¿Qué
queremos decir exactamente cuando hablamos de tener una
"ideología"? Huyendo de la utilización de la filosofía como herramienta
elitista, y como separación del mundo de las ideas con la realidad
cotidiana (algo que puede observarse como muy habitual), parece
importante
reflexionar sobre este aspecto, y por varios motivos.
Por un lado,
vivimos en una sociedad básicamente conservadora, en la que tener una
ideología parece una cosa arcaica propia de personas dogmáticas que
desean, inútilmente, cambiar el mundo conforme a un modelo establecido
y, desgraciadamente, incluso a un nivel vulgar, es el pensamiento que ha
triunfado: las grandes ideologías murieron y todo intento de
resucitarlas supone el peligro de una nueva tentación totalitaria.