Siempre han existido personas que se han esforzado en pensar
libremente, no solo en considerar que la idea de Dios es simplemente un
invento humano, sino en señalar el gran mal que se ha hecho en su
nombre. Desgraciadamente, no se puede averiguar mucho de estas personas,
ya que han estado sometidas normalmente a la aniquilación o al
ostracismo. De igual modo, es posible que muchos creyentes en apariencia
fueran en realidad escépticos o librepensadores con miedo a proclamar
su auténtico pensamiento en contextos muy represivos.
Hay veces que se mencionan las grandes obras artísticas como resultado de la fe religiosa, pero ello es en gran medida dudoso, podemos verlas también como expresiones de la cultura y de la civilización humanas desde un ámbito muy humano, además de tener serias dudas de las verdaderas creencias de aquellas personas. Afortunadamente, el desarrollo del pensamiento, aunque esté tantas veces desvirtuado, se ha apartado de toda verdad "revelada" y de toda fe dogmática para, precisamente, considerar que la conciencia, la razón y la moral son innatas al ser humano, susceptibles de ser mejoradas o deterioradas, sin que haya que buscar explicaciones espirituales o metafísicas.
Hay veces que se mencionan las grandes obras artísticas como resultado de la fe religiosa, pero ello es en gran medida dudoso, podemos verlas también como expresiones de la cultura y de la civilización humanas desde un ámbito muy humano, además de tener serias dudas de las verdaderas creencias de aquellas personas. Afortunadamente, el desarrollo del pensamiento, aunque esté tantas veces desvirtuado, se ha apartado de toda verdad "revelada" y de toda fe dogmática para, precisamente, considerar que la conciencia, la razón y la moral son innatas al ser humano, susceptibles de ser mejoradas o deterioradas, sin que haya que buscar explicaciones espirituales o metafísicas.