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domingo, 12 de noviembre de 2023

La religión y el creacionismo

Desde un punto de vista filosófico el creacionismo puede tener dos sentidos: en primer lugar, como afirmación de que la creación del mundo tuvo lugar ex nihilo (es decir, a partir de la nada) por obra de Dios; en segundo lugar, puede aludir a la producción de almas humanas, lo que presupone también la existencia de Dios. En un caso y en otro, el creacionismo quiere negar que el mundo y el alma humana (preexistente, para los creyentes, a la propia existencia del hombre; para los que no creemos, señalamos el alma como una de las grandes falacias en la historia de la humanidad origen del pensamiento religioso y del desbarajuste intelectual que todavía pagamos) tengan una condición previa según la cual hayan surgido a partir de algo. Es decir, la afirmación "Dios lo hizo" es la visión más cómoda a nivel intelectual, un deseo brusco de no hacerse más preguntas y, posiblemente, lo que sigue manteniendo a gran parte de la humanidad en un estadio más bien infantil. Recordaremos también el clásico moderno, que alude a la imposibilidad la causa primera de las cosas y niega la creencia religiosa: "Yo no pongo nombre a mi ignorancia, la coloco en un altar y la llamo Dios".

Este breve resumen sobre la visión filosófica del creacionismo lo adelantamos a un análisis más popular del concepto, y para echarnos a temblar, como veremos a continuación, preguntándonos si el pensamiento religioso es una suerte de virus que mina intelectualmente a las personas; puede que nos acusen de reduccionistas y demagogos, algo que asumimos, nosotros somos así.
Hay que aclarar, y un motivo más para entender lo fantasioso de la creencia religiosa (o mágica o como la queramos llamar), que el creacionismo no debería aludir necesariamente a la mano de un único Dios en la creación del mundo y los seres vivos. Es decir, si nos viene uno diciendo que él es un politeísta que también piensa que hay una creación ex nihilo, ¿quiénes somos nosotros para negarle la condición de creacionista? Queremos decir con esto que el creacionismo es un concepto, como tantos otros, insertado en la tradición monoteísta (exactamente, judeocristiana); si los seres humanos pertenecen a otra cultura, puede que crean en otras cosas disparatadas, pero al parecer no se les puede etiquetar de creacionistas según los cánones oficiales. Un desbarajuste intelectual de lo más peculiar, como ven ustedes, y nos esforzaremos siempre en señalar lo ridículamente dogmático de las creencias religiosas; es fácil señalar lo irrisorio, por ejemplo, del politeísmo hindú, con su universo plagado de deidades en plan despiporre, pero al parecer si indicas, por ejemplo, que el cristianismo tiene igualmente cosas contradictorias y disparatadas, contrarias a la razón, el asunto es más delicado.

sábado, 27 de septiembre de 2014

El pastafarismo o religión del Monstruo del Espagueti Volador



El pastafarismo, o religión del Monstruo del Espagueti Volador, viene a ser una parodia de las creencias religiosas nacida en los Estados Unidos, ya que en aquel país el creacionismo, o teoría del diseño inteligente, ha tomado fuerza en los últimos años. La deidad de dicha religión paródica viene a ser una especie de gran bola formado por espaguetis y albóndigas; el pastafarismo, al igual que los partidarios del diseño inteligente, hacen referencia de manera ambigua a un diseñador sobrenatural del universo con el objetivo de que la absurda y disparatada teoría se enseñe en las escuelas como alternativa a la teoría de la evolución.

El diseño inteligente no es más que un eufemismo para la creencia en un Dios creador, un ardid para introducir la teoría en el sistema educativo. Así, el pastafarismo, creado por el estadounidense Bobby Henderson en 2005 por medio de una carta abierta en la que pedía igualdad de condiciones para sus creencias (carta que tuvo una progresiva repercusión social), es una magnífica forma humorística de ridiculizar, no solo el cristianismo, sino cualquier monoteísmo y, por extensión, cualquier expresión religiosa. La cosa ha tenido tal éxito en los últimos años que en un país tan católico como Polonia ha llegado a reconocer el pastafarismo como una religión oficial; una consecuencia lógica de las creencias absurdas, ya que cualquiera vale y, por lo tanto, cualquiera puede pedir derechos. El pastafarismo puede verse también como una variente de la famosa Tetera de Bertand Russell, con la que igualmente quiso demostrar el lúcido científico y filósofo lo absurdo de que las creencias religiosas formaran parte del sistema pedagógico.

El pastafarismo, como cualquier religión, también tiene su cosmovisión, según la cual el universo fue creado por el Monstruo del Espagueti Volador, eso sí, después de beber en exceso, lo que explica las imperfecciones de lo creado; así, al igual que la religión tradicional, también se critica la teoría de la evolución y se considera que fue el Monstruo el que colocó falsas evidencias que apoyan los supuestos hallazgos científicos que legitiman según qué teorías. El pastafarismo, en la mejor línea teísta, considera que su deidad interviene en los asuntos humanos y conduce al ser humano por determinada senda gracias a sus, ojo al dato, "apéndices tarrarinescos". Los desastres naturales que ocurren en el mundo, como no podía ser de otra manera, son decisiones inescrutables del Monstruo del Espagueti Volador. Cualquier misterio acontecido puede ser explicado, de manera sui generis, por las creencias pastafaristas y atribuidos a su deidad. Bobby Henderson, que debe ser un cachondo de cuidado, pertinaz en su afán humorístico, ha desarrollado varias teorías al respecto sobre hechos como el calentamiento global y la reducción de la piratería marítima; son tan dignas de respeto como las insensateces que suele decir la clase sacerdotal.

Como no podía ser de otra manera, existen una serie de argumentos a favor de la existencia de nuestro idolatrado Monstruo del Espagueti Volador:

-El argumento cosmológico del Monstruo del Espagueti Volador (imitando el estilo de la teología kalam):
Premisa 1: la existencia de todo lo que comienza a existir tiene una causa.
Premisa 2: el universo comenzó a existir.
Conclusión 1: por lo tanto la existencia del universo tiene una causa.
Premisa 3: como no hay una explicación científica que pueda elucidar la causa del origen del universo, esta causa debe ser sobrenatural, o sea el universo fue creado por un dios.
Conclusión 2: por lo tanto, un dios existe.
Premisa 4: los dioses siempre han creado a los humanos a su propia imagen y semejanza.
Premisa 5: el cerebro de los humanos parece una fuente de espaguetis.
Conclusión 3: por lo tanto, el Monstruo del Espagueti Volador es el único Dios verdadero.
Argumento ontológico del Monstruo del Espagueti Volador 
Parafraseando las premisas ontológicas de Anselmo de Canterbury:
Premisa 1: se puede imaginar el ser más grande (del que no se pueda imaginar uno más grande).
Premisa 2: si no existe un ser a partir del cual no se puede imaginar uno más grande, de todos modos yo podría imaginar uno más grande que ese ser del cual no se podía imaginar uno más grande (o sea, un ser a partir del cual realmente ya no se pueda imaginar uno más grande).
Premisa 3: no es posible imaginar un ser más grande que un ser del cual ya no es posible imaginar uno más grande.
Conclusión 1: por lo tanto, existe un ser del que no se puede imaginar uno más grande.
Premisa 4: si ese ser no tiene un Apéndice Tallarinesco, entonces yo podría imaginar un ser más grande que ese ser: uno que tuviera un Apéndice Tallarinesco.
Conclusión 2: por lo tanto, el ser del que no se puede imaginar uno más grande tiene un Apéndice Tallarinesco.
Conclusión 3: por lo tanto, el ser del que no se puede imaginar uno más grande tiene un Apéndice Tallarinesco y existe
Conclusión 4: por lo tanto, el Monstruo del Espagueti Volador existe.
Conclusión 5: por lo tanto, el Monstruo del Espagueti Volador es todopoderoso.