sábado, 19 de agosto de 2023

El ateísmo en el pensamiento antiautoritario

Realizamos un somero repaso al ateísmo moderno, vinculado inevitablemente con la tradición antiautoritaria. Desde las sorprendentes memorias del párroco Meslier hasta la apuesta radical por el conocimiento de un Bertrand Russell, pasando por los anarquistas, incapaces de compatibilizar a Dios con la emancipación humana, o por un Stirner, que no concibe a ninguna abstracción que doblegue al individuo, tenga el nombre que tenga

Michel Onfray considera que la historia del ateísmo moderno empieza verdaderamente con la peculiar figura de Jean Meslier (1664-1729). Al poco de su fallecimiento, y después de una vida dedicada al sacerdocio, se encontró un manuscrito impresionante en el que Meslier mostraba un materialismo ateo y una crítica feroz a la moral cristiana, y religiosa en general, que le acaba conduciendo a la cuestión social y política. Hay que recordar que esta obra de Meslier, llamada Memoria contra la religión, sería difundida por Voltaire, aunque desprendida de sus elementos más filosóficos y sociopolíticos, permaneciendo únicamente la visión más anticlerical. No sería hasta finales del siglo XIX que vería la luz la versión completa de una obra radical, tremendamente devastadora respecto a la religión y cualquier creencia sobrenatural, en la que Meslier asocia el ateísmo con una república libre e igualitaria. 
 

martes, 8 de agosto de 2023

Stephen Hawking y la creación del universo

Stephen Hawking, fallecido en 2018, es sin duda uno de los grandes científicos contemporáneos; además, un ejemplo de, superación, entereza y dignidad, por motivos evidentes. Su postura acerca de Dios acabó siendo muy clara y contundente, descartándole totalmente para explicar la creación del universo; la religión, basada en la autoridad, y la ciencia, estimulada por la razón y la observación, resultaban claramente incompatibles.

Su conocido libro de divulgación, Breve historia del tiempo, precisamente dirigido a personas como yo, sin grandes conocimientos científicos, fue una de las obras que me mantuvieron a salvo de creencias místicas, vaivenes metafísicos y distorsiones pseudocientíficas, a las que son tan dados algunos seres humanos. El trabajo de Hawking, centrado en el estudio de los agujeros negros y en la creación del universo, le obligó a posicionarse sobre Dios, la religión y la posible existencia de vida después de la muerte. Es conocido el ateísmo del británico, mucho más contundente en los últimos años de su vida, y es gracias a mentes preclaras como la suya que se suscita un imprescindible debate sobre, no solo la existencia o no de algo similar a Dios, también sobre la necesidad o presumible bondad de la creencia religiosa. Hay quien piensa que solo se pudo ser abiertamente ateo a partir de que la ciencia, tanto la cosmología, como la biología, pudo dar respuestas convincentes a la existencia del universo y de los seres vivos. Antes de ese conocimiento, por supuesto, era posible negar a los dioses, lo mismo que a cualquier otra creencia sobrenatural, más por motivos filosóficos gracias a geniales intuiciones o incluso debido a una buena base argumentativa moral. Sin embargo, para el caso que nos ocupa, vamos a centrarnos en los argumentos científicos de Hawking, una de las mentes más brillantes y respetadas de las últimas décadas. Es tan sencillo como comprender que, antes de que la ciencia diera explicaciones convincentes, podía ser lógico seguir creyendo en algo como Dios, pero es más que cuestionable intelectualmente hacerlo después.