Difícil es encontrar los límites para una definición aceptable de
nacionalismo. Sin embargo, sí me parece rechazable la ideología
nacionalista desde una defensa de las libertades individuales y de la
ética cuando parece sostener que lo más importante para el ser humano es
su afiliación nacional, innata en él, provocando, en última instancia,
los mayores sacrificios y actos dignos de ser reprobados en otras
circunstancias, justificados en nombre de la "patria" o la "nación"
(términos que merecerían ser analizados por separado pero que la
historia parece haber unido, haciéndolos intercambiables, quizá con una
connotación sentimental mayor en el caso de la "patria"). Parece obvio
que es el nacionalismo el que inventa la nación y por eso nada tiene de
"natural"; son aquellos que se erigen en líderes nacionalistas y
salvaguardas de las esencias patrias los que recogen y seleccionan las
características identitatarias que les convienen a sus objetivos
políticos, características que poco o nada suelen tener en común con las
de cada individuo en particular y con el pueblo en general; cuando se
habla de nación, no puedo evitar entender que alguna forma de dominación
política se adueña del término.
domingo, 24 de septiembre de 2017
sábado, 9 de septiembre de 2017
Sylvain Maréchal, el antiautoritarismo ilustrado
Sylvain
Maréchal es, sin duda, un precursor, no solo del socialismo utópico y
del comunismo, también del anarquismo al ser un sorprendente opositor a
toda forma de dominación; un brillante subversivo, radicalmente ateo y
materialista, proveniente de la Ilustración
El anarquismo moderno, todavía, no existía y, sin embargo, a menudo podemos ver citado a Sylvain Maréchal como uno de los pocos (o el único) anarquista verdadero de la Revolución francesa. Lo que es seguro es que fue una de las influencias del antigubernamentalismo de William Godwin, el autor que coloca un puente hacia las ideas libertarias en la Modernidad. Precursor del socialismo, lo que hace que podamos etiquetar a Maréchal de anarquista es su fuerte crítica, es cierto que a veces titubeante, a la autoridad. Este autor es fundamentalmente conocido por su participación en la fracasada Conjura de los Iguales de Babeuf, en 1796, cuyo manifiesto escribió, que pretendía instaurar una igualdad perfecta. El mismo Kropotkin, en su obra La Gran Revolución, lo menciona y considera que puede verse en él "una vaga aspiración" de lo que posteriormente se conocería como comunismo libertario. Por el contrario, Max Nettlau, en La anarquía a través de los tiempos, considera que puede observarse en este autor ya "un anarquismo muy claramente razonado", si bien, "en la forma velada de la vida feliz de una edad pastoral arcadiana". Más adelante, veremos el porqué de esta descripción. Hay que recordar, tal y como cita Nettlau, que Maréchal puso en su famoso manifiesto estas palabras: "desapareced, repulsivas diferencias entre gobernantes y gobernados"; como era de esperar, fueron desautorizadas por los dirigentes más autoritarios de la revolución. Hablamos, en suma, de un autor influyente, y citado en no pocas ocasiones, en el anarquismo decimonónico.
El anarquismo moderno, todavía, no existía y, sin embargo, a menudo podemos ver citado a Sylvain Maréchal como uno de los pocos (o el único) anarquista verdadero de la Revolución francesa. Lo que es seguro es que fue una de las influencias del antigubernamentalismo de William Godwin, el autor que coloca un puente hacia las ideas libertarias en la Modernidad. Precursor del socialismo, lo que hace que podamos etiquetar a Maréchal de anarquista es su fuerte crítica, es cierto que a veces titubeante, a la autoridad. Este autor es fundamentalmente conocido por su participación en la fracasada Conjura de los Iguales de Babeuf, en 1796, cuyo manifiesto escribió, que pretendía instaurar una igualdad perfecta. El mismo Kropotkin, en su obra La Gran Revolución, lo menciona y considera que puede verse en él "una vaga aspiración" de lo que posteriormente se conocería como comunismo libertario. Por el contrario, Max Nettlau, en La anarquía a través de los tiempos, considera que puede observarse en este autor ya "un anarquismo muy claramente razonado", si bien, "en la forma velada de la vida feliz de una edad pastoral arcadiana". Más adelante, veremos el porqué de esta descripción. Hay que recordar, tal y como cita Nettlau, que Maréchal puso en su famoso manifiesto estas palabras: "desapareced, repulsivas diferencias entre gobernantes y gobernados"; como era de esperar, fueron desautorizadas por los dirigentes más autoritarios de la revolución. Hablamos, en suma, de un autor influyente, y citado en no pocas ocasiones, en el anarquismo decimonónico.
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