domingo, 19 de febrero de 2023

La actitud escéptica, base del progreso

Se dice que cuando un acontecimiento da lugar a un efecto de extrañeza la inteligencia produce mecanismos de defensa con afán de anularlo, desde la simple negación hasta incluso la exclusión. Naturalmente, a este esfuerzo de la inteligencia puede seguir el trabajo de la reflexión, sopesando con ecuanimidad y distanciamiento los argumentos tratando de acercarse a los hechos con una mirada más abierta, desinteresada y comprensiva.

Por desgracia, no siempre esta admirable actitud ocurre así, sobre todo en los casos en que las implicaciones de aquello a lo que la reflexión se enfrenta, en el caso de ser aceptado, pueden parecer tan graves como para que todo aquello en que creeemos -es decir, una parte considerable de lo que somos- se venga abajo. Ese es también el caso del escepticismo, actitud filosófica que pretende socavar los fundamentos mismos de la razón. Pero esos mecanismos de defensa no han podido eliminar la pulsión escéptica, lo que demuestra tal vez lo inherente que es esta actitud al ser humano al poner en cuestión todo dogmatismo y toda verdad absoluta.