6md/s1600/d99782a6e9f836c37bb3f4e5125f3fac.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtz041b4sA9owc0WWLbztkhfAMrtKihApY6RJ2T7cYaTg_6ZGRKsd9oNbRNQPr5xY7WzaRf1ZREX7nZZ9a-y16yZGrXz4w_6EHNZRt1EQyg9E7Pc69OFLE2OYt3BkfpKhKa2waaF8aH6md/s1600/d99782a6e9f836c37bb3f4e5125f3fac.jpg" /></a></div>
<span style="font-size: large;">Siempre han existido personas que se han esforzado en pensar
libremente, no solo en considerar que la idea de Dios es simplemente un
invento humano, sino en señalar el gran mal que se ha hecho en su
nombre. Desgraciadamente, no se puede averiguar mucho de estas personas,
ya que han estado sometidas normalmente a la aniquilación o al
ostracismo. De igual modo, es posible que muchos creyentes en apariencia
fueran en realidad escépticos o librepensadores con miedo a proclamar
su auténtico pensamiento en contextos muy represivos.</span><br />
<br />
<span style="font-size: small;">Hay veces que se
mencionan las grandes obras artísticas como resultado de la fe
religiosa, pero ello es en gran medida dudoso, podemos verlas también
como expresiones de la cultura y de la civilización humanas desde un
ámbito muy humano, además de tener serias dudas de las verdaderas
creencias de aquellas personas. Afortunadamente, el desarrollo del
pensamiento, aunque esté tantas veces desvirtuado, se ha apartado de
toda verdad "revelada" y de toda fe dogmática para, precisamente,
considerar que la conciencia, la razón y la moral son innatas al ser
humano, susceptibles de ser mejoradas o deterioradas, sin que haya que
buscar explicaciones espirituales o metafísicas.<iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/sVdi5RNmPh4?si=-YkcaoIaV2hQZyG-" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>
<a name='more'></a><br />
Christopher
Hitchens considera cuatro objeciones irreductibles a la fe religiosa:
sigue representando una forma absolutamente incorrecta de los orígenes
del ser humano y del cosmos, a ello es debido que sea capaz de conjuntar
el máximo de servilismo y el máximo de solipsismo (creencia metafísica
según la cual solo puede ser conocido el propio yo, y la realidad
externa resulta entonces incognoscible), la represión sexual que
ocasiona a la vez la creencia y el estar sustentada en última instancia
en ilusiones. Freud consideraba que las representaciones religiosas no
eran más que respuestas a las necesidades y deseos más apremiantes de
los hombres. Del mismo modo, hay que insistir al igual que él en que es
una falacia el que sean necesarias para la cohesión social. Sí estoy de
acuerdo en que algo debe substituir a la religión, tal y como la
entendemos como "ilusión", algo que podemos llamar humanismo o
fraternidad universal, y confiar al mismo tiempo en una ciencia que no
abandone el horizonte moral y humano. Estas objeciones y este análisis
no deben ser vistos como arrogancia alguna, todo lo contrario, es el
afán por conocer y por mejorar. Tal y como decía al comienzo de esta
entrada, estoy seguro de que innumerables personas han sacado estas
conclusiones a lo largo de la historia, y ello supone una tensión
permanente con la creencia dogmática. Tal vez la ciencia y la razón no
sean suficientes para establecer unos principios, pero sí son
necesarios, por lo que hay que desconfiar de toda aquella fe que las
combata o que las reduzca. La libertad intelectual es también necesaria,
una libre indagación en todo aquello que nos permite mejorar a nivel
individual y colectivo, una actitud abierta y una confianza en ideas no
dogmáticas, las cuales solo pueden estar sustentadas sobre una dignas
condiciones materiales de existencia.<br />
<br />
Podemos estar en
desacuerdo en muchísimos puntos sobre los temas más dispares, pero solo
puede llegarse a un punto en común gracias a la evidencia y el
razonamiento, nunca a través de convicciones dogmáticas y
excomulgaciones mutuas. La apelación a los oscuro, lo místico y lo
misterioso no me seduce nada, en cambio se me descubre un horizonte
inmejorable en la ciencia, la música, el arte y la literatura. No estoy
muy seguro que hablar de "valores espirituales" sea la terminología más
adecuada, pero sí sé que el intelecto y la moral se nutren solo del
conocimiento y de la creatividad humana, así como de nuestra capacidad
innata para discernir entre lo más adecuado y lo incorrecto. Nuestra
civilización no puede estar basada únicamente en los conceptos de
castigo y recompensa (humanos o sobrenaturales), y si así fuera,
parafraseando a Einstein, tal vez no valgamos mucho como especie. La
confianza en la vida terrenal, en su máxima potenciación en la
circunstancias que fuere, nos ayuda a comprender que no es así, que
nuestras posibilidades son mucho mayores. Del mismo modo, existencia
solo hay una, no siempre agradable, pero por ello susceptible de ser
vivida de forma más plena. No es que piense que una vida digna y ética
sea posible sin la creencia religiosa, es que confío en que la vida
puede ser más digna y más ética sin servilismo (sé que muchos creyentes
no lo verán así, pero la cultura religiosa la considero parte de la
tradición autoritaria). Me causa todo el rechazo posible el gregarismo,
un papanatismo que no es solo característica de la religión, pero que
tal vez han copiado de ella muchas otras doctrinas y actitudes. Por ello
(y no "a pesar de ello"), creo firmemente en que la individualidad solo
alcanza su máximo desarrollo con la cooperación social y la solidaridad
entre iguales.<br />
<br />
Sí, la actitud atea (o no religiosa)
solo se completa con un antiautoritarismo que rechace todo tipo de jefes
y de clase mediadora alguna, y que huya de toda santificación de
personas y de lugares (porque todos tienen su valor). Esa actitud no
sectaria ayuda a no lanzar a unos seres humanos contra otros, indagando
en toda aquella abstracción, culto y falsa verdad que nos enfrenta.
Porque la racionalidad es solo una parte de nuestras características
como especie, y puede prevalecer de modo ejemplar o puede adoptar, tal
como sostienen muchos ateos, un camino distorsionado debido a los
orígenes espiritualistas de la religión. No obstante, muchas cosas
nobles se han dicho en nombre de la religión, pero hay que situar cada
uno de ellas en su contexto adecuado y hay que observarlas sobre todo
como creaciones humanas, no como verdades definitivas ni absolutas. Por
lo tanto, la religión hace tiempo que tendría que haber dejado paso a un
humanismo amplio, el cual huya de todo dogmatismo y reduccionismo. Como
ya he dicho anteriormente, todo este análisis no está sustentado en la
arrogancia, muy al contrario se basa en que nuestra capacidad para el
conocimiento debe servir como motor de progreso, lo cual nos sitúa de
forma paradójica en el punto más bien humilde de admitir que sabemos
bien poco. Gracias a ello, somos capaces de seguir haciéndonos preguntas
y escapar de cualquier forma del inmovilismo intelectual (y también
vital, por supuesto).</div>
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-302374531970722202023-09-03T10:26:00.000+02:002023-09-03T10:27:06.766+02:00Alegato contra el cristianismo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmrRpsbT8KZWMEbaEeTjIwePisZ0Xb-8EsTdsFm_ON_NZO3Z9hPKtnufF_x4ujDaudt1Kd8t9MbBDGMIyHxu_wZiCnvPlGlk-_lfMzbNRbvSkNnusdMTqD6LYOBR2UagjD-dQPrr6LdfD0/s1600/alegato-contra-el-cristianismo-michael-martin.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmrRpsbT8KZWMEbaEeTjIwePisZ0Xb-8EsTdsFm_ON_NZO3Z9hPKtnufF_x4ujDaudt1Kd8t9MbBDGMIyHxu_wZiCnvPlGlk-_lfMzbNRbvSkNnusdMTqD6LYOBR2UagjD-dQPrr6LdfD0/s320/alegato-contra-el-cristianismo-michael-martin.jpg" width="211" /></a></div>
<span style="font-size: large;">Esta obra, <i>Alegato contra el cristianismo</i>, del autor Michael Martin, que ya nos brindó otro impagable libro como es <i>Introducción al ateísmo</i>, está dedicada a la que es la religión actual con mayor número de seguidores. Obviamente, lo está de un modo devastador.</span><br />
<br />
Martin
considera que las doctrinas cristianas deberían estar basadas en
razones epistemológicas, esto es, en lo que atañe al conocimiento al que
tenemos acceso. Se descarta una adscripción por cuestiones meramente
beneficiosas, tal vez con la excepción de casos muy extremos, ni tampoco por
razones de fe. Naturalmente, para demostrar si lo que sostiene la
religión es o no cierto necesitamos un examen riguroso y pruebas
concluyentes.<br /></div><div style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/v0KglUKtFFw?si=6uRXErPl7BHQap4J" title="YouTube video player" width="560"></iframe></div>
<a name='more'></a>El primer
apartado de la obra alude a la misma historicidad de la figura de Jesús,
siempre tan objeto de controversia. Martin, a través de los estudios de
G.A. Wells, concluye que en los textos sagrados (las enseñanzas de
Pablo, las cartas tempranas no paulinas, las cartas de Ignacio y las
epístolas pastorales, así como en los propios evangelios), la principal
fuente para afirmar la existencia de dicho personaje (el resto de
fuentes es muy débil), no hay coherencia alguna en cuanto a la vida de
Jesus y el tiempo en el que vivió, incluso produciéndose contradicciones
insalvables entre los distintos documentos. Aunque la argumentación de
Wells es sólida, obviamente no está muy aceptada, ya que la historicidad
de Jesús resulta fundamental para mantener en pie el edificio
cristiano.<br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwQs3gCuwpMfM9Jd2uWNN5oXkpdErpmn9JT8Cdxp61PRYomoce8M3kTJ-oo8fbxB7VLZmIhDbrMb_CH4LdQ_v1dZzgbDu4L3z-wBCweXyWjuEHZLMTQYUDBmSRQTaOJyYzt1JYNY6EyACe/s1600/vyh4.png" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjwQs3gCuwpMfM9Jd2uWNN5oXkpdErpmn9JT8Cdxp61PRYomoce8M3kTJ-oo8fbxB7VLZmIhDbrMb_CH4LdQ_v1dZzgbDu4L3z-wBCweXyWjuEHZLMTQYUDBmSRQTaOJyYzt1JYNY6EyACe/s640/vyh4.png" width="308" /></a>Martin,
por lo tanto, trata de partir en el resto del libro de que,
efectivamente, existió un líder religioso llamado Jesús, y examina el
resto de circunstancias en que se basa dicha religión. Una de ellas es
la de la resurrección y existen buenas razones, históricas y lógicas,
para pensar que no existen pruebas disponibles para creer en la
afirmación de que Jesús volvió a la vida en torno al año 30 d. C.
Naturalmente, aunque creyéramos que Jesús efectivamente resucitó,
tampoco eso nos lleva necesariamente a la creencia en Dios, o en dioses
del tipo que fuera, y nos introduce en otras cuestiones dignas de ser
examinadas.<br />
No hay que olvidar las semejanzas del
cristianismo, tal y como ocurre siempre con cualquier religión, con
creencias míticas anteriores. En el caso del cristianismo hay demasiadas
cosas parecidas al culto mitraico, religión del mundo antiguo; una de
ellas es que también Mitra nació con forma humana y terminó por ascender
a los cielos.<br />
<br />
El cristianismo ortodoxo se basa en
doctrinas fundamentales, que Martin se encarga de verificar con datos
sólidos. Si una de ellas es la de la resurrección, otras son las de que
Jesús nació de una virgen, que retornará con gloria para juzgar a todo
quisque, vivo o muerto, que realizó diversos milagros (incluso, se la
considera una figura moralmente perfecta) y, todo ello, se utiliza para
defender la supuesta verdad de la encarnación y que se trataba del hijo
de Dios. Los datos disponibles nos dicen que hay buenas razones para
rechazar todas esas creencias.<br />
Ya hemos mencionado de
pasada el tema de la moral, y Martin dedica todo un capítulo a la ética
cristiana. Hay cuestiones muy reprobables en el comportamiento de Jesús
que nos obligan a no considerarle moralmente perfecto: la sublimidad, la
severidad, su exigencia de obediencia ciega y su comportamiento
vengativo. Incluso, resulta cuestionable su concepción extrema de la
pureza y de la humildad. Tampoco se le conoce una palabra en contra de
la esclavitud, más bien una aprobación tácita, y demasiada ambigüedad
sobre diversos males humanos (como es el caso de la pobreza). Lo más
nombrado de las enseñanzas de Jesús, el amor al prójimo (que incluso
Martin considera que tiene obviamente una visión profana), tiene además
demasiadas interpretaciones y no elimina los obstáculos anteriormente
mencionados.<br />
<br />
¿Qué ocurre con la manida alusión a la
llamada 'salvación' en el cristianismo? Pues que de nuevo nos
encontramos con demasiados obstáculos y problemas para aceptar tal
creencia. Para ello, tendríamos que pasar por el aro en todo lo
anteriormente mencionado y, aunque pasáramos por alto la falta de datos
verificables, ello nos introduce en un berenjenal notable. Además, se
supone que un Dios todo bondad debería resultar incompatible con este
concepto tan farragoso de la salvación.<br />
En su obra,
Martin repasa con profundidad todas estas cuestiones que conducen a
rechazar el cristianismo. Algunos cristianos han aceptado las
incoherencias y han tratado de salvar la doctrina transformándola de tal
modo, que ya resulta irreconocible. La realidad es que existen unos
1.600 millones de seguidores del cristianismo en el mundo, que no
parecen ser conscientes de los problemas que plantea su fe; por los
motivos que sean, deciden ser creyentes a pesar de todo. Martin no desea
hacer ninguna recomendación a estas personas, pero ahí está su obra
para, al menos, que empiecen a cuestionarse un poquito sus creencias.</div>
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-63777598566300442132023-08-19T10:58:00.000+02:002023-08-19T10:58:55.006+02:00El ateísmo en el pensamiento antiautoritario<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjscNOnAAp25dwQ1RHJIpoGpRJSxLcm3TbCF-Cos4e-euXIddH1izudL7KelpMHlfnzI0V1LYGG-PyrGGPD45z-7j8Sz7Ecr1kmhJs6Vk5-7pIpWHCKPqXZwD29H27x6Xv70EtYvt9nVTM/s1600/46761_435548273181931_229329710_n.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjscNOnAAp25dwQ1RHJIpoGpRJSxLcm3TbCF-Cos4e-euXIddH1izudL7KelpMHlfnzI0V1LYGG-PyrGGPD45z-7j8Sz7Ecr1kmhJs6Vk5-7pIpWHCKPqXZwD29H27x6Xv70EtYvt9nVTM/s400/46761_435548273181931_229329710_n.jpg" width="376" /></a></div>
<span style="font-size: large;">Realizamos
un somero repaso al ateísmo moderno, vinculado inevitablemente con la
tradición antiautoritaria. Desde las sorprendentes memorias del párroco
Meslier hasta la apuesta radical por el conocimiento de un Bertrand
Russell, pasando por los anarquistas, incapaces de compatibilizar a Dios
con la emancipación humana, o por un Stirner, que no concibe a ninguna
abstracción que doblegue al individuo</span>, <span style="font-size: large;">tenga el nombre que tenga </span><br />
<br /></div><div style="text-align: left;" trbidi="on">
Michel
Onfray considera que la historia del ateísmo moderno empieza
verdaderamente con la peculiar figura de Jean Meslier (1664-1729). Al
poco de su fallecimiento, y después de una vida dedicada al sacerdocio,
se encontró un manuscrito impresionante en el que Meslier mostraba un
materialismo ateo y una crítica feroz a la moral cristiana, y religiosa
en general, que le acaba conduciendo a la cuestión social y política.
Hay que recordar que esta obra de Meslier, llamada <i>Memoria contra la religión</i>,
sería difundida por Voltaire, aunque desprendida de sus elementos más
filosóficos y sociopolíticos, permaneciendo únicamente la visión más
anticlerical. No sería hasta finales del siglo XIX que vería la luz la
versión completa de una obra radical, tremendamente devastadora respecto
a la religión y cualquier creencia sobrenatural, en la que Meslier
asocia el ateísmo con una república libre e igualitaria. </div><div style="text-align: left;" trbidi="on"><div style="text-align: center;"> <iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/BNPwuHLJxvc" title="YouTube video player" width="560"></iframe></div>
<a name='more'></a>Max Stirner, autor de la espectacular <i>El único y su propiedad</i>,
realiza una severa crítica a ese ateísmo que pretende sustituir a Dios
por una supuesta divinidad inmanente al hombre. Para el filósofo alemán,
lo sagrado es algo ajeno al individuo, al yo, y es por eso que resulta
inconcebible que la absurda idea divina adopte en nuevas épocas otra más
popular y atractiva como puede ser la de humanidad o la de "todos los
hombres". Así, Stirner critica la subordinación del individuo concreto a
abstracciones que esconden la idea divina y la dependencia de "algo
superior"; todo el edificio filosófico estirneriano se esfuerza en
demoler cualquier tipo de obsesión idealista, la cual llega a
identificarse con una enfermedad mental, y denuncia toda idea inmutable,
estrechamente vinculada a lo sacro, que no esté sometida al escalpelo
de la crítica. En definitiva, el ateísmo auténtico para Stirner sería
negar, no únicamente a Dios, también a cualquier idea sacralizada; ello
se hace en nombre de lo que considera la verdadera realidad y el
auténtico valor: el individuo. Éste, el yo, el "único", no puede ser
esclavizado por ninguna idea abstracta, ya que funda su causa sobre sí
mismo. Resulta lógico que Stirner haya sido reivindicado, una y otra
vez, y a pesar de las fuertes controversias, por la tradición
anarquista; su pensamiento antiautoritario y antiesencialista se muestra
contrario a todo idealismo y a toda metafísica, de tal manera que llega
a considerar al Estado un sustituto más de Dios, de ese ser supremo o
idea inmutable.<br />
<br />
Un autor como Proudhon, primero en
concebir una sociedad anarquista, aporta una visión muy original,
incluso de una actualidad innnegable al encuadrar su crítica a la
religión dentro de su visión global antiautoritaria en la que se rechaza
toda fundamentación absoluta de una idea en beneficio de una concepción
pluralista de la sociedad. Más que de ateísmo, hay que hablar de
antiteísmo en la obra de Proudhon, como corresponde a una filosofía
basada en los conflictos, que pretende combatir todo concepto
autoritario. La enajenación del yo, propia del sentimiento religioso, se
produce al otorgar un sentido trascendente a la conciencia y
convertirla en un ser supremo, exteriorización de una idea anterior a
toda inducción del entendimiento, que acaba fundamentando la autoridad.
Donde Proudhon difiere con la visión humanista de Feuerbach es en no
pretender invertir los papeles y que el hombre no ocupe el lugar de
Dios. Las rasgos absolutos, de perfección, infinitud o inmutabilidad, no
son propios del ser humano, que se caracteriza por ser perfectible,
móvil y cambiante. La crítica a Dios y a la religión no se quedan en
Proudhon en una simple negación, y hay que recordar una demoledora frase
suya: "Dios es el mal". Así es, hay que esforzarse en combatir y
superar una creencia solo sustentada en su antigüedad y muy difícil de
desterrar. La confianza en el progreso de Proudhon le condujo a pensar
que sería la revolución social la que acabará <i>desdeificando</i> el
mundo. La libre iniciativa del hombre, la soberanía del pueblo y el
derecho al trabajo apartarán lo misterioso e innacesible y propiciarán
la conquista de la libertad. Insistiremos en que la visión proudhoniana
sobre Dios forma parte de su filosofía antiautoritaria, y su crítica a
la religión solo puede verse dentro de la crítica también a los poderes
político y económico, como deja ver en su frase: "Para oprimir
eficazmente al pueblo, es preciso encadenar a la vez su cuerpo, su
voluntad y su razón". A modo de curiosidad, diremos que Proudhon fue
objeto de la crítica de Stirner, el cual denuncia inmediatamente todo
peligro dogmático, debido al siguiente aserto: "Los hombres están
destinados a vivir sin religión, pero la moral es eterna y absoluta".
Dos autores muy diferentes reivindicados por las ideas antiautoritarias.<br />
<br />
El
ateísmo de Bakunin es heredero claramente de Feuerbach. El hombre
habría atribuido a Dios, en cuestiones de moralidad, lo que solo tiene
un origen social, histórico y evolutivo. Para el filósofo anarquista
ruso, la creencia religiosa es una ficción producto de la ignorancia,
desarrollada y dogmatizada gracias a teólogos y metafísicos. La critica a
Dios y a la religión en Bakunin aparece estrechamente vinculada con su
original filosofía materialista y antiautoritaria así como con sus ideas
sociales, ya que la relación que establece el hombre con la divinidad
solo puede compararse a la que tiene un esclavo con su amo. Del mismo
modo, la jerarquización social y política es una consecuencia lógica de
esa relación de subordinación a Dios y a una clase privilegiada que hace
de intermediaria. La auténtica moralidad, el verdadero amor, solo puede
producirse entre iguales. Bakunin dirige sus críticas a los que tal vez
son los tres pilares del pensamiento religioso, al menos monoteísta,
que son Dios, la inmortalidad del alma y el libre albedrío, por lo que
su aportación al ateísmo moderno es incuestionable. Dios, denominado ser
supremo, es sin embargo para el ruso una abstracción, un ser inmóvil y
vacío. A esa abstracción se condujo el hombre al establecer una
diferencia, e incluso conflicto, entre cuerpo y alma. Por supuesto, el
alma solo es un producto o expresión del cerebro y de otros factores
relaciones con el cuerpo. Bakunin es obviamente monista, niega la
posibilidad de una entidad, moral o espiritual, independiente del
cuerpo. El hombre religioso, incapaz de comprender esto, acabó
atribuyendo también al universo un alma que llamó Dios y acabó adorando
su propia creación, producto de su facultad abstractiva. El desarrollo
histórico de la teología terminó convirtiendo una ficción en un ser
omnipotente y absoluto aparentemente real. En lugar de tratar de
desarrollar las cualidades, potencias y virtudes que iba descubriendo en
sí mismo, el hombre se las atribuía a Dios. En cuanto al llamado libre
albedrío, o voluntad libre, no es para Bakunin más que otra
mistificación histórica de origen religioso que habría alcanzado también
a lo jurídico. Deducimos tal cosa si comprendemos que existen infinidad
de causas precedentes al individuo, el cual es consecuencia de siglos
de desarrollo físico y social de su especie, pueblo y familia
transmitido mediante herencia y determinante de su naturaleza
particular. En definitiva, para el autor de <i>Dios y el Estado</i>, la
creencia en la divinidad es la abdicación de la razón humana y de la
justicia, la negación de la libertad en un sentido amplio y a todos los
niveles, tal y como muestran estas palabras que dan la vuelta a la
conocida máxima de Voltaire: "Si Dios existe, el hombre es esclavo;
ahora bien, el hombre puede y debe ser libre: por consiguiente, Dios no
existe". Toda sumisión del ser humano a una fuerza externa es una
pérdida de libertad y de dignidad.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/BNPwuHLJxvc" width="320" youtube-src-id="BNPwuHLJxvc"></iframe></div><br />
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-47871035313294279262023-08-08T16:27:00.001+02:002023-08-08T18:50:04.736+02:00Stephen Hawking y la creación del universo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-size: large;"><span style="font-size: large;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjw6DZIe720FmGcZstq3KJrZNbGb_9R4IYDAMA6yrc4rj7kACbEfDRWEWDpy062qCgnNDtaM3Na94vc2OWF1Q1sFdYS9VDUSCX1YmFansA3y34x9MKQ_enEfvf0ns78TPSlg3EAMYruqqh/s1600/StephenHawkingTSTO.png" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="338" data-original-width="262" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjw6DZIe720FmGcZstq3KJrZNbGb_9R4IYDAMA6yrc4rj7kACbEfDRWEWDpy062qCgnNDtaM3Na94vc2OWF1Q1sFdYS9VDUSCX1YmFansA3y34x9MKQ_enEfvf0ns78TPSlg3EAMYruqqh/s320/StephenHawkingTSTO.png" width="248" /></a></span>Stephen Hawking, fallecido en 2018, es</span><span style="font-size: large;"><span style="font-size: large;"> sin duda uno de los grandes científicos contemporáneos; </span>además, un ejemplo de, superación, entereza y dignidad, por motivos evidentes. Su postura acerca de Dios acabó siendo muy clara y contundente, descartándole totalmente para explicar la creación del universo; la religión, basada en la autoridad, y la ciencia, estimulada por la razón y la observación, resultaban claramente incompatibles.</span><br />
<br />
Su conocido libro de divulgación, <i>Breve historia del tiempo</i>, precisamente dirigido a personas como yo, sin grandes conocimientos científicos, fue una de las obras que me mantuvieron a salvo de creencias místicas, vaivenes metafísicos y distorsiones pseudocientíficas, a las que son tan dados algunos seres humanos. El trabajo de Hawking, centrado en el estudio de los agujeros negros y en la creación del universo, le obligó a posicionarse sobre Dios, la religión y la posible existencia de vida después de la muerte. Es conocido el ateísmo del británico, mucho más contundente en los últimos años de su vida, y es gracias a mentes preclaras como la suya que se suscita un imprescindible debate sobre, no solo la existencia o no de algo similar a Dios, también sobre la necesidad o presumible bondad de la creencia religiosa. Hay quien piensa que solo se pudo ser abiertamente ateo a partir de que la ciencia, tanto la cosmología, como la biología, pudo dar respuestas convincentes a la existencia del universo y de los seres vivos. Antes de ese conocimiento, por supuesto, era posible negar a los dioses, lo mismo que a cualquier otra creencia sobrenatural, más por motivos filosóficos gracias a geniales intuiciones o incluso debido a una buena base argumentativa moral. Sin embargo, para el caso que nos ocupa, vamos a centrarnos en los argumentos científicos de Hawking, una de las mentes más brillantes y respetadas de las últimas décadas. Es tan sencillo como comprender que, antes de que la ciencia diera explicaciones convincentes, podía ser lógico seguir creyendo en algo como Dios, pero es más que cuestionable intelectualmente hacerlo después.</div><div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"> </div><div style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/HYjVTaQmcrY" title="YouTube video player" width="560"></iframe></div>
<a name='more'></a>De hecho, el propio Hawking, como toda mente digna de ser llamada inteligente, tuvo su propia evolución, y también ante la creencia divina. Pasó, de cierto agnosticismo, según el cual el ser humano podría llegar a entender la mente de Dios (en el caso de existir) cuando comprendiera las leyes que gobiernan el universo, a un abierto ateísmo según el cual el universo fue creado de la nada (algo criticado, aunque parece que más por motivos más filosóficos), de forma espontánea, producto de las leyes de la física. Es precisamente la creación espontánea la razón de que exista algo, en lugar de nada, y esa es la razón para Hawking de la existencia del universo. Fue en su obra <i>El gran diseño, </i>de hace pocos años, donde expuso que la idea de Dios ya no era necesaria; asimismo, consideró la superioridad de la ciencia, basada en la observación y en la razón, sobre la religión, subordinada a la autoridad. Hawking confiaba en el avance en los conocimientos científicos, en que los avances tecnológicos condujeran al ser humano a comprender exhaustivamente toda la realidad. Como es sabido, el británico fue uno de las artífices en el cambio de perspectiva hacia la visión del universo al fusionar la Teoría de la Relatividad, de Einstein, con la Teoría Cuántica sobre la evolución de la vida. Y es precisamente la conocida frase de Einstein, acerca de que Dios no juega a los dados con el universo, que el propio Hawking trato de refutar al considerar que, no solo jugaba a los dados, sino que a veces los arrojaba allá donde no podíamos verlos. Para los que quieran buscar alguna justificación en tanta mención a Dios, hay que decir que, obviamente, estos dos grandes científicos se limitaban a usar una metáfora que todavía resultaba de importancia para gran parte de la humanidad.<br />
<br />
En cualquier caso, volviendo a Hawking, su hipótesis del Cosmos, tal y como él la expuso, quería demostrar que Dios no existe como creador del universo. Por supuesto, no todos los científicos han apoyado esta tesis, aunque no parece que tengan argumentos de demasiado peso en contra. Es curioso que Hawking fuera discípulo de un científico como Fred Hoyle, que defendía que el universo siempre había sido como lo conocíamos ahora, sin un principio, ni un final; esta visión era propia de una época en la que, tal vez, la cosmología estaba demasiado cargada de especulaciones. Como es sabido, Hawking refutó a su maestro para defender la tesis opuesta, el inició del universo con el Big Bang. Por supuesto, aunque la teoría del Big Bang se considera hoy en día probada, todavía hay mucho que estudiar sobre lo que ocurrió en el origen del cosmos, algo que siempre abrirá la puerta para la creencia religiosa. Sobre esta cuestión, la religiosa, y uno de sus asuntos primordiales que es la posible vida después de la muerte, el científico británico estaba convencido de que la mente humana era, sencillamente, un mecanismo que dejaría de funcionar una vez sus componentes fallasen. Algo como el paraíso celestial, o cualquier otra posible existencia después de la muerte, era un simple cuento de hadas para aquellas personas con miedo a la oscuridad. En un sentido ético, también Hawking parece ser un modelo, al entender que el sentido de la existencia humana solo puede derivarse en el valor de aquello que realizamos en la vida; es decir, en este mundo y no en ningún otro. Esperemos, desde nuestro punto de vista, que un gran número de personas acaben comprendiendo esto.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br />
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-64873362915184239982023-07-30T10:30:00.000+02:002023-07-30T11:38:15.125+02:00El lugar de Dios en la historia del pensamiento<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjpHsAWLkRtm79o59yhSk8E61d2vtakfag65wXNyi0vtJa6a-xRraBaF2OtqxsLaCPTbj3pQSazmxWxEP7dn53msFngFgl4z2KFqtuu3tJvGKKgvJCGcZzURolNSJLfTVCNeJN2aPh9Hl3/s1600/Dios-Ateismo.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjpHsAWLkRtm79o59yhSk8E61d2vtakfag65wXNyi0vtJa6a-xRraBaF2OtqxsLaCPTbj3pQSazmxWxEP7dn53msFngFgl4z2KFqtuu3tJvGKKgvJCGcZzURolNSJLfTVCNeJN2aPh9Hl3/s320/Dios-Ateismo.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: large;">Si queremos combatir de verdad nuestros
prejuicios, a la hora de abordar la cuestión desde una perspectiva atea y liberadora, hay que comprender en primer lugar que el concepto de Dios ha
estado presente en, prácticamente, toda la historia de la filosofía. </span><br />
<br />
Con esta afirmación quiero decir que, nos guste o no, <b>nuestra manera de pensar es heredera de la tradición
judeo-cristiana</b>. Seguramente, tenemos más de ella que de las antigua filosofía griega. Insisto, sea de nuestro agrado o no, es necesaria asumir esto precisamente en aras de la libertad de pensamiento. Por lo tanto, hay que preguntarse en primer lugar por qué aparece Dios con tanta
frecuencia en el pensamiento, especialmente en la Modernidad a partir de
Descartes. La respuesta a esta cuestión no puede reducirse a un nivel
personal, ya que <b>muchos filósofos, en cuyo pensamiento aparece Dios, no
eran personas religiosas o, incluso, declaraban abiertamente su
agnosticismo o ateísmo</b>. Descartes, pensador claro y brillante, puede ser una buena elección para tratar de explicar esta cuestión, ya que
es el iniciador de la la época moderna en la filosofía. El autor de <i>El discurso del método</i>, iniciador también de la filosofía de la
subjetividad y pensador barroco, comienza con la duda, muy acorde con el
escepticismo filosófico imperante en el contexto histórico que le tocó
vivir. Al hablar de "duda" lo que se quiere plantear es que <b>ante el más
mínimo planteamiento que ponga en cuestion la verdad, que no parezca
absolutamente verdadero, se considerará entonces falso y se eliminará</b>.</div><div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><br /></div><div style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/dIlFnfISoq0" width="320" youtube-src-id="dIlFnfISoq0"></iframe></div>
<a name='more'></a>Ante la disyuntiva, presente desde los inicios de la filosofía, entre el
conocimiento sensible y el conocimiento racional, Descartes considerará
que los sentidos nos engañan; ante la evidencia de que el conocimiento
sensible nos confunde en ciertas ocasiones, concluirá que puede
engañarnos siempre. Así,
en este primer nivel de duda se puede decir que Descartes se carga el
mundo externo, "quedándose solo" (ni siquiera con su propio cuerpo, el
cual pertenece también al mundo sensible). Pero en el siguiente nivel de
duda concluirá la imposibilidad de diferenciar entre sueño y vigilia
sin el conocimiento sensible, afirmando que en ambas situaciones existe
algo que parece absolutamente cierto y es el conocimiento matemático.
Aquí, Descartes realiza un artificio literario para avanzar en su
pensamiento, y habla de un "genio maligno" capaz de engañarnos en
nuestro acceso al conocimiento matemático. Lo que en realidad plantea es
<b> "cómo podemos saber que existe un orden del pensar y un orden de la
realidad y que esos dos órdenes coinciden", es la gran pregunta del
escepticismo filosófico</b>. Dudar entre la conexión entre el pensamiento y
la realidad sería el máximo nivel de duda. El cogito cartesiano sería lo que podemos llamar el pensamiento puro, "solo yo y
mis pensamientos". Lo que quiere decir el conocido "pienso luego
existo" de Descartes es que si existe la acción de pensar se garantiza
la existencia del acto de pensar. No obstante, Descartes no se queda
solo en este punto, lo que le convertiría en un escéptico más, sino que
desea el conocimiento de la verdad.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK22xiIiO4grTQXPD9UXnq92O_6vlT-aV18w19NxYwA-L9yMhVwW88DxYrOfsh_sS06DNjuQeoUH-sDkACRGMCWreN1Ctec9xiIHZwR24pHO8BuoI1vdg8PfkTarqLwBBaX7o-qweVTBb2/s1600/aburrimiento.png" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="490" data-original-width="400" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjK22xiIiO4grTQXPD9UXnq92O_6vlT-aV18w19NxYwA-L9yMhVwW88DxYrOfsh_sS06DNjuQeoUH-sDkACRGMCWreN1Ctec9xiIHZwR24pHO8BuoI1vdg8PfkTarqLwBBaX7o-qweVTBb2/s400/aburrimiento.png" width="326" /></a></div>
Considerará que el pensamiento
existe y admitirá tres tipos: conocimiento de conciencia, que proviene
del exterior; el conocimiento que se construye en nuestra imaginación, y
las ideas innatas. Con estas últimas nacemos y entre ellas está, por
eliminación de las dos anteriores, la idea de Dios. Esta es la gran
trampa de Descartes, ya que esta idea innata que es Dios es la que
destruye al "genio maligno", la que garantiza el conocimiento de la
verdad. Cuando yo realizo un enunciado racional, Dios será el garante de
que se corresponda con la verdad. Hasta tal punto este plantemiento fue
importante, que todos los filósofos racionalistas posteriores no
comenzarán con la duda, sino con esta idea de Dios. Leibniz dirá que si
existe un orden racional, un fundamento de la verdad, será gracias a
Dios, el cual cumple este papel fundamental en la Modernidad al hacer de
puente entre el pensamiento y la realidad. <b>Nietzsche será el único
capaz de realizar una ruptura con su enunciado de que "Dios ha muerto" </b>
(frase que en realidad es de Hegel, pero a la que sacará su máximo
partido Nietzsche) y afirmar que no existe ese puente ontológico, que no
hay ningún garante de la verdad. Lo que también debemos recordar, para tratar precisamente de desembarazarnos de este legado dogmático, es que desde los inicios del Cristianismo todo el afán del pensamiento
filosófico y científico ha sido reducir la multiplicidad a la unidad:
para explicar la realidad es necesario reducirla a uno, y el presupuesto
ontológico para ello es Dios (el principio de todo). De nada sirve que
nos declaremos ateos o contrarios a la religión si seguimos manteniendo
esos presupuestos ontológicos, reduciendo el pensar a la unidad, y
cambiando a Dios por la Razón o por el Hombre. Es un simple cambio de
monarca. <b>Reducir toda la explicación de la realidad a un único principio
es un legado del Cristianismo, "una secularización disfrazada".</b></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/DEnSkPKIYJE" width="320" youtube-src-id="DEnSkPKIYJE"></iframe></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/DEnSkPKIYJE" width="320" youtube-src-id="DEnSkPKIYJE"></iframe></div><br />
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-11381384787068842022023-07-02T11:00:00.000+02:002023-07-02T11:02:56.937+02:00Las ideas antiautoritarias en la posmodernidad, desterrar el absolutismo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_JAp7Y6YSFV8n4f8i5ebi_00RLZstSsAAW3h0pL5GlDUk0_HWOFk4jCzWYqT8CI9b54PrRUSjHcaKGSnBCMPqaKZ9wRcxxD05KtWh-2CW5yzjvlV-wvWH3tx3YMh34Ckgtji49dal3dIt/s1600/PENSADOR-ABSOLUTISMO-ANARQUISMO-672x358.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="170" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_JAp7Y6YSFV8n4f8i5ebi_00RLZstSsAAW3h0pL5GlDUk0_HWOFk4jCzWYqT8CI9b54PrRUSjHcaKGSnBCMPqaKZ9wRcxxD05KtWh-2CW5yzjvlV-wvWH3tx3YMh34Ckgtji49dal3dIt/s320/PENSADOR-ABSOLUTISMO-ANARQUISMO-672x358.jpg" width="320" /></a></div>
Se
ha dicho que <a href="http://libreexamen.blogspot.com.es/2017/03/la-muerte-de-dios.html" target="_blank">Nietzsche fue el primero</a> en golpear mortalmente cualquier
principio trascendente; aunque se insiste en que se inspiró en gran
medida en <a href="http://libreexamen.blogspot.com.es/2015/05/stirner-y-la-destruccion-de-lo-sacro.html" target="_blank">Stirner</a>, dejaremos la controversia para otro momento. Otros
autores, precursores de lo que ahora se conoce como posmodernidad, como
Heidegger y Foucault, continuaron la labor del autor de <i>Más allá del bien y del mal</i>.
El principio trascendente, concretado en el terreno religioso en la
figura religiosa de un dios todopoderoso, es algo rechazable para el
anarquismo, también para otras corrientes de izquierda surgidas de la
Ilustración. Gracias a los pensadores de la
Ilustración, con el optimismo que suponía la confianza en la llamada
razón científica, se dejó a un lado aparentemente la superstición y el
oscurantismo religioso socavando los cimientos sobre los que se había
edificado la antigua concepción del poder. Se substituyó la verdad
sustentada en la divinidad por una nueva verdad que lo hacía en la
razón. Gracias a ello, existía una fe en el progreso y en el
advenimiento de una nueva era en la que se construiría el paraíso
terrenal. La gran crítica que se realiza a la modernidad es que no
acabaría con Dios, sino que iniciará simplemente un proceso de
secularización, traspasaría a priori el principio trascendente al ámbito
de lo humano y elaboraría un nuevo discurso de la verdad, que supone
una nueva sumisión ante lo irrefutable de la objetividad. Todo régimen
de dominación se basa en la supuesta existencia de un metanivel más allá
de la mera existencia humana, con unos mediadores designados capaces de
representar ese metanivel y expresarlo con sus palabras. La gran
mayoría de los seres humanos se consideran que no están capacitados para
ser juez y parte en los conflictos, ya que no disponen de la
información precisa otorgada únicamente a una determinada clase.
Naturalmente, los mediadores pueden ser sacerdotes, políticos o
científicos; no importa si se asegura una instancia superior, como la
divinidad, la voluntad general o el conocimiento objetivo, independiente
de la débil e ignorante subjetividad humana. Lo que se ha dado en
llamar "retórica de la verdad" se basa en criterios hegemónicos,
absolutos y objetivos, buscando constantemente la legitimación
ideológica y transformándose en el caso de aumentar el campo de la
disidencia.</div><div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><br /></div><div style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/mm-vaAjXfgs" title="YouTube video player" width="560"></iframe></div>
<a name='more'></a> La modernidad ha podido traer una nueva
"retórica de la verdad", la de la razón científica, mucho más poderosa y
perversa si consideramos que nos encontramos esta vez ante una
"verdadera retórica de la verdad". El principio trascendente, absoluto,
se cuela una vez más en la sociedad y busca la sumisión ante la fuerza
de las pruebas de la verdad científica. La denuncia es clara, la
confianza ciega y excesiva en la razón y en la ciencia que produce una
nueva instancia superior y una nueva clase mediadora. Dejar a la
divinidad, y a cualquier principio trascendente, definitivamente fuera
de juego implica asumir que no existe ningún metanivel que trascienda la
existencia humana. Estamos hablando de anarquismo, de un anarquismo
capaz de desprenderse de todos sus prejuicios modernos y de todo
dogmatismo, pero a nuestro modo de ver las cosas con la obligación de
asumir un bagaje histórico y ético capaz de asegurar que no se caiga en
el cinismo o en un relativismo vulgar. A pesar de la confianza excesiva
en la ciencia y en la razón de ciertos pensadores ácratas decimonónicos,
estos autores son claramente contextualizables, no es posible aceptar
en el anarquismo la existencia de principios absolutos, todo es producto
de la contingencia humana y por ello revisable para mejor. Todo se
encuentra en nuestras manos y lo que puede ser incuestionable ahora
pasará a ser relativo tarde o temprano. Se requiere, por lo tanto, una
vigilancia constante para que una retórica de la verdad no desarrolle
una nueva forma de dominación; es posible que los autores posmodernos se
refieran a ello como una tarea de deconstrucción que ponga de
manifiesto la falsedad de los supuestos del discurso de la verdad y el
carácter contingente e histórico de esos criterios.<br />
<br />
No
parece posible negar que la razón científica ha hecho una enorme labor
para combatir el oscurantismo y la arbitrariedad (es algo que, por otra
parte, tampoco ha conseguido plenamente), pero no creemos que se pueda
desdeñar fácilmente esa visión que habla de nuevas formas de dogmatismo,
y las teorías sobre cómo se genera una clase dirigente en el llamado
metanivel parecen irrefutables. El cómo se elabora un nuevo criterio
humano, una vez desmantelada cualquier retórica de la verdad, es algo
que puede situarnos en una difícil situación a priori. Pero es por ello
que consideramos que el anarquismo, rechazando cualquier principio
trascendente y dejando en manos de la plural existencia humana toda
deliberación, puede aportar un contrapeso racional y humanista,
ampliando estos campos todo lo posible. Si la modernidad desembocó en el
nuevo dogma de la razón, la cuestión es ampliar su campo con la
vigilancia continua de no desarrollar nuevos principios absolutos,
destruyendo definitivamente cualquier monarca trascendente, pero no caer
en esa concepción vulgar del relativismo de la que hablan los
absolutistas, en el "todo vale" y "todo está permitido" (caricatura que
sus enemigos continúan haciendo). Se trata de resituar los valores en el
ámbito de la deliberación humana, recordando que los mayores genocidios
se han cometido en nombre de una verdad objetiva, nunca combatiendo
contra ella. Dentro de esa tarea, para el anarquismo la ética es
innegociable en la práctica social. Las ideas antiautoritarias tienen
mucho que decir en la llamada era de la posmodernidad, en la que no
debería caber ya ningún principio trascendente capaz de someter a los
seres humanos.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/mm-vaAjXfgs" width="320" youtube-src-id="mm-vaAjXfgs"></iframe></div><br />
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-78068867048964157602023-06-25T11:17:00.000+02:002023-06-25T11:17:20.495+02:00Cinismo y libre examen<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-size: large;">El lenguaje popular ha llevado el significado del término 'cinismo' a un lugar abiertamente peyorativo. Cínico, para esta acepción, sería alguien con una actitud deshonesta, casi que hace gala de su falta de virtudes. Bien, nadie puede negar que la palabra se emplea con este significado en infinidad de ocasiones, aunque con algunos matices.</span></div><div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><span style="font-size: large;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/CHbI9bBk6nc" width="320" youtube-src-id="CHbI9bBk6nc"></iframe></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0NBvlMbWSv_V8GWFucFzJvSpV77oWPw2tUTmTKjKQcI0hVW9EBxTtdqutf4q81ik3KZYpxgtdVQOVmHYdNthcJLnVG9a6bd6FsjGSGJo6eUEFKrZhlUvRsaWGqd0_rEuFOtmWJ0C3V_Iz/s1600/Diogenes-Cinicos-Estatua-Libre-Examen.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="298" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0NBvlMbWSv_V8GWFucFzJvSpV77oWPw2tUTmTKjKQcI0hVW9EBxTtdqutf4q81ik3KZYpxgtdVQOVmHYdNthcJLnVG9a6bd6FsjGSGJo6eUEFKrZhlUvRsaWGqd0_rEuFOtmWJ0C3V_Iz/s1600/Diogenes-Cinicos-Estatua-Libre-Examen.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: small;">Tenemos la sensación de que, a pesar de que suele esgrimirse como un insulto, algo ha quedado en ella de cierta carga lúcida; el cínico es alguien que, a pesar de que su conducta pueda ser muy reprobable según determinada moral, en realidad obedece a cierta consciencia e incluso a cierta denuncia sobre la hipocresía del mundo en que vivimos.</span><br />
Para entender esto, como en tantas ocasiones, hay que averiguar qué suponía en origen la escuela filosófica de los cínicos. No hace falta decir, antes de ello, que si nos ocupamos de tal cosa en este blog es porque entendemos que una cierta actitud cínica, es más que necesaria para acercarnos al librepensamiento. En otras palabras, cuestionar siempre lo establecido, dudar de los convencionalismos y ser irreverente suponen una determinada forma de ver la vida y actuar en ella; por supuesto, una forma que defendemos y que entendemos muy unida al librepensamiento (y, por supuesto, a la libre expresión).<br />
<br />
<a name='more'></a> No vamos a profundizar demasiado en lo que fue la escuela cínica en la Antigüedad, pero sí vamos a dar unos apuntes para tratar de dar un nuevo sentido al término que nos ocupa. Lo primero que hay que comprender es que hablamos de una de las filosofías más radicales de la historia de la humanidad: libertad radical de pensar, de actuar y de palabra. El cínico, al hacer una crítica demoledora al desarrollo de la 'civilización', no dejaba de ser un desvergonzado irreverente para la sociedad; no es casualidad que se haya considerado el cinismo como un precedente del anarquismo, ya que considera que el individuo debe ser autónomo, libre, cosmopolita y no debe obediencia a ninguna institución, convención o ley (al ser siempre estas locales).<br />
<br />
Por lo tanto, podemos entender que el cínico, aunque portador de altos valores (como el cosmopolitismo, la autonomía y la libertad), realiza una crítica radical a todo convencionalismo, ya que considera precisamente que se oponen por sus limitaciones locales a esas altas aspiraciones del ser humano. Hoy, podemos cuestionar si verdaderamente esas actitudes, aunque necesarias para el progreso y la transformación social, conducen a una tranquilidad de ánimo que desemboque en la felicidad, algo en lo que insistían mucho los antiguos griegos. Igualmente, habría mucho que hablar sobre si es posible la autosuficiencia, especialmente para la idea de que el individuo sea libre, ya que existen siempre factores sociales que nos determinan; para bien y para mal.<br />
Lo importante del legado cínico, si queremos vivir el pensamiento y la vida de la forma más libre posible (y no podemos más que entender que la lucidez y la satisfacción son también garantes de esas libertad; no necesariamente el mero acomodo), es que tengamos siempre en cuenta todos esos factores que nos determinan y que, incluso, acaban sometiéndonos. Por ello, hay que cuestionar siempre lo que 'dice' la sociedad; lo que pretende que acatemos la autoridad instituida es siempre criticable, ya que que lo establecido se identifica con algo rígido y estático, opuesto a un modo amplio de entender la vida y el conocimiento. Como nuestra postura vital es a favor del 'libre examen', no podemos más que recoger, al menos en cierta medida, esa herencia de la escuela cínica.</div>
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-43451090981277391652023-06-02T18:57:00.000+02:002023-06-25T11:14:53.353+02:00Religión, dogmas y totalitarismo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoLxMlwOM1cIaDF3Xd6e1VhBcwaxnLgPwE0CuAjYRqN6iuxXjvjTUpGj_zS1CtukQNZ39qYqmOorCo4toELK7jlHsfPrA-Dp5h-LM7WqwY5wRuhIBzA3-o5Aj1M7ALjVp0annlKbuKbL6i/s1600/opresion.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="231" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoLxMlwOM1cIaDF3Xd6e1VhBcwaxnLgPwE0CuAjYRqN6iuxXjvjTUpGj_zS1CtukQNZ39qYqmOorCo4toELK7jlHsfPrA-Dp5h-LM7WqwY5wRuhIBzA3-o5Aj1M7ALjVp0annlKbuKbL6i/s1600/opresion.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: large;">Es habitual escuchar el argumento, por parte de personas religiosas, relativo a
que fue la ausencia de Dios la que dio lugar a los horrores provocados
en el siglo XX por regímenes como el nazi o el totalitarismo. No es que
merezca mucha profundización dicha afirmación, ya que no solo es
simplista, también sumamente distorsionadora, pero dado que hay que
tantas personas que siguen vinculando moral a religión merece alguna
atención. Esto es así porque la substitución de un dogma por otro, y es
posible que algunas ideologías hayan encontrado un terreno fecundo en la
mentalidad religiosa para desarrollarse, es el auténtico problema.</span><br />
<br /></div><div style="text-align: left;" trbidi="on">
El
pensamiento, que sería fecundo de otro modo, también en el terreno
moral, haya un obstáculo en doctrinas, religiosas o no, que se limitan a
cambiar el objeto de su idolatría y subordinación. <b>Que la moral dependa
o no de la religión, a estas alturas, no debería ser ya ni un debate. </b>
Es más, algunas virtudes son más evidentes en personas no religiosas que
se rigen por la honestidad intelectual más que por cualquier dogma. Tal
y como entendía Bertrand Russell esa integridad intelectual, consiste
en <b>decidir las cuestiones problemáticas en base a una prueba o bien
dejar el asunto en suspenso si no hay pruebas concluyentes.</b> Así, este
punto de vista aparece como mucho más importante que cualquier sistema
dogmático y puede ser infinitamente más beneficioso. </div><div style="text-align: left;" trbidi="on"><div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/clIc6VPOPdM" title="YouTube video player" width="560"></iframe></div>
<a name='more'></a><br />
Las
reglas morales, al margen de toda teología, tienen algún fundamento
social. A estas alturas, seguir aludiendo a un castigo divino para la
infracción de ciertas normas es sumamente infantil. <b>Las personas, aunque
actúen de una u otro manera por miedo a ser castigados, dependen más de
un sistema político y de una determinada sociedad que de cualquier otro
factor sobrenatural.</b> Por otra parte, una moral fundada en la autoridad,
sea religiosa o política, tendrá serios obstáculos para encontrar
espacio para la investigación. Hay que recordar una vez más que han sido
los anarquistas los que han considerado la autoridad política como un
reflejo de la fundada en la creencia divina, por lo que son los que más
hincapié han realizado en el ateísmo como signo de librepensamiento y
libre indagación.<br />
<br />
Desgraciadamente, <b>la sociedad contemporánea ha
mostrado una indiferencia hacia la investigación sumamente peligrosa</b>;
Russell ya observaba ese problema hace décadas cuando gran número de
personas no cuestionaban si los dogmas religiosos eran o no ciertos y se
limitaban a creer que simplemente eran beneficiosos. El tiempo solo ha
hecho más severo ese problema cuando gran número de gente se limita
creer cualquier cosa sin indagación alguna. Parece extremadamente
importante comprender, en primer lugar, que <b>el pensamiento sincero es
fuente de duda y no al revés como suele aceptarse</b>. Suele ser habitual
encontrar personas que se aferren a alguna creencia, ya que consideran
que en caso contrario se hundirá la civilización o no será posible la
vida; solo una mente conservadora, sumamente reprobable en el mundo en
que vivimos a nuestro modo de ver las cosas, puede actuar de ese modo.<br />
<br />
Los males
morales de las ideologías autoritarias son muy similares a los de la
religión; es decir, cuando encontramos doctrinas que sostienen verdades
sagradas e inviolables y el dudar de ella es un pecado o un delito. <b>Solo
hay un criterio al que habría que apelar, al de la razón y el
conocimiento</b>; si se invoca algún dogma, con su presunción de
infabilidad, la imposición por la fuerza está asegurada. Naturalmente,
<b>la razón y la ciencia solo pueden ir de la mano de valores humanos de
interés universal</b>, nunca instrumentalizados por autoridad alguna con
afán de dominación. El dogma religioso encontró estupendos compañeros de
viaje en sistemas muy terrenales que han acabado instrumentalizando
igualmente al ser humano, incluso cuantitativamente de modo muy superior
al utilizar la ciencia para sus fines lucrativos y autoritarios.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyn7a4MWYkHhcQrGaRIG1hD2yUO2TWcHqt0sS_XrPOCtP6-jhWOBkwpKB_Dzrw2v5QJIj1BkJyNrut5SXg8eiV_Y6ShvTdUU1FmpGb4uL2kwzSSEILlSXwCLFA_m5ivBcM0-B5sjF5Y8aa/s1600/pXP706b.png" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="544" data-original-width="400" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyn7a4MWYkHhcQrGaRIG1hD2yUO2TWcHqt0sS_XrPOCtP6-jhWOBkwpKB_Dzrw2v5QJIj1BkJyNrut5SXg8eiV_Y6ShvTdUU1FmpGb4uL2kwzSSEILlSXwCLFA_m5ivBcM0-B5sjF5Y8aa/s400/pXP706b.png" width="293" /></a></div>
Cualquier Iglesia desarrolla un poderoso instinto de autoconservación, y
lo mismo podemos decir del Estado, por lo que lo normal es que dejen a
un lado aspecto éticos y racionales. <b>La racionalidad y la comprensión,
unidas a la interdependencia de toda la humanidad, debería ser el camino
a adoptar</b>, y todo poder político, económico o religioso se
opondrá a tal viaje. Bertrand Russell, en su feroz lucha intelectual
contra la religión, apelaba a dos virtudes fundamentales, la
inteligencia y la bondad; la inteligencia encuentra un obstáculo siempre
en el credo, mientras que la bondad se ve inhibida por mitos religiosos
como el del pecado y el castigo.<br />
<br />
Cuando son los religiosos los que,
ante los males del mundo, apelan a esta visión tradicional fundamentada
en la cultura cristiana (el concepto del castigo y la recompensa parece
definitivamente instalado en ella, incluso en aquellos Estados
supuestamente laicos), algo no va bien. <b>Las ideas totalitarias
encontraron un buen arraigo en las mentalidades dogmáticas bien
alimentadas desde la niñez por la religión</b>; el liberalismo se ha
mostrado, de forma aparente, como la única alternativa al totalitarismo,
pero en su seno, con el único afán de la rentabilidad económica y con
la ilusión de un ser humano que busca su libertad al margen de la
sociedad, se encuentran importantes contradicciones contrarias a toda
visión humana. La respuesta, recordando a Russell, no estará nunca en
viejos o nuevos dogmas, sino en <b>un mayor horizonte para la inteligencia,
la razón y la ética</b>.</div>
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-72376643806904143442023-05-12T21:08:00.000+02:002023-06-25T11:14:54.891+02:00La tensión entre racionalidad y apasionamiento<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcC8Z_Dv6ahMx15U9h9SAZ_DCHBz5EBqsP9m_0IoE5c4yv5PCSdYhTh8lOUrEpUNg7KK1pCfCwQSaPcLLC-_piQCmlvNQ2U69aN-2wP0hChGd0W4pmuKBk58-q7XPd4cw2pM6eRIQjL9HP/s1600/Aprendizaje-Racionalidad-Inteligencia-Librepensamiento-Acracia-672x358.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="170" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcC8Z_Dv6ahMx15U9h9SAZ_DCHBz5EBqsP9m_0IoE5c4yv5PCSdYhTh8lOUrEpUNg7KK1pCfCwQSaPcLLC-_piQCmlvNQ2U69aN-2wP0hChGd0W4pmuKBk58-q7XPd4cw2pM6eRIQjL9HP/s320/Aprendizaje-Racionalidad-Inteligencia-Librepensamiento-Acracia-672x358.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: large;">A lo largo de la historia, creo que puede decirse así, ha habido una tensión permanente entre una actitud racional y otra, digamos, apasionada. La primera podría corresponder a la ciencia y la segunda, aunque obviamente no solo, a la religión; por supuesto, la cosa necesita de matices en ambos polos.</span><br />
<br />
Por su propia esencia, la religión es fundamentalista, dogmática, aunque sean apelativos que solo aplicamos muy influidos por los medios a los que terminan haciendo barbaridades en nombre de sus creencias. Cuando decimos que alguien es fanático, no estamos diciendo otro cosa que es excesivamente apasionado, es decir, que puede terminar por no corregir su actitud con una buena dosis de racionalidad (ni, muy importante, con una ética que a veces hay que aplicar sin más cuando se trata de respetar al prójimo). No es una tensión, volviendo al principio del texto, que sea fácil de resolver; sencillamente, es la vida cotidiana la que tiene que dar las respuestas. <b>La frialdad científica no puede aplicar a todos los ámbitos humanos, y el dogmatismo, a mi modo de ver las cosas es siempre rechazable </b>(creo que, aunque cueste un poco verlo, todo conlleva cierta dosis de relativismo, aunque sea un término que no defendamos abiertamente y que, especialmente, nos cueste ver aplicado en cuestiones morales).<br />
<iframe width="560" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/QWVqL8Iseuo" title="YouTube video player" frameborder="0" allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen></iframe>
<a name='more'></a><br />
La confianza en la ciencia de la modernidad, como garante de progreso y que supondría el fin de toda superstición, sencillamente hay que ponerla en duda a estas alturas. Y hay que hacerlo, no por disquisiciones filosóficas a veces algo delirantes (lo que llaman la posmodernidad), sino porque <b>paralelamente a uno logros científicos altamente estimables se ha ido consolidando un sistema económico injusto y devastador</b>, junto a uno político más bien frágil y muy subordinado al primero (no dejan de ser otros, una clase dirigiente y mediadora, aunque con la excusa "democrática", los que toman las decisiones). Recordemos, además, que en la época contemporánea se han producido también cultos ideológicos tan perniciosos como la religión, y que precisamente gracias a la ciencia han posibilitado acabar con muchos más seres humanos en menos tiempo (los herejes de las nuevas creencias). Es por eso que rechazar el dogmatismo, dejémoslo muy claro, supone criticar la religión junto a otras ideologías políticas cuyos métodos terribles han supuesto una secularización del ideal absolutista (ese que suele señalar al otro como equivocado). En las sociedades que hoy llamamos "avanzadas", y que también acostumbramos a calificar como "liberales", hay un evidente aumento de otras formas de irracionalidad: creencias religiosas clásicas, replegadas en el fundamentalismo, junto a nuevas formas que importan culturas exóticas fusionadas con toda suerte de disparates a gusto del consumidor.<br />
<br />
A mi modo de ver las cosas, no se trata de una consecuencia simplemente del rechazo al conocimiento científico ni un problema causado por las nuevas corrientes filosóficas posmodernas (que, a veces, también se atacan con excesiva virulencia y simplicidad). El tema es más complejo y, además, habría que invertir los términos. Es decir, tal vez, son los problemas que continúan afectando gravemente a las sociedades humanas, tradicionales o "desarrolladas", los que suponen el caldo de cultivo para todo tipo de creencias. Los filósofos posmodernos se limitan a analizar la nueva situación, aunque es cierto que se eche de menos un cierto optimismo para un nuevo horizonte, algo que no tiene que estar enfrentado a esa saludable dosis de relativismo. <b>Normalmente, atacamos los síntomas de la enfermedad (las creencias), pero rara vez hay un análisis que vaya a la raíz del problema (la patología, si continuamos con el símil)</b>. Es cierto que este sistema económico basado meramente en el comercio se sirve de ese caldo de cultivo para potenciarlo en su propio beneficio: de ahí, por ejemplo, los superficiales libros de autoayuda o de pseudociencia que campan a sus anchas. Pero, insisto, es posible que todo sea consecuencia de algo, una tensión, un malestar o una frustración, que nos empuja a refugiarnos en la creencia sin tener una visión amplia de la vida.<br />
<br />
No soy ningún doctrinario marxista (un sistema que pareció derivar en nuevas formas de culto científico), pero creo que Marx podría tener su parte de razón cuando hablaba de que la cultura, ideología o religión (creencias, al fin y al cabo), eran un resultante de las condiciones económicas. No hay que verlo de una forma dogmática, y sigue siendo muy importante la difusión cultural para tratar de influir en el estado del cosas (con una filosofía basada en el escepticismo, el pensamiento crítico y la oposición al dogmatismo). Sin tener, obviamente, una receta "mágica" para ese nuevo horizonte, algo que parecen tener a veces ciertos aparentes partidarios del librepensamiento de forma simplista, nos limitamos, que puede que no sea poco, a <b>aplicar ese escepticismo crítico y esa racionalidad a todos los ámbitos de la vida (incluyendo los ámbitos económico y político, que demandan cambios radicales)</b>, añadiendo la mencionada dosis de ética que necesita toda situación. Es tal vez esa ética la que pudiera ocupar el lugar del apasionamiento, tantas veces pernicioso en otras formas absolutistas, mencionado al principio del texto. Puede que todo ello sea, esta vez sí, cierto garante de progreso "espiritual" y científico para el conjunto de la humanidad.</div>
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-91104054547990751002023-04-24T19:09:00.000+02:002023-06-25T11:14:55.845+02:00Reflexiones sobre la ideología<div style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-size: small;"><b><span style="font-size: medium;">¿Qué
queremos decir exactamente cuando hablamos de tener una
"ideología"? Huyendo de la utilización de la filosofía como herramienta
elitista, y como separación del mundo de las ideas con la realidad
cotidiana (algo que puede observarse como muy habitual), parece
importante
reflexionar sobre este aspecto, y por varios motivos.</span></b></span></div><div style="text-align: left;" trbidi="on"><span style="font-size: small;"> </span></div><div style="text-align: left;" trbidi="on"><div style="text-align: left;"><span style="font-size: small;">Por un lado,
vivimos en una sociedad básicamente conservadora, en la que tener una
ideología parece una cosa arcaica propia de personas dogmáticas que
desean, inútilmente, cambiar el mundo conforme a un modelo establecido
y, desgraciadamente, incluso a un nivel vulgar, es el pensamiento que ha
triunfado: las grandes ideologías murieron y todo intento de
resucitarlas supone el peligro de una nueva tentación totalitaria.</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: small;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/BGiO16bBx1w" title="YouTube video player" width="560"></iframe></span></div><span style="font-size: small;"><a name='more'></a>Si
nos situamos en una posición muy diferente, personas que aseguran tener
una ideología se parapetan en ello como si ya todo estuviera dado de
antemano y no fuera necesario un mayor esfuerzo humano. Digamos que de
la palabra "ideología" puede hacerse una lectura polisémica, en alguna
de las cuales debería haber cierto nivel de profundidad, o simplemente
podemos definirla como un "conjunto de ideas" (de una persona o de una
colectividad). En cualquiera de los casos, reducir la ideología a algo
dogmático o relegarla a algo ya superado o considerarla una actitud
inmadura son visiones pobres y, diríamos, resultado de un nefasto
momento
que vivimos para el pensamiento. Toda persona tiene (o se ve influida)
por un conjunto de ideas, por una ideología, y otra cosa muy diferente
es mantenerse bien alejado, tanto de actitudes dogmáticas (adaptación de
las ideas a la realidad sin verificación alguna), como del
papanatismo (dejar que otros piensen por nosotros y no realizar esfuerzo
crítico alguno para cuestionar la realidad que ponen delante de
nuestros ojos). Desgraciadamente, nuestra sociedad es más proclive al
papanatismo,
es decir, a dejarse seducir por el pensamiento ajeno; además, como las
personas con cierta influencia y alcance mediático no se caracterizan,
en su mayoría, por un gran nivel intelectual, ni ético, el siempre
reprobable papanatismo campa a sus anchas amparado en ese paupérrimo
nivel.<br />
<br />
<span style="font-size: small;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEio677SYxDk2jJ5Q6pPHaordKWe4rH8rPfAZ3f-OJ4lyA7a2Md9oG-xacNqvYhwRK_K0X8PsHxEcwoodz5EBVjox9-yvFJInGA2twp4cC5izTa6rrKvH0NXdXo6hWw4K4IT6HzFz4pQ9Gg/s1600/imagen_2217.png" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="280" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEio677SYxDk2jJ5Q6pPHaordKWe4rH8rPfAZ3f-OJ4lyA7a2Md9oG-xacNqvYhwRK_K0X8PsHxEcwoodz5EBVjox9-yvFJInGA2twp4cC5izTa6rrKvH0NXdXo6hWw4K4IT6HzFz4pQ9Gg/w229-h280/imagen_2217.png" width="229" /></a></span>Marx,
tan brillante como excesivo, consideraba que la ideología era una
ilusión de la conciencia resultado de las bases materiales y de la
condición de clase, y también un retraso de la conciencia social
respecto de la evolución de las necesidades materiales de la sociedad.
Esta visión, tan rígida como considerar todas las formas de la
superestructura cultural (filosofía, ciencia, derecho, religión...)
producto de la infraestructura económica, es digna en nuestra opinión de ser
tenida, al menos, en cuenta. <br />
<br />
Marx realiza su crítica ideológica y
considera que la alienación de la conciencia es el reflejo intelectual
de la alienación del hombre bajo ciertas condiciones económicas
(agudizada en el sistema capitalista). Bajo este prisma, el carácter
ideológico del pensamiento no sería una propiedad esencial invariable de
la razón humana, sino un resultado de falsas relaciones sociales.
Todavía puede encontrarse otro significado de ideología en Marx,
emparentado con la consideración de "teoría falsa", que vendría a
oponerse al conocimiento verdadero o ciencia real y positiva. No
obstante, quedémonos con la importancia de esa concepción de la
ideología como "falsa conciencia" (e, insistimos, todos tenemos o nos vemos
influenciados por un conjunto de ideas), desde el momento en que la
clase social dominante proyecta sus intereses a través de esas
expresiones culturales y morales. Algunos marxistas, no obstante, han
aceptado este consideración de la ideología como falsa conciencia, pero
han distinguido otra interpretación de ideología precisamente como lo
contrario, como modo de luchar contra esa falsa conciencia.<br />
<br />
Aun
teniendo en cuenta esta concepción marxista de la ideología, es
necesario ampliar el horizonte y huir de tanta alienación y
determinismo. La ideología tiene muchas, demasiadas, caras, y solo
pueden ponerse a prueba las ideas a través de la praxis ética y social.
Es decir, desde nuestro punto de vista, hablar de ideología es hacerlo, necesariamente, de
ética, aunque tantas veces ambos términos sean divergentes. ¿Qué hay del
anarquismo? Aunque puede que no todos piensen así, matizaríamos el carácter meramente "ideológico" de las ideas
libertarias. Es más, el anarquismo se vincula con muchas ideas
(materialismo, cientifismo, ateísmo...), pero estaremos de acuerdo en
que su horizonte es (siempre) más amplio. De hecho, es posible
distinguir muchas posturas en la evolución de las ideas ácratas, de tal
manera que resulte prácticamente imposible asociar "ideología"
anarquista con dogmatismo.<br />
<br />
Volviendo al terreno marxista, y sus
obsesiones de clase, tantas veces se vinculó el anarquismo con una
ideología propia del "pequeño burgués", de tal cosa se acusó a Proudhon, o
de un "desclasado" tipo como Bakunin. Si hay que asociar anarquismo con
una clase social, sería la de los más oprimidos; precisamente en España
triunfaron las ideas libertarias, tanto en el proletariado urbano como en el terreno rural con
los campesinos, lo que dificulta enormemente reducir el análisis a una
condición de clase. Podemos aceptar, aunque sea para no estar
constantemente matizando y acabar obstaculizando la comunicación, que
existe una ideología anarquista formada por una tradición histórica y
por un conjunto de pensadores y tendencias. Sin embargo, hay que
recordar lo vinculable del anarquismo siempre a una poderosa ética que
actúa como auténtico motor social.<br />
<br />
Por poner un ejemplo, el materialismo
puede abrazarse rápidamente, entendido como deseo de mejorar las
condiciones materiales de la sociedad, pero solo puede desarrollarse
gracias a la idea de la solidaridad, cuya práctica influye sobre la
conciencia y los actos humanos. ¿Es la solidaridad, o cualquier forma
ética, parte de una ideología?, ¿es parte de una (supuesta) esencia
humana?, ¿es tal vez, como consideraría Marx, una falsa conciencia solo
soluble en la sociedad sin clases? Tal vez hay que aceptar, en aras de
la libertad y del librepensamiento, que una u otra idea es parte de una posibilidad de la
existencia humana. Muchos trabajamos en gran medida en ese terreno de
las ideas o de las ideologías, y no hay que desdeñar para nada la
posibilidad de su influencia, aunque las relaciones sociales dificulten
enormemente la posibilidad de un cambio de conciencia. En cualquier
caso, quedémonos con dos ideas importantes: que todos, absolutamente,
todos nos vemos influidos por una serie de ideologías y
que el compromiso ético debería tener mucho que ver con tener unas
ideas.
</span></div>Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-58925657003135914552023-04-10T19:39:00.002+02:002023-06-25T11:14:54.068+02:00Las ideas permanentes en el cerebro<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="font-size: large;">Michael Shermer, fundador de la Skeptics Society, editor de la revista <i>Skeptic</i>, columnista divulgador en <i>Scientific American</i>, productor de programas sobre la ciencia y autor de, entre otros libros, <i>Por qué creemos cosas raras</i>, es uno de los más conocidos defensores del escepticismo científico y defensor de una filosofía humanista. Su obra está dirigida, principalmente, a las personas que no resultan tan escépticos y necesitan argumentos sólidos para tener una mirada más crítica sobre sus creencias.</span><br />
<br />
<i>Por qué creemos cosas raras</i>, publicado en 2007 (con edición española un año más tarde), y como su propio título indica,<b> se esfuerza en desentrañar el motivo por el que las personas creen en tantas cosas extrañas</b>. La primera parte de la obra, como puede esperarse de un divulgador de la ciencia y del pensamiento crítico, puede considerarse todo un manifiesto del escéptico; <b>el antídoto para las supersticiones y para las falsas creencias es el pensamiento racional y el método científico</b>. Los más variados temas, como las abducciones extraterrestres, las experiencias del <i>más allá </i>o los rituales satánicos, son abordados en el resto del libro. Un tema muy interesante es <b>lo que denomina "epidemias de acusaciones", que pueden desencadenar olas de histeria y cazas de brujas</b>; por ejemplo, el acceso por hipnosis a recuerdos reprimidos de supuestos abusos sexuales en la infancia. No podía faltar en en el libro <b>la polémica entre creacionismo y evolución, entre los biólogos que defienden la teoría evolucionista y los partidarios del diseño inteligente</b>.<br /></div><div style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/Y8OU6A1cNic" title="YouTube video player" width="560"></iframe><br /></div>
<a name='more'></a>
Algo que también hemos insistido desde este blog, es que <b>las creencias en cosas raras no implica, necesariamente, ignorancia o falta de inteligencia.</b> Muchas personas incluso brillantes defienden <b>creencias a las que, según Shermer, han llegado por medios no racionales prestando atención solo a las pruebas que les favorecen</b> (el llamado <i>sesgo de confirmación</i>) al mismo tiempo que s<b>e ignora o subestima todo aquello que combate la certeza</b>. El ejemplo más recurrente del <i>sesgo de confirmación</i> es <b>cuando alguien quiere ver una conexión entre su pensamiento y un hecho que acontece;</b> si pensamos en alguien e inmediatamente suena el teléfono y es esa persona, muchos querrán ver una especie de poder síquico en ello, pero simplemente <b>se trata de una coincidencia a la que se presta atención de manera puntual</b>, mientras que se ignora la inmensa cantidad de veces que no se produce.<br />
<br />
Shermer también se ha mostrado<b> extremadamente crítico sobre la certeza de que algo puede estar "impreso en nuestro cerebro" de forma permanente</b>, algo que combate enérgicamente; <b>entre otros conceptos, el de Dios y la religión</b>. De hecho, se critica que en la modernidad, al menos desde que Darwin teorizara sobre las características impresas en el cerebro del ser humano, multitud de científicos han encontrado el apoyo necesario para la pervivencia de la idea de Dios. Shermer, que al parecer también llegó a estar convencido de ello, cree que <b>ya es hora de desterrar la teoría de que Dios y la religión son conceptos impresos</b>, de forma irreversible, en el cerebro de las personas.<br />
Así, la fe religiosa y la creencia en Dios, al igual que otras tendencias y propensiones, s<b>on subproductos de otros procesos cognitivos</b>. Shermer va más lejos y considera que, no solo que <b>cualquier idea permanente puede ser atenuada gracias a la evolución y a una investigación científica</b> independiente, sino que <b>la misma idea de Dios tiene fecha de caducidad y perecerá dentro de cierto tiempo</b>. En cualquier caso, y lo que resulta más interesante, es que <b>la idea de que está impresa en nuestro cerebro, al igual que cualquier otro concepto absoluto, debe ser definitivamente apartada</b>.</div>
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="360" mozallowfullscreen="" scrolling="no" src="https://embed-ssl.ted.com/talks/michael_shermer_on_believing_strange_things.html" webkitallowfullscreen="" width="540"></iframe>
</div>
Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3984219028264374663.post-38825121605018762282023-03-21T20:58:00.003+01:002023-06-25T11:14:53.114+02:00El ateísmo, la aventura de pensar libremente<p style="text-align: left;">En una librería de viejo, enontramos este libro y, cómo resistirse a su compra, con semejante título: <i>El ateísmo. La aventura de pensar libremente en España</i>; máxime cuando vemos en los capítulos dedicados a los siglos XIX y XX con no poco espacio dedicado al anarquismo y también todo un epígrafe a Francisco Ferrer Guardia. Nos encontramos con una rigurosa y estimulante obra, editado por Cátedra en 2016, cuyo autor es el filólogo e historiador Andreu Navarra Ordoño. Comienza el libro con una declaración de intenciones donde el autor asegura no tener ninguna vocación polémica y si el afán de haber hecho un trabajo de investigación histórica. El objetivo es corregir el hecho de que es el ateísmo una postura filosófica no lo suficientemente estudiada en España; el ateísmo y una serie de conceptos más o menos cercanos como pueden ser el escepticismo, la incredulidad, el materialismo, el evolucionismo, la laicidad, el anticlericalismo…</p><div style="text-align: center;"><iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share" allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="https://www.youtube.com/embed/d4-foF1yZtY" title="YouTube video player" width="560"></iframe></div><a name='more'></a><br />De hecho, hay una obra previa del mismo autor, editada también por Cátedra en 2013, con el título <i>El anticlericalismo. ¿Una singularidad de la cultura española?</i>; Andreu Navarra pretende diferenciar claramente los dos ámbitos, el del anticlericalismo y el del propio ateísmo y de ahí la existencia de esta obra, a pesar de tener cierta relación semántica; mientras que el anticlericalismo tiene más que ver con lo político, el ateísmo está más vinculado a la filosofía y a la teoría del conocimiento. El ateísmo, por lo tanto, sería un posición filosófica; el anticlericalismo tendría más que ver con un posicionamiento político, y el lacismo estaría más vinculado a la libertad de conciencia, a la libre concurrencia de opiniones a nivel social; de forma obvia, son tres esferas interrelacionadas, pero se nos recuerda que de ninguna manera deben confundirse. El pensamiento conservador siempre ha sostenido que el ateísmo español ha estado siempre influido por otros países, mientras que la obra que nos ocupa sostiene que sí existe un pensamiento ateo sistemático y culto de raíz hispánica, que llega hasta la actualidad.<br /><br />Los objetos del libro quedan reducidos, en palabras del propio autor, a tres grupos de fenómenos: en primer lugar, y a través del estudio de la documentación inquisitorial, menciona las formas de disidencia religiosa entre los siglos XVI y XVIII con una especial atención a la relación entre el concepto de incredulidad y el del ateísmo; en un segundo lugar, se estudian en las obras los textos abiertamente ateos, donde entraría el libertario Ferrer Guardia, pero también muchos otros autores como el filósofo Ortega y Gasset o, más recientemente, Gonzalo Puente Ojea; como tercera y última finalidad, se estudia la abundante literatura represiva escrita durante siglos para combatir el ateísmo. De hecho, puede decirse que hay más textos en contra del ateísmo que a su favor y por ello se tratar dar a conocer y clarificar esta apasionante corriente de pensamiento.<br /><br />No me resisto a leer una definición de ateísmo aportada por Joan Carles Marset y reproducida en el libro (Ver página 24):<span style="font-size: x-small;"><br />Yo, particularmente, me he encontrado en ámbitos ateos con personas que aseguraban que al ateo le define solo la renuncia a creer en ningún dios; bien, esto será técnicamente correcto, pero me agrada encontrar obras como esta en las que se sostiene que, de forma obvia, la cuestión es mucho más rica y tiene una gran cantidad de consecuencias. Yo mismo he vinculado a menudo el ateísmo con el escepticismo, aunque bien es cierto que complementado con el apelativo de crítico; pero, lo que es seguro es que si atendemos a la definición dada, “una concepción radicalmente profana e intrascendente de la existencia humana”, abrimos con ella un horizonte mucho más amplio para la acción humana que un simple escepticismo. Siempre he sostenido algo similar a lo que asegura Andreu Navarra, que la renuncia existencial a un Más Allá conceptual obliga por lo general a atender con mayor intensidad nuestra vida actual también a un nivel intelectual e incluso moral; al menos, debería ser todo un debate a mundo negado por los religiosos.</span><br /><br />Por otra parte, también es fácilmente vinculable el pensamiento religioso con dogmas, verdades definitivas y creencias incuestionables; el ateísmo vendría a ser todo lo contrario, el afán por hacerse preguntas y por buscar un mayor horizonte humano, a pesar de los que sostengan lo contrario jugando de manera tramposa con el lenguaje. El ateísmo, al igual que el escepticismo de la escuela religiosa, viene a ser una suspensión del juicio y un afán por seguir reflexionando, no una afirmación (o negación, en este caso) categórica. El ateísmo podría estar, tal y como aseguraban aquellos ateos simplistas de ciertos foros actuales, vacío de contenido; la realidad, muy al contrario, es que está vinculado a muchos conceptos, pensamientos y acciones humanas; la más evidente es la reivindicación laicista, que precisamente pretende que, en condiciones igualitarias, cada persona pueda pensar o creer lo que le venga en gana. Puente Ojea nos aclaró que los problemas suscitados por los ateos no tenían que ver tanto con la creencia en Dios como con la negación acerca de la existencia del alma o el espíritu; puede que tenga razón, ya que está muy vinculada al ateísmo la posición filosófica del materialismo, según la cual son atributos propios de la materia los fenómenos que un espiritualista atribuye al alma. Así, de forma encomiablemente polémica, se considera que la creencia en Dios partiría de un deseo de eternización de la existencia originado en el animismo primitivo.<br /><br />Platón y Aristóteles sistematizarán el dualismo, que Descartes relanzó en el siglo XVII, y habría que esperar a Spinoza para una ruptura con dicho dualismo y “reintegrar las dos esferas de la humanidad y el universo en el monismo de la sustancia”; después, Nietzsche daría un golpe mortal al dualismo, que parecía venirse abajo entre los siglos XIX y XX. Puente Ojea considerará ya sin ambages la positividad del pluralismo fenomenológico de la materia. Por lo tanto, el pensamiento ateo también se encontraría ligado a la renuncia a toda esencia inmaterial, o como la queramos denominar, incluida en el interior del ser. Creemos que puede decirse, como han asegurado ya muchos autores, que los orígenes del ateísmo intelectual hay que buscarlos en la Antigua Grecia. Los filósofos griegos podríamos considerarlos también científicos y, por ejemplo, Demócrito ya describió la estructura atómica de la materia; en la Edad Moderna, los disidentes religiosos volverán a ello al tratar de excluir la apelación a una inteligencia divina como principio ordenador de la materia.<br /><br />En otros ámbitos, como es el social y moral, ya Platón relacionaba una actitud piadosa con ausencia de actos delictivos; muy al contrario, los pensadores escépticos apostarán por una ética autónoma y opinarán exactamente lo contrario. En esa línea, Gonzalo Puente Ojea aseguró que la moral, el amor al prójimo, la compasión o la solidaridad, no necesitan de religión alguna, que solo lleva a esa práctica de manera alienante; muy al contrario, la historia de las religiones es la de los genocidios, las guerras, la violencia física contra los cuerpos y la intimidación moral contras las conciencias. Lo que Andreu Navarra desmonta de forma obvia, gracias a las fuentes consultadas y a la abundante producción cultural, es que exista ninguna unidad de conciencia a lo largo de la historia, tal y como de manera oficial se nos ha querido ver; se descubre así una gran complejidad del mundo intelectual hispánico. Si en la Edad Moderna, a menudo el ateo renunciaba a poner en práctica sus convicciones para tratar de implantar la libertad de conciencia en el espacio público, es algo que ya no ocurre afortunadamente en la actualidad y las asociaciones de ateos y librepensadores son auténticamente combativas al respecto.<br /><br />Es este ateísmo el más interesante, el que propugna con firmeza la libertad de conciencia, abunda en el escepticismo crítico, que se afana en la investigación, y lucha por el librepensamiento; desgraciadamente, gran parte de la sociedad puede no ser creyente al modo tradicional, pero muestra más bien desdén por esas inquietudes intelectuales, y podemos decir también morales y políticas, por lo que no es extraño que se haya producido un retorno de otros tipos de pensamiento mágico y abunden las terapias pseudocientíficas. En cualquier caso, históricamente, la clase sacerdotal ha acusado de ateísmo a cualquiera que no cree lo mismo que ellos (por ejemplo, a deístas y panteístas, que no dejan de ser otro tipo de creyentes) y este libro pretende desvincular esas acusaciones lanzadas sobre cualquier disidencia y evidenciar lo que sería el auténtico ateísmo para poder estudiarlo con propiedad. En nuestra opinión, lo ha conseguido y su lectura es más que recomendable.<br /><br /><br /><br /><br /><br /><br /><p></p><p></p>Capi Vidalhttp://www.blogger.com/profile/09413369734731895213noreply@blogger.com0