Parece ser que el término "librepensador" puede tomarse de dos
maneras, una en sentido amplio y otra en concreto. Según el primero,
puede llamarse librepensadores a todos aquellos que no se adhieren a un
dogma dado. En ese sentido, pueden serlo tanto los libertinos como los
libertarios, pero también, ojo, los deístas (aquellos que quieren creer
en un dios creador, pero niegan su culto, revelación o
intervencionismo).
En sentido estricto, atendiendo entonces a la historia, los librepensadores son una serie de autores ingleses del siglo XVIII caracterizados por el racionalismo (según la época de la Ilustración), la tolerancia religiosa, la defensa del mencionado deísmo y de la religión natural y, en algunos casos, por el materialismo y el ateísmo más o menos explícitos. El primero en merecer ese calificativo pudo ser John Toland, deísta y opositor a todo lo sobrenatural en el cristianismo y en la religión en general. La manera que tenía de entender la "religión natural" era como una racionalización de la creencia religiosa y una especie de síntesis de todas las existentes; parece ser que al final de su vida derivó hacia posiciones materialistas y panteístas, eliminando todo carácter positivo de la religión y propugnando un nuevo culto basado en la fraternidad humana y en la adoración de lo natural. Otro librepensador destacado de esa época fue Anthony Collins, enemigo del dogma, del fraude y de la superstición (que para él, también deísta, sería un camino para descubrir lo que habría de verdadero y razonable en las Escrituras), y partidario del libre examen para toda creencia y toda afirmación. Pero estos autores, a los que se puede considerar en la línea de otros anteriores al uso del término, por muy heterodoxos y "librepensadores" que les podamos considerar para su época, no dejaban de ser cristianos, creyentes que trataron de desprender a la religión de su apoyo político y otorgarle una justificación natural y ética.
En sentido estricto, atendiendo entonces a la historia, los librepensadores son una serie de autores ingleses del siglo XVIII caracterizados por el racionalismo (según la época de la Ilustración), la tolerancia religiosa, la defensa del mencionado deísmo y de la religión natural y, en algunos casos, por el materialismo y el ateísmo más o menos explícitos. El primero en merecer ese calificativo pudo ser John Toland, deísta y opositor a todo lo sobrenatural en el cristianismo y en la religión en general. La manera que tenía de entender la "religión natural" era como una racionalización de la creencia religiosa y una especie de síntesis de todas las existentes; parece ser que al final de su vida derivó hacia posiciones materialistas y panteístas, eliminando todo carácter positivo de la religión y propugnando un nuevo culto basado en la fraternidad humana y en la adoración de lo natural. Otro librepensador destacado de esa época fue Anthony Collins, enemigo del dogma, del fraude y de la superstición (que para él, también deísta, sería un camino para descubrir lo que habría de verdadero y razonable en las Escrituras), y partidario del libre examen para toda creencia y toda afirmación. Pero estos autores, a los que se puede considerar en la línea de otros anteriores al uso del término, por muy heterodoxos y "librepensadores" que les podamos considerar para su época, no dejaban de ser cristianos, creyentes que trataron de desprender a la religión de su apoyo político y otorgarle una justificación natural y ética.