martes, 29 de septiembre de 2015
miércoles, 23 de septiembre de 2015
El ateísmo de Marx y Engels
Tanto en el anarquismo, como en el marxismo, la idea de inmanencia es
básica referida al ateísmo. Hablamos de inmanencia, en términos
filosóficos, cuando la actividad permanece dentro del agente en el
sentido de que tiene en él su propio fin. El ser inmanente, y la
inmanencia, se contrapone al ser trascendente, y la trascendencia,
entendido como lo que está "más allá" de la realidad o como un principio
supremo (Dios, el Absoluto, lo Uno...).
Hablamos de una visión humanista que rechaza todas las ideas religiosas y considera que la conciencia del hombre debe substituir a la de la divinidad. Para Marx, una razón totalmente autónoma tiene por objeto un mundo cognoscible apartándose en ello toda trascendencia. El anarquismo, a través de sus diferentes visiones y su evolución, posee un sentido amplio y vitalista del ateísmo. En este texto, por la importancia de estos pensadores, nos referiremos al pensamiento de Marx y Engels sobre el ateísmo.
Hablamos de una visión humanista que rechaza todas las ideas religiosas y considera que la conciencia del hombre debe substituir a la de la divinidad. Para Marx, una razón totalmente autónoma tiene por objeto un mundo cognoscible apartándose en ello toda trascendencia. El anarquismo, a través de sus diferentes visiones y su evolución, posee un sentido amplio y vitalista del ateísmo. En este texto, por la importancia de estos pensadores, nos referiremos al pensamiento de Marx y Engels sobre el ateísmo.
martes, 15 de septiembre de 2015
Religiosidad frente a irreligiosidad
Lanzamos unas cuantas reflexiones sobre la religiosidad, citando ciertos textos primordiales y empezando en Feurbach, autor de la primera gran obra sobre el ateísmo en la modernidad; a comienzos del siglo XXI, estemos o no en una era 'posmoderna', insistimos en que el gran debate no debería ser sobre qué religión es verdadera, o más o menos buena, sino sobre si la creencia religiosa es o no perniciosa. Adivinen ustedes nuestra respuesta
Feuerbach dio la siguiente explicación sobre la religión, en La esencia del cristianismo (18419:
Feuerbach dio la siguiente explicación sobre la religión, en La esencia del cristianismo (18419:
(…) es la inconsciente, involuntaria e inmediata contemplación de la naturaleza humana como una naturaleza otra y distinta, Pero cuando esta proyectada imagen de la naturaleza se hace objeto de reflexión, de teología se convierte en una mina inagotable de falsedades, ilusiones, contradicciones y sofismas.Parece ser que se trata de una refutación al panteísmo como idealismo absoluto en la filosofía de Hegel. De alguna manera, como vía de escape al monoteísmo se ha querido buscar la divinización de todo (el panteísmo). Feuerbach, en Principios de la filosofía del futuro (1843) considera que todas las representaciones de Dios son determinaciones de la realidad, de la naturaleza, del hombre, o de ambos; de ello concluye que son determinaciones panteístas, ya que es panteísmo lo que no distingue a Dios de la esencia de la naturaleza y del hombre. Para Feuerbach, el panteísmo viene a ser un "ateísmo teologíco" o "materialismo teológico", ya que niega la teología, pero desde el punto de vista la misma teología; convierte la materia, que debería ser la negación de Dios, en un atributo o un predicado de la esencia divina. También considera que la esencia de la edad moderna es el panteísmo, esa divinización de lo real, de lo que existe materialmente: el materialismo, el realismo, el humanismo... De ello cabe deducir, para llegar al verdadero ateísmo, que la filosofía del futuro debe criticar esa última forma del panteísmo como despliegue lógico e histórico del Espíritu Absoluto. Feuerbach refuta a Hegel al considerar que su filosofía dialéctica nos devuelve otra determinación de la idea de Dios: la negación de la negación (la materia divinizada como negación de Dios) supone devolvernos la verdad de la esencia de la teología.
sábado, 12 de septiembre de 2015
¿Determinismo?
Leo un texto divulgativo en el que se parte de que para explicar los
mecanismos de funcionamiento de la capacidad intelectual del ser humano
no es necesaria ningún "alma celestial". Naturalmente, y aclaro,
desprendemos a la noción de alma de todo vínculo teológico o metafísico.
También, se dice que la racionalidad no es exclusiva del ser humano, ya
que las emociones y facultades de las que se jacta el ser humano están,
tanto de forma incipiente como a veces bien desarrolladas, en otras
especies "inferiores".
Así, el hombre sería producto de una evolución biológica y los componentes de su cerebro, en mayor o en menor medida, son los mismos que en el resto de animales; la diferente capacidad mental del ser humano sería de grado, no de clase, ya que así actúa la evolución. Todo esto parece razonable y necesario para desterrar el pensamiento trascendental y la intervención de una voluntad divina. Sin embargo, más controvertida es la aseveración, sustentada en recientes descubrimientos neurocientíficos, de que nuestros actos no están determinados por nuestra consciencia, ya que la intención razonada de hacer algo sería consecuencia de un impulso neuronal sobre el que no se tiene control alguno. La actividad de nuestro cerebro daría lugar a todo en nosotros (deseos, decisiones, percepción...) y se pone en cuestión el "libre albedrío", la voluntad propia vendría a ser una especie de ilusión necesaria para la supervivencia de la especie. Si Stephen Hawking afirmó ya hace unos años que no es necesario a Dios para explicar la creación del universo, también se pueden comprender los actos del ser humano gracias a la evolución y a las leyes biológicas.
Así, el hombre sería producto de una evolución biológica y los componentes de su cerebro, en mayor o en menor medida, son los mismos que en el resto de animales; la diferente capacidad mental del ser humano sería de grado, no de clase, ya que así actúa la evolución. Todo esto parece razonable y necesario para desterrar el pensamiento trascendental y la intervención de una voluntad divina. Sin embargo, más controvertida es la aseveración, sustentada en recientes descubrimientos neurocientíficos, de que nuestros actos no están determinados por nuestra consciencia, ya que la intención razonada de hacer algo sería consecuencia de un impulso neuronal sobre el que no se tiene control alguno. La actividad de nuestro cerebro daría lugar a todo en nosotros (deseos, decisiones, percepción...) y se pone en cuestión el "libre albedrío", la voluntad propia vendría a ser una especie de ilusión necesaria para la supervivencia de la especie. Si Stephen Hawking afirmó ya hace unos años que no es necesario a Dios para explicar la creación del universo, también se pueden comprender los actos del ser humano gracias a la evolución y a las leyes biológicas.
miércoles, 9 de septiembre de 2015
Jesucristo ¡vaya timo!
Dentro de su impagable colección ¡Vaya timo!, la editorial Laetoli nos ofrece este título, que sostiene que la figura de Jesucristo es falsa, aunque no por ello hay que considerar que no existió.
Resulta falsa porque se ha construido, si bien con una base histórica real, en base a notables mistificaciones. Así, si bien se considera que Jesús fue real y vivió en Palestina hace 2.000 años, sus seguidores crearon un artificio teológico legendario mezclándolo con hechos reales. Gabriel Andrade se encarga primero de refutar las afirmaciones según las cuales Jesús no existió, para derribar luego las realizadas por los propios evangelistas, que son aceptadas de manera acrítica por los creyentes; finalmente, desmonta también otras aseveraciones posteriores a los evangelios con cierto peso en los medios de comunicación.
Resulta falsa porque se ha construido, si bien con una base histórica real, en base a notables mistificaciones. Así, si bien se considera que Jesús fue real y vivió en Palestina hace 2.000 años, sus seguidores crearon un artificio teológico legendario mezclándolo con hechos reales. Gabriel Andrade se encarga primero de refutar las afirmaciones según las cuales Jesús no existió, para derribar luego las realizadas por los propios evangelistas, que son aceptadas de manera acrítica por los creyentes; finalmente, desmonta también otras aseveraciones posteriores a los evangelios con cierto peso en los medios de comunicación.
sábado, 5 de septiembre de 2015
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