Recuperamos
un texto que reflexiona sobre la calidad de la información que
recibimos, y nuestra actitud hacia ella, en un mundo donde el desarrollo
tecnológico parece haber ido paralelo a una mayor enajenación de las
personas; reclamamos una mayor conciencia y crítica sobre el mundo en
que vivimos conforme a la imagen que los grandes medios quieren darnos
de él.
No dejéis nunca que la verdad os prive de una buena historia.
El magnate William Randolph Hearst, a los periodistas que trabajaban para él