domingo, 25 de junio de 2023

Cinismo y libre examen

El lenguaje popular ha llevado el significado del término 'cinismo' a un lugar abiertamente peyorativo. Cínico, para esta acepción, sería alguien con una actitud deshonesta, casi que hace gala de su falta de virtudes. Bien, nadie puede negar que la palabra se emplea con este significado en infinidad de ocasiones, aunque con algunos matices.

Tenemos la sensación de que, a pesar de que suele esgrimirse como un insulto, algo ha quedado en ella de cierta carga lúcida; el cínico es alguien que, a pesar de que su conducta pueda ser muy reprobable según determinada moral, en realidad obedece a cierta consciencia e incluso a cierta denuncia sobre la hipocresía del mundo en que vivimos.
Para entender esto, como en tantas ocasiones, hay que averiguar qué suponía en origen la escuela filosófica de los cínicos. No hace falta decir, antes de ello, que si nos ocupamos de tal cosa en este blog es porque entendemos que una cierta actitud cínica, es más que necesaria para acercarnos al librepensamiento. En otras palabras, cuestionar siempre lo establecido, dudar de los convencionalismos y ser irreverente suponen una determinada forma de ver la vida y actuar en ella; por supuesto, una forma que defendemos y que entendemos muy unida al librepensamiento (y, por supuesto, a la libre expresión).

viernes, 2 de junio de 2023

Religión, dogmas y totalitarismo

Es habitual escuchar el argumento, por parte de personas religiosas, relativo a que fue la ausencia de Dios la que dio lugar a los horrores provocados en el siglo XX por regímenes como el nazi o el totalitarismo. No es que merezca mucha profundización dicha afirmación, ya que no solo es simplista, también sumamente distorsionadora, pero dado que hay que tantas personas que siguen vinculando moral a religión merece alguna atención. Esto es así porque la substitución de un dogma por otro, y es posible que algunas ideologías hayan encontrado un terreno fecundo en la mentalidad religiosa para desarrollarse, es el auténtico problema.

El pensamiento, que sería fecundo de otro modo, también en el terreno moral, haya un obstáculo en doctrinas, religiosas o no, que se limitan a cambiar el objeto de su idolatría y subordinación. Que la moral dependa o no de la religión, a estas alturas, no debería ser ya ni un debate. Es más, algunas virtudes son más evidentes en personas no religiosas que se rigen por la honestidad intelectual más que por cualquier dogma. Tal y como entendía Bertrand Russell esa integridad intelectual, consiste en decidir las cuestiones problemáticas en base a una prueba o bien dejar el asunto en suspenso si no hay pruebas concluyentes. Así, este punto de vista aparece como mucho más importante que cualquier sistema dogmático y puede ser infinitamente más beneficioso.