viernes, 28 de octubre de 2022

Por qué gente inteligente cree cosas necias


Hay quien asegura, con muy buen humor y bastante mala leche, que cuanto más ridículas y absurdas son las creencias de la gente más se irrita cuando uno se ríe de ellas. Para analizar por qué se da crédito a tanta "tontería", en primer lugar hay que dejar de lado un juicio simplista que cataloga a dichas personas simplemente de "no muy inteligentes", algo que no es necesariamente así. Nadie es enteramente racional, siendo seguramente bueno que así sea, y estamos muy condicionados por diversos factores, entre los que se encuentran nuestras emociones, temores y deseos, que nos empujan a creer en ciertas cosas no verificadas; siendo conscientes de ello, hay menos posibilidades de caer en creencias disparatadas.

Para comprender por qué creemos en cosas erróneas, hay que mencionar la disciplina de la heurística, que alude en nuestro caso a una técnica no rigurosa de acceso al conocimiento,  que podemos denominar también atajo y que vendría a ser una manera informal de razonar. Se trata de una forma cómoda de proceder en nuestra vida cotidiana, incluso eficiente a veces, pero que acaba teniendo un coste elevado si da lugar a “falsas creencias” debido que esas estrategias de verificación presentan vulnerabilidades  sistemáticas. Si queremos comprender el mundo de manera amplia, no podemos acudir solo a nuestras experiencias personales ni basarnos en nuestra simple intuición; nuestro sistema de percepción de la verdad, el sistema cognitivo, está tan sujeto a engaños como nuestros sentidos. Si las ilusiones ópticas, por ejemplo, son habituales, también existen lo que podemos llamar ilusiones cognitivas o percepciones erróneas. Tal vez la siguiente cita, de Robert Pirsig, nos ayude a encontrar una perspectiva adecuada sobre la ciencia: "El verdadero propósito del método científico es asegurarse de que la naturaleza no nos ha inducido erróneamente a creer que sabemos algo que, en realidad, no sabemos".