lunes, 25 de diciembre de 2023

Por qué no soy cristiano

Con este título, pronunció una conferencia Bertrand Russell, el 6 de marzo de 1927, en el Ayuntamiento de Battersea (sur de Londres), bajo los auspicios de la Sociedad Laica Nacional. Russell comienza su discurso aclarando que lo que se entiende por cristiano en su época era muy diferente del significado completo que tenía en los tiempos de San Agustín y Santo Tomás de Aquino. En cualquier cosa, habría dos cosas consustanciales a llamarse cristiano: la primera es de naturaleza dogmática, la creencia en Dios y en la inmortalidad; la segunda es acerca de Cristo, es necesario tener alguna creencia sobre lo superlativo de su figura, aunque no sea necesariamente acerca de su naturaleza divina.

De esa manera, cuando Russell dice que no es cristiano, afirma de entrada dos cosas distintas: la no creencia en Dios y en la inmortalidad, y la negación de la gran capacidad de Cristo en el terreno moral. Lo que entendemos cuando Russell habla de Cristo es la figura histórica que el tiempo ha creado, aunque las fuentes originales de su existencia sean muy dudosas (algo que no se habla lo suficiente). No obstante, parece correcto mencionar un Cristo de los Evangelios (o un profeta llamado Jesús), desprendiéndole de toda connotación sobrenatural, ya que puede decirse que se ha acabado dando lugar a una figura relevante con esas características e importante es reflexionar sobre ella (sin olvidar mencionar la falta de legitimidad histórica para su existencia, juego en el que obviamente no desea entrar la iglesia).

sábado, 9 de diciembre de 2023

Aprendiendo la racionalidad

Insistiremos, una vez más, en que existen mecanismos que explican que gente inteligente (y empleamos este apelativo de manera generalizada) crea en cosas absurdas y acabe realizando, de una manera u otra, actos más bien necios. Cómo es posible que existan tantos dislates en la sociedad, al alcance de cualquiera, y que las personas los acaben aceptando y/o consumiendo; son, en realidad, dos interrogantes. Se dice que inteligencia y racionalidad son cosas diferentes; es decir, uno puede ser extremadamente racional y no ser especialmente inteligente, y vicecersa.

Hay que recordar en la constante recurrencia a los atajos cognitivos; ya que pensar requiere tiempo, y hay que reconocer también que puede resultar contraproducente en algunos casos, el ser humano ha desarrollado una serie de reglas empíricas y prejuicios para limitar la capacidad mental empleado en un problema determinado.

Está probado que, dependiendo de cómo se planteé un mismo problema, las personas pueden escoger una solución u otra dependiendo de, por ejemplo, el atractivo visual que observen y dejando a un lado la racionalidad. La lista de reglas empíricas y de prejuicios cognitivos es bastante extensa: interpretamos no pocas veces a partir de la nada (de forma aleatoria), tendemos a buscar pruebas que confirmen lo que ya creemos, descartamos aquellas que no tienden a favorecernos, solemos evaluar las situaciones desde nuestro punto de vista (dejando a un lado a la otra parte), las anécdotas llamativas tienen más peso a veces que las estadísticas, sobrevaloramos nuestros conocimientos, nos creemos con menores prejuicios que los demás...

martes, 28 de noviembre de 2023

La duda viva y dinámica del pragmatismo

Charles Sanders Pierce, uno de los fundadores de la corriente filosófica que se conoce como pragmatismo, consideró que "la duda viva constituye la vida de la investigación". A diferencia de la creencia, que siempre tendrá la tentación de imponer una verdad abstracta, la duda para el ser humano comienza cuando conoce que hay opiniones diferentes a las suyas. El pragmatismo posee confianza en la viabilidad de una praxis humana, pero lejos del dogmatismo y del autoritarismo, y lo hace en aras del progreso y teniendo en cuenta los valores humanos. Muy interesante es conocer esta corriente filosófica, y hacerlo además con palabras accesibles acercándola a la persona de la calle para hacer frente a sus problemas cotidianos. Si, tantas veces, hemos creado abstracciones a partir de las experiencias en el mundo, habría que invertir los términos: poner las ideas en circulación y tratar de buscar su verificación en la acción. Como vemos, se trata de una postura muy adecuada a la sociedad posmoderna, en la que los grandes discursos (y las grandes verdades) no tienen ya cabida. El esfuerzo se encuentra en desmitificar esas grandes nociones de la filosofía escritas con mayúsculas: Verdad, Realidad, Dios…

domingo, 12 de noviembre de 2023

La religión y el creacionismo

Desde un punto de vista filosófico el creacionismo puede tener dos sentidos: en primer lugar, como afirmación de que la creación del mundo tuvo lugar ex nihilo (es decir, a partir de la nada) por obra de Dios; en segundo lugar, puede aludir a la producción de almas humanas, lo que presupone también la existencia de Dios. En un caso y en otro, el creacionismo quiere negar que el mundo y el alma humana (preexistente, para los creyentes, a la propia existencia del hombre; para los que no creemos, señalamos el alma como una de las grandes falacias en la historia de la humanidad origen del pensamiento religioso y del desbarajuste intelectual que todavía pagamos) tengan una condición previa según la cual hayan surgido a partir de algo. Es decir, la afirmación "Dios lo hizo" es la visión más cómoda a nivel intelectual, un deseo brusco de no hacerse más preguntas y, posiblemente, lo que sigue manteniendo a gran parte de la humanidad en un estadio más bien infantil. Recordaremos también el clásico moderno, que alude a la imposibilidad la causa primera de las cosas y niega la creencia religiosa: "Yo no pongo nombre a mi ignorancia, la coloco en un altar y la llamo Dios".

Este breve resumen sobre la visión filosófica del creacionismo lo adelantamos a un análisis más popular del concepto, y para echarnos a temblar, como veremos a continuación, preguntándonos si el pensamiento religioso es una suerte de virus que mina intelectualmente a las personas; puede que nos acusen de reduccionistas y demagogos, algo que asumimos, nosotros somos así.
Hay que aclarar, y un motivo más para entender lo fantasioso de la creencia religiosa (o mágica o como la queramos llamar), que el creacionismo no debería aludir necesariamente a la mano de un único Dios en la creación del mundo y los seres vivos. Es decir, si nos viene uno diciendo que él es un politeísta que también piensa que hay una creación ex nihilo, ¿quiénes somos nosotros para negarle la condición de creacionista? Queremos decir con esto que el creacionismo es un concepto, como tantos otros, insertado en la tradición monoteísta (exactamente, judeocristiana); si los seres humanos pertenecen a otra cultura, puede que crean en otras cosas disparatadas, pero al parecer no se les puede etiquetar de creacionistas según los cánones oficiales. Un desbarajuste intelectual de lo más peculiar, como ven ustedes, y nos esforzaremos siempre en señalar lo ridículamente dogmático de las creencias religiosas; es fácil señalar lo irrisorio, por ejemplo, del politeísmo hindú, con su universo plagado de deidades en plan despiporre, pero al parecer si indicas, por ejemplo, que el cristianismo tiene igualmente cosas contradictorias y disparatadas, contrarias a la razón, el asunto es más delicado.

sábado, 4 de noviembre de 2023

La ciencia y el deseo moral (apartando las concepciones religiosas)

En Religión y ciencia, Bertrand Russell daba a priori la razón a los que consideran que la ciencia no tiene nada que decir sobre los valores. Sin embargo, aclaraba que no estaba de acuerdo con deducir de ello que la ética contiene verdades que no pueden ser probadas o refutadas por la ciencia. Tradicionalmente, el estudio de la ética consta de dos partes: la que concierne a las reglas morales y la que se ocupa de lo que es bueno por sí mismo. La historia de la humanidad puede observarse, desde el punto de vista de la ética, como una evolución de una situación en la que las reglas de conducta son importantes, hasta otra en la que se da más importancia a la reflexión y a los estados del "espíritu". Para los místicos y religiosos, suponemos que para los sinceros, las reglas externas les parecerán solo adaptables a las circunstancias y valoran más una buena conducta que mane del interior del individuo. Una de las formas de evitar las reglas externas fue la creencia en la "conciencia"; según la visión religiosa, Dios habría puesto en cada corazón humano lo que es recto y solo hay que escuchar la voz interior. Russell recuerda que hay, al menos, dos dificultades para esta teoría: primero, que la llamada conciencia parece decir cosas diversas a cada hombre, después, la psicología ha ido dando respuestas a los distintos sentimientos de cada individuo. Como buen científico, Russell apela a las leyes causales para comprender por qué existe tanta diversidad en lo que motiva la conciencia. Mediante la intronspección, hay veces que los sentimientos parecen misteriosos, al haber olvidado como se originaron, y no resulta raro que tantas personas a lo largo de la historia hayan considerado que eran un producto divino. Russell considera que la conciencia es un producto de la educación, algo con lo que podemos estar de acuerdo en gran medida, y puede ser dirigida a un lugar o hacia otro a conveniencia del educador. Para liberar a la ética de unas reglas externas, hay que poner en duda la visión religiosa sobre la conciencia.

sábado, 21 de octubre de 2023

John Leslie Mackie y las consecuencias morales del ateísmo

John Leslie Mackie (1917-1981) fue un brillante filósofo australiano, especializado en metaética y partidario del escepticismo moral, conocido ateo y participante en jugosas polémicas al respecto. En Dios no existe (peculiar traducción para The portable atheist, recopilación de textos realizada por Christopher Hitchens), se incluye un texto de Mackie sacado de su obra El milagro del teísmo: argumento a favor y en contra de la existencia de Dios. 

 
Entre las consideraciones a favor de la existencia de una dios personal, o casi personal, se enumeran al menos cinco: "1) los supuestos milagros; 2) las versiones inductivas del argumento del diseño y la conciencia, tomando como 'signos del diseño' tanto el hecho de que existen regularidades causales y el hecho de que las leyes naturales fundamentales y las constantes físicas son tales que hacen posible el desarrollo de la vida y la conciencia; 3) una versión inductiva del argumento cosmológico, buscando una respuesta a la pregunta '¿Por que hay algo en lugar de nada?'; 4) la idea de que hay valores morales objetivos cuya existencia demanda una explicación adicional; 5) y la idea de que algunos tipos de experiencia religiosa pueden comprenderse mejor si los entendemos como la percepción directa de algo sobrenatural". Por supuesto, Mackie echa por tierra estos argumentos: el primero y el quinto son, de forma obvia, muy débiles, ya que pueden explicarse fácilmente en términos naturales. Por otra parte, el mundo natural explica, gracias a la evolución, la conciencia, la moralidad y el valor como actividad humana. Lo único dudoso, desde una explicación naturalista, serían las irregularidades causales,el hecho de que las leyes físicas sean las que son y de que haya algo en lugar de nada. El naturalista suspenderá siempre la cuestión de Leibniz, ¿por qué hay algo en lugar de nada?, mientras que el teísta se sentirá igualmente indefenso ante la pregunta de por qué hay un dios en lugar de nada. La hipótesis de Dios, al menos desde Laplace, resulta innecesaria desde este punto de vista sustentado en términos racionales; la reivindicación literal y fáctica de la existencia de un Dios personal no posee base racional alguna, pero los intentos posteriores de defender el pensamiento religioso, una vez liberado de sus creencias tradicionales, son señalados por Mackie como un rotundo fracaso.

sábado, 7 de octubre de 2023

La posmodernidad y las nuevas creencias

El malestar con la modernidad no es tan reciente como pudiera parecer en un primer momento. De hecho, puede decirse que el mismo desarrollo de la época moderna conlleva algunos movimientos más o menos de oposición. Es el caso del romanticismo, en el que se exhaltan los sentimientos y la subjetividad, frente a la razón ilustrada y la objetividad.

Cuando he hablado con personas del ámbito filosófico, siempre se alude a la posmodernidad como algo abstruso, que tal vez no terminan de comprender bien ni ellos mismos; en cualquier caso, hablamos de una crisis de los valores modernos, el desencanto debido a que hay poner en cuestión nociones como el progreso, la razón, la emancipación e incluso la ciencia. Es, en definitiva, una crisis de los grandes relatos, discursos, cosmogonías o ideologías; ya no existen grandes asideros a los que agarrarse, debido a lo cual se ha hablado también de la posmodernidad como "modernidad líquida". Todo esto nos lleva, y hablo por experiencia propia, de que los pensadores impregnados de posmodernidad, con alguna notable excepción, caigan en un relativismo no pocas veces extremo; debido a que la verdad es algo cuestionable, y no existe ninguna gran explicación definitiva a la que agarrarse, cualquier discurso les vale.
 

lunes, 18 de septiembre de 2023

La libre indagación

Siempre han existido personas que se han esforzado en pensar libremente, no solo en considerar que la idea de Dios es simplemente un invento humano, sino en señalar el gran mal que se ha hecho en su nombre. Desgraciadamente, no se puede averiguar mucho de estas personas, ya que han estado sometidas normalmente a la aniquilación o al ostracismo. De igual modo, es posible que muchos creyentes en apariencia fueran en realidad escépticos o librepensadores con miedo a proclamar su auténtico pensamiento en contextos muy represivos.

Hay veces que se mencionan las grandes obras artísticas como resultado de la fe religiosa, pero ello es en gran medida dudoso, podemos verlas también como expresiones de la cultura y de la civilización humanas desde un ámbito muy humano, además de tener serias dudas de las verdaderas creencias de aquellas personas. Afortunadamente, el desarrollo del pensamiento, aunque esté tantas veces desvirtuado, se ha apartado de toda verdad "revelada" y de toda fe dogmática para, precisamente, considerar que la conciencia, la razón y la moral son innatas al ser humano, susceptibles de ser mejoradas o deterioradas, sin que haya que buscar explicaciones espirituales o metafísicas.

domingo, 3 de septiembre de 2023

Alegato contra el cristianismo

Esta obra, Alegato contra el cristianismo, del autor Michael Martin, que ya nos brindó otro impagable libro como es Introducción al ateísmo, está dedicada a la que es la religión actual con mayor número de seguidores. Obviamente, lo está de un modo devastador.

Martin considera que las doctrinas cristianas deberían estar basadas en razones epistemológicas, esto es, en lo que atañe al conocimiento al que tenemos acceso. Se descarta una adscripción por cuestiones meramente beneficiosas, tal vez con la excepción de casos muy extremos, ni tampoco por razones de fe. Naturalmente, para demostrar si lo que sostiene la religión es o no cierto necesitamos un examen riguroso y pruebas concluyentes.

sábado, 19 de agosto de 2023

El ateísmo en el pensamiento antiautoritario

Realizamos un somero repaso al ateísmo moderno, vinculado inevitablemente con la tradición antiautoritaria. Desde las sorprendentes memorias del párroco Meslier hasta la apuesta radical por el conocimiento de un Bertrand Russell, pasando por los anarquistas, incapaces de compatibilizar a Dios con la emancipación humana, o por un Stirner, que no concibe a ninguna abstracción que doblegue al individuo, tenga el nombre que tenga

Michel Onfray considera que la historia del ateísmo moderno empieza verdaderamente con la peculiar figura de Jean Meslier (1664-1729). Al poco de su fallecimiento, y después de una vida dedicada al sacerdocio, se encontró un manuscrito impresionante en el que Meslier mostraba un materialismo ateo y una crítica feroz a la moral cristiana, y religiosa en general, que le acaba conduciendo a la cuestión social y política. Hay que recordar que esta obra de Meslier, llamada Memoria contra la religión, sería difundida por Voltaire, aunque desprendida de sus elementos más filosóficos y sociopolíticos, permaneciendo únicamente la visión más anticlerical. No sería hasta finales del siglo XIX que vería la luz la versión completa de una obra radical, tremendamente devastadora respecto a la religión y cualquier creencia sobrenatural, en la que Meslier asocia el ateísmo con una república libre e igualitaria. 
 

martes, 8 de agosto de 2023

Stephen Hawking y la creación del universo

Stephen Hawking, fallecido en 2018, es sin duda uno de los grandes científicos contemporáneos; además, un ejemplo de, superación, entereza y dignidad, por motivos evidentes. Su postura acerca de Dios acabó siendo muy clara y contundente, descartándole totalmente para explicar la creación del universo; la religión, basada en la autoridad, y la ciencia, estimulada por la razón y la observación, resultaban claramente incompatibles.

Su conocido libro de divulgación, Breve historia del tiempo, precisamente dirigido a personas como yo, sin grandes conocimientos científicos, fue una de las obras que me mantuvieron a salvo de creencias místicas, vaivenes metafísicos y distorsiones pseudocientíficas, a las que son tan dados algunos seres humanos. El trabajo de Hawking, centrado en el estudio de los agujeros negros y en la creación del universo, le obligó a posicionarse sobre Dios, la religión y la posible existencia de vida después de la muerte. Es conocido el ateísmo del británico, mucho más contundente en los últimos años de su vida, y es gracias a mentes preclaras como la suya que se suscita un imprescindible debate sobre, no solo la existencia o no de algo similar a Dios, también sobre la necesidad o presumible bondad de la creencia religiosa. Hay quien piensa que solo se pudo ser abiertamente ateo a partir de que la ciencia, tanto la cosmología, como la biología, pudo dar respuestas convincentes a la existencia del universo y de los seres vivos. Antes de ese conocimiento, por supuesto, era posible negar a los dioses, lo mismo que a cualquier otra creencia sobrenatural, más por motivos filosóficos gracias a geniales intuiciones o incluso debido a una buena base argumentativa moral. Sin embargo, para el caso que nos ocupa, vamos a centrarnos en los argumentos científicos de Hawking, una de las mentes más brillantes y respetadas de las últimas décadas. Es tan sencillo como comprender que, antes de que la ciencia diera explicaciones convincentes, podía ser lógico seguir creyendo en algo como Dios, pero es más que cuestionable intelectualmente hacerlo después.
 

domingo, 30 de julio de 2023

El lugar de Dios en la historia del pensamiento

Si queremos combatir de verdad nuestros prejuicios, a la hora de abordar la cuestión desde una perspectiva atea y liberadora, hay que comprender en primer lugar que el concepto de Dios ha estado presente en, prácticamente, toda la historia de la filosofía. 

Con esta afirmación quiero decir que, nos guste o no, nuestra manera de pensar es heredera de la tradición judeo-cristiana. Seguramente, tenemos más de ella que de las antigua filosofía griega. Insisto, sea de nuestro agrado o no, es necesaria asumir esto precisamente en aras de la libertad de pensamiento. Por lo tanto, hay que preguntarse en primer lugar por qué aparece Dios con tanta frecuencia en el pensamiento, especialmente en la Modernidad a partir de Descartes. La respuesta a esta cuestión no puede reducirse a un nivel personal, ya que muchos filósofos, en cuyo pensamiento aparece Dios, no eran personas religiosas o, incluso, declaraban abiertamente su agnosticismo o ateísmo. Descartes, pensador claro y brillante, puede ser una buena elección para tratar de explicar esta cuestión, ya que es el iniciador de la la época moderna en la filosofía. El autor de El discurso del método, iniciador también de la filosofía de la subjetividad y pensador barroco, comienza con la duda, muy acorde con el escepticismo filosófico imperante en el contexto histórico que le tocó vivir. Al hablar de "duda" lo que se quiere plantear es que ante el más mínimo planteamiento que ponga en cuestion la verdad, que no parezca absolutamente verdadero, se considerará entonces falso y se eliminará.

domingo, 2 de julio de 2023

Las ideas antiautoritarias en la posmodernidad, desterrar el absolutismo

Se ha dicho que Nietzsche fue el primero en golpear mortalmente cualquier principio trascendente; aunque se insiste en que se inspiró en gran medida en Stirner, dejaremos la controversia para otro momento. Otros autores, precursores de lo que ahora se conoce como posmodernidad, como Heidegger y Foucault, continuaron la labor del autor de Más allá del bien y del mal. El principio trascendente, concretado en el terreno religioso en la figura religiosa de un dios todopoderoso, es algo rechazable para el anarquismo, también para otras corrientes de izquierda surgidas de la Ilustración. Gracias a los pensadores de la Ilustración, con el optimismo que suponía la confianza en la llamada razón científica, se dejó a un lado aparentemente la superstición y el oscurantismo religioso socavando los cimientos sobre los que se había edificado la antigua concepción del poder. Se substituyó la verdad sustentada en la divinidad por una nueva verdad que lo hacía en la razón. Gracias a ello, existía una fe en el progreso y en el advenimiento de una nueva era en la que se construiría el paraíso terrenal. La gran crítica que se realiza a la modernidad es que no acabaría con Dios, sino que iniciará simplemente un proceso de secularización, traspasaría a priori el principio trascendente al ámbito de lo humano y elaboraría un nuevo discurso de la verdad, que supone una nueva sumisión ante lo irrefutable de la objetividad. Todo régimen de dominación se basa en la supuesta existencia de un metanivel más allá de la mera existencia humana, con unos mediadores designados capaces de representar ese metanivel y expresarlo con sus palabras. La gran mayoría de los seres humanos se consideran que no están capacitados para ser juez y parte en los conflictos, ya que no disponen de la información precisa otorgada únicamente a una determinada clase. Naturalmente, los mediadores pueden ser sacerdotes, políticos o científicos; no importa si se asegura una instancia superior, como la divinidad, la voluntad general o el conocimiento objetivo, independiente de la débil e ignorante subjetividad humana. Lo que se ha dado en llamar "retórica de la verdad" se basa en criterios hegemónicos, absolutos y objetivos, buscando constantemente la legitimación ideológica y transformándose en el caso de aumentar el campo de la disidencia.

domingo, 25 de junio de 2023

Cinismo y libre examen

El lenguaje popular ha llevado el significado del término 'cinismo' a un lugar abiertamente peyorativo. Cínico, para esta acepción, sería alguien con una actitud deshonesta, casi que hace gala de su falta de virtudes. Bien, nadie puede negar que la palabra se emplea con este significado en infinidad de ocasiones, aunque con algunos matices.

Tenemos la sensación de que, a pesar de que suele esgrimirse como un insulto, algo ha quedado en ella de cierta carga lúcida; el cínico es alguien que, a pesar de que su conducta pueda ser muy reprobable según determinada moral, en realidad obedece a cierta consciencia e incluso a cierta denuncia sobre la hipocresía del mundo en que vivimos.
Para entender esto, como en tantas ocasiones, hay que averiguar qué suponía en origen la escuela filosófica de los cínicos. No hace falta decir, antes de ello, que si nos ocupamos de tal cosa en este blog es porque entendemos que una cierta actitud cínica, es más que necesaria para acercarnos al librepensamiento. En otras palabras, cuestionar siempre lo establecido, dudar de los convencionalismos y ser irreverente suponen una determinada forma de ver la vida y actuar en ella; por supuesto, una forma que defendemos y que entendemos muy unida al librepensamiento (y, por supuesto, a la libre expresión).

viernes, 2 de junio de 2023

Religión, dogmas y totalitarismo

Es habitual escuchar el argumento, por parte de personas religiosas, relativo a que fue la ausencia de Dios la que dio lugar a los horrores provocados en el siglo XX por regímenes como el nazi o el totalitarismo. No es que merezca mucha profundización dicha afirmación, ya que no solo es simplista, también sumamente distorsionadora, pero dado que hay que tantas personas que siguen vinculando moral a religión merece alguna atención. Esto es así porque la substitución de un dogma por otro, y es posible que algunas ideologías hayan encontrado un terreno fecundo en la mentalidad religiosa para desarrollarse, es el auténtico problema.

El pensamiento, que sería fecundo de otro modo, también en el terreno moral, haya un obstáculo en doctrinas, religiosas o no, que se limitan a cambiar el objeto de su idolatría y subordinación. Que la moral dependa o no de la religión, a estas alturas, no debería ser ya ni un debate. Es más, algunas virtudes son más evidentes en personas no religiosas que se rigen por la honestidad intelectual más que por cualquier dogma. Tal y como entendía Bertrand Russell esa integridad intelectual, consiste en decidir las cuestiones problemáticas en base a una prueba o bien dejar el asunto en suspenso si no hay pruebas concluyentes. Así, este punto de vista aparece como mucho más importante que cualquier sistema dogmático y puede ser infinitamente más beneficioso. 

viernes, 12 de mayo de 2023

La tensión entre racionalidad y apasionamiento

A lo largo de la historia, creo que puede decirse así, ha habido una tensión permanente entre una actitud racional y otra, digamos, apasionada. La primera podría corresponder a la ciencia y la segunda, aunque obviamente no solo, a la religión; por supuesto, la cosa necesita de matices en ambos polos.

Por su propia esencia, la religión es fundamentalista, dogmática, aunque sean apelativos que solo aplicamos muy influidos por los medios a los que terminan haciendo barbaridades en nombre de sus creencias. Cuando decimos que alguien es fanático, no estamos diciendo otro cosa que es excesivamente apasionado, es decir, que puede terminar por no corregir su actitud con una buena dosis de racionalidad (ni, muy importante, con una ética que a veces hay que aplicar sin más cuando se trata de respetar al prójimo). No es una tensión, volviendo al principio del texto, que sea fácil de resolver; sencillamente, es la vida cotidiana la que tiene que dar las respuestas. La frialdad científica no puede aplicar a todos los ámbitos humanos, y el dogmatismo, a mi modo de ver las cosas es siempre rechazable (creo que, aunque cueste un poco verlo, todo conlleva cierta dosis de relativismo, aunque sea un término que no defendamos abiertamente y que, especialmente, nos cueste ver aplicado en cuestiones morales).

lunes, 24 de abril de 2023

Reflexiones sobre la ideología

¿Qué queremos decir exactamente cuando hablamos de tener una "ideología"? Huyendo de la utilización de la filosofía como herramienta elitista, y como separación del mundo de las ideas con la realidad cotidiana (algo que puede observarse como muy habitual), parece importante reflexionar sobre este aspecto, y por varios motivos.
 
Por un lado, vivimos en una sociedad básicamente conservadora, en la que tener una ideología parece una cosa arcaica propia de personas dogmáticas que desean, inútilmente, cambiar el mundo conforme a un modelo establecido y, desgraciadamente, incluso a un nivel vulgar, es el pensamiento que ha triunfado: las grandes ideologías murieron y todo intento de resucitarlas supone el peligro de una nueva tentación totalitaria.

lunes, 10 de abril de 2023

Las ideas permanentes en el cerebro

Michael Shermer, fundador de la Skeptics Society, editor de la revista Skeptic, columnista divulgador en Scientific American, productor de programas sobre la ciencia y autor de, entre otros libros, Por qué creemos cosas raras, es uno de los más conocidos defensores del escepticismo científico y defensor de una filosofía humanista. Su obra está dirigida, principalmente, a las personas que no resultan tan escépticos y necesitan argumentos sólidos para tener una mirada más crítica sobre sus creencias.

Por qué creemos cosas raras, publicado en 2007 (con edición española un año más tarde), y como su propio título indica, se esfuerza en desentrañar el motivo por el que las personas creen en tantas cosas extrañas. La primera parte de la obra, como puede esperarse de un divulgador de la ciencia y del pensamiento crítico, puede considerarse todo un manifiesto del escéptico; el antídoto para las supersticiones y para las falsas creencias es el pensamiento racional y el método científico. Los más variados temas, como las abducciones extraterrestres, las experiencias del más allá o los rituales satánicos, son abordados en el resto del libro. Un tema muy interesante es lo que denomina "epidemias de acusaciones", que pueden desencadenar olas de histeria y cazas de brujas; por ejemplo, el acceso por hipnosis a recuerdos reprimidos de supuestos abusos sexuales en la infancia. No podía faltar en en el libro la polémica entre creacionismo y evolución, entre los biólogos que defienden la teoría evolucionista y los partidarios del diseño inteligente.

martes, 21 de marzo de 2023

El ateísmo, la aventura de pensar libremente

En una librería de viejo, enontramos este libro y, cómo resistirse a su compra, con semejante título: El ateísmo. La aventura de pensar libremente en España; máxime cuando vemos en los capítulos dedicados a los siglos XIX y XX con no poco espacio dedicado al anarquismo y también todo un epígrafe a Francisco Ferrer Guardia. Nos encontramos con una rigurosa y estimulante obra, editado por Cátedra en 2016, cuyo autor es el filólogo e historiador Andreu Navarra Ordoño. Comienza el libro con una declaración de intenciones donde el autor asegura no tener ninguna vocación polémica y si el afán de haber hecho un trabajo de investigación histórica. El objetivo es corregir el hecho de que es el ateísmo una postura filosófica no lo suficientemente estudiada en España; el ateísmo y una serie de conceptos más o menos cercanos como pueden ser el escepticismo, la incredulidad, el materialismo, el evolucionismo, la laicidad, el anticlericalismo…

sábado, 11 de marzo de 2023

La ética y su concreción humana en el anarquismo

Ética deriva de una palabra griega que significa costumbre, y es por eso que con frecuencia se ha definido dicho concepto como "doctrina de las costumbres". Aristóteles consideraba que las virtudes éticas son aquellas que se desenvuelven en la práctica (en la vida social, relativas a la justicia, el valor, la amistad, etc.), diferenciadas de las virtudes propiamente intelectuales, que se denominan dianoéticas (todo aquello que tiene que ver con la inteligencia o la razón, como son la sabiduría o la prudencia). En la evolución posterior de la ética, llegará a identificarse cada vez más con la moral, por lo que hay que hablar de una ciencia que se ocupa de los objetos morales.
No obstante, es complicado diferenciar entre la ética, entendida como los sistemas morales, y el conjunto de normas y actitudes de tipo moral propio de una determinada sociedad o de un periodo histórico. Es por eso que los que se han ocupado de la historia de la ética, es frecuente que se limiten a un uso filosófico del concepto, es decir, examinado en sus fundamentos para encontrar una base racional de las ideas o de las normas. Antes de Aristóteles, donde se coloca el punto de partida de la ética, ya existen reflexiones en los filósofos presocráticos en las que se preguntan las razones por las que los hombres se comportan de cierta manera. Sócrates podría ser el fundador de una reflexión ética autónoma, aunque se suele considerar que la misma no hubiera sido posible sin el sistema de ideas morales en el que vivía el filósofo y, de forma importante, sin las cuestiones lanzadas acerca de ellas por los sofistas (recordemos que con ellos nace la oposición entre lo que es por naturaleza y lo que es por mera convención). Platón continuará la obra de Sócrates en los primeros tiempos, aunque luego emprenderá un camino muy diferente, trabajando en un concepto abstracto del bien y subordinando la ética a la metafísica. Más interesante, y fundamental para la historia, es el trabajo de Aristóteles al plantear la mayor parte de los problemas que luego ocupará la atención de filósofos posteriores: relación entre las normas y los bienes, relación entre la ética individual y la social, clasificación de las virtudes, análisis de la relación entre la vida teórica y la vida práctica... Es la vinculación entre teoría y prácticas éticas la que interesó posteriormente a escuelas y autores post-aristotélicos, siendo frecuente en esa comparación que se establezca la primacía de la vida práctica. Hay que recordar la pluralidad del pensamiento griego, de tal manera que aunque se solían jerarquizar en todas las escuelas los bienes concretos a los que debía aspirar el hombre, existía discrepancia en cómo encontrar la deseada tranquilidad de ánimo: búsqueda de la impasibilidad (en los estoicos), desprecio de las convenciones (cínicos) o persecución del placer moderado (o, para expresarlo mejor, equilibrio racional entre las pasiones y su satisfacción, según los epicúreos).

domingo, 19 de febrero de 2023

La actitud escéptica, base del progreso

Se dice que cuando un acontecimiento da lugar a un efecto de extrañeza la inteligencia produce mecanismos de defensa con afán de anularlo, desde la simple negación hasta incluso la exclusión. Naturalmente, a este esfuerzo de la inteligencia puede seguir el trabajo de la reflexión, sopesando con ecuanimidad y distanciamiento los argumentos tratando de acercarse a los hechos con una mirada más abierta, desinteresada y comprensiva.

Por desgracia, no siempre esta admirable actitud ocurre así, sobre todo en los casos en que las implicaciones de aquello a lo que la reflexión se enfrenta, en el caso de ser aceptado, pueden parecer tan graves como para que todo aquello en que creeemos -es decir, una parte considerable de lo que somos- se venga abajo. Ese es también el caso del escepticismo, actitud filosófica que pretende socavar los fundamentos mismos de la razón. Pero esos mecanismos de defensa no han podido eliminar la pulsión escéptica, lo que demuestra tal vez lo inherente que es esta actitud al ser humano al poner en cuestión todo dogmatismo y toda verdad absoluta.

martes, 24 de enero de 2023

¿Tranquilidad o inquietud existencial?


Hay todo tipo de argumentos que justifican que las personas tengan todo tipo de creencias. Para el que suscribe, uno de los más obvios es la simple y llana "tranquilidad existencial"; desde la creencia en un ser supremo, una especie de padre protector sobrenatural todopoderoso, pasando por toda suerte de orden o propósito cósmico (es decir, la idea de que existe un sentido trascendente en la existencia del universo y, ojo al dato, en la propia vida del que cree, que para eso cree, para sentirse especial), hasta llegar a entes o energías de índole sobrenatural o seudocientífica (que, además, supuestamente sanan y vitalizan).

Pues eso, tranquilidad existencial, frente a la cual vamos a reivindicar una especie de "inquietud existencial" que se nutra de un auténtica mejora de la vida terrenal. Desmontar las creencias del prójimo es complicado, principalmente porque el ser humano tiene la muy irritante tendencia de acomodarse en ellas, de no querer escuchar argumento alguno en su contra y de crear todo tipo de racionalizaciones (esto es, pseudoargumentos). Alguien dijo una vez que las ideas eran como un virus instalado en la mente humana; creo que no dijo creencias, y está bien que dijera "ideas" para que tratemos de aclarar algunos términos a nivel semántico. Las ideas, a priori, no son buenas ni malas; vienen a ser una especie de primer estadio del conocimiento que necesita ser verificado objetiva o científicamente. Las creencias, aparentemente, tienen una mayor connotación de conformidad con algo y, más tarde o más temprano, de dogmatismo.

sábado, 7 de enero de 2023

El documental "Rocío", enajenación, represión y memoria

Fernando Ruiz Vergara, ya fallecido, fue el director del censurado documental Rocío, rodado en 1977 (aunque la producción aparece con fecha de 1980). Desgraciadamente, el trabajo de este hombre no ha tenido aún el reconocimiento que merece, a pesar de que representara en su momento a España en el Festival de Venecia y recibiera un premio en el Festival Internacional de Cine de Sevilla. Rocío fue la primera película secuestrada por nuestra gloriosa Transición, después de recibir una denuncia por recoger testimonios de vecinos de Almonte (Huelva) en los que se recordaba a los culpables de larepresión tras el alzamiento militar del 1936 y se daban detalles sobre los numerosos crímenes.

Lo que se narra en el documental resulta impagable, desde los orígenes de un cristianismo aspirante a fuerza institucional, pasando por los hechos históricos en los que se reafirma el poder eclesial, hasta analizar eventos religiosos de amplia participación popular, como la romería del Rocío, desde diversas perspectivas. Se cuenta que las hermandades religiosas se lucran con el evento sin ningún beneficio para el pueblo, y se recuerda además que su creación se realiza para anular a los movimientos sociales que cuestionan la estructura social.