domingo, 13 de octubre de 2024

Proudhon y la religión, ¡Dios es el mal!

 La relación de Proudhon con la religión es, tal vez, algo ambigua. Parece ser que Daniel Guerin llegó a decir que el pensador francés no se liberó nunca por completo de su formación cristiana. Una obra como Proudhon y el cristianismo, de Henri de Lubac, da muestra de esa ambivalencia o múltiple lectura que puede tener su obra. Por un lado, se admite en ese libro que el autor de Filosofía de la miseria fue el gran adversario de la fe religiosa en el siglo XIX, y sin embargo le dedica todo un libro, bien es verdad que tratando de llevar a su terreno ciertas nociones.


No obstante, Proudhon y el cristianismo es una obra de valía, importante para adentrarse en el pensamiento proudhoniano. Veamos si podemos introducirnos en la visión religiosa de Proudhon, que algunos han definido como demoledora de todo edificio autoritario. Para abrir boca, hay que recordar una frase tan impactante y escandalosa para su tiempo como aquella de "La propiedad es el robo"; Proudhon llegará a la siguiente conclusión: "Dios es el mal".

Proudhon inscribe las religiones, al igual que los Estados, en un sistema conceptual autoritario, tal y como expresa en las siguientes palabras (de su obra Idée générale): "Estas religiones, estas legislaciones, estos imperios, estos Gobiernos, esta sapiencia de Estados, esta virtud de los Pontífices, todo esto no es sino sueño e ilusión, un círculo de hipótesis interpenetradas que convergen hacia un mismo punto central desprovisto de realidad. Es preciso hacer estallar esta envoltura, si queremos llegar a una noción más exacta de las cosas y salir de este infierno, en que la razón del hombre, cretinizada, acabaría por extinguirse". Lo que caracteriza a todos los sistemas autoritarios es el principio de la trascendencia, el sometimiento del individuo a una autoridad ajena (Dios, Estado...) o a la clase mediadora que la representa (gobierno, clero...). La religión es un sistema universal de conceptos, el cual incluye el universo como un todo, algo que resulta ajeno a toda realidad científica, ya que ésta es para Proudhon un conjunto de dominios diferentes independientes entre sí. La religión es un intento de orientarse por el mundo, de forma reducida, simbólica e instintiva, y con pretensiones trascendentes, propio de una sociedad inmadura.