Hace unos días, trate de satirizar (conseguirlo, ya es otra cosa), con un relato inventado sobre supuestos viajes por países del Lejano Oriente, el gusto que hay en las sociedades occidentales por ciertas tradiciones orientales, todo lo pintorescas que se quiera, pero que sencillamente hay que considerar como pseudociencia o, más exactamente, como ciencia obsoleta (conocimiento que el tiempo ha demostrado sin validez científica). Así, aludí a la supuestas creencia actual en dichos países de la Teoría de los Cuatro Humores, líquidos vitales del cuerpo humano, cuyo predominio afectaba a la personalidad del individuo. Ya diciendo la verdad, desconozco si en alguna región del planeta se imparten cursos sobre esto, pretendiendo que tenga alguna legitimidad científica. Sé que en las carreras universitarias, como es el caso de la filosofía (qué es la filosofía antigua, sino ciencia para la sociedad del momento), sencillamente se estudia como historia (y, claro está, como ciencia obsoleta).
El caso es que esta Teoría de los Humores parece tener su traslación en la medicina tradicional india (a.k.a. Ayurveda). Diremos, como puede comprobarse en un rápido vistazo en la red, que sí existen cursos de formación en Ayurveda, que se quiere definir como "medicina sin límites para su crecimiento y aplicación en la medicina moderna". Diremos que esta medicina tradicional india solo distingue tres humores (no cuatro, como en esa ciencia occidental que, insisto, denominamos obsoleta), humores que aquí reciben la denominación de dosha: vata, pitta y kappa. Cada uno de estos dosha corresponde a un determinado temperamento (según sea uno ansioso, irritable o más o menos equilibrado), condición intelectual (los hay creativos, agudos o más bien espesos) e incluso condición física (según la cual unos podemos ser esbeltos o gordos, hirsutos o calvos, bellos o directamente unos adefesios). Lo peor del asunto es que, según la tradición Ayurveda, que puede tener la misma legitimidad científica que la Teoría de los Cuatro Humores, todos nacemos con un dosha predominante. Que nadie se haga muchas ilusiones, si cree que puede pasarse de un dosha a otro alegremente gracias a su esfuerzo intelectual, su autocontrol y sus visitas asiduas al gimnasio.
El caso es que esta Teoría de los Humores parece tener su traslación en la medicina tradicional india (a.k.a. Ayurveda). Diremos, como puede comprobarse en un rápido vistazo en la red, que sí existen cursos de formación en Ayurveda, que se quiere definir como "medicina sin límites para su crecimiento y aplicación en la medicina moderna". Diremos que esta medicina tradicional india solo distingue tres humores (no cuatro, como en esa ciencia occidental que, insisto, denominamos obsoleta), humores que aquí reciben la denominación de dosha: vata, pitta y kappa. Cada uno de estos dosha corresponde a un determinado temperamento (según sea uno ansioso, irritable o más o menos equilibrado), condición intelectual (los hay creativos, agudos o más bien espesos) e incluso condición física (según la cual unos podemos ser esbeltos o gordos, hirsutos o calvos, bellos o directamente unos adefesios). Lo peor del asunto es que, según la tradición Ayurveda, que puede tener la misma legitimidad científica que la Teoría de los Cuatro Humores, todos nacemos con un dosha predominante. Que nadie se haga muchas ilusiones, si cree que puede pasarse de un dosha a otro alegremente gracias a su esfuerzo intelectual, su autocontrol y sus visitas asiduas al gimnasio.
Constitución típica de la persona vataAnte las acusaciones de simplismo, en estas etiquetas innatas puestas a las personas, no hay problema. Al parecer, muy pocos afortunados tienen un dosha puro (digo afortunados, ya que esta minoría solo debe centrarse en un único factor dominante sin necesidad alguna de quebrarse demasiado la cabeza); los más, son una combinación de dos dosha, pero siempre predominando uno de ellos. Piensen ustedes en esa combinación de las características de dos de los dosha, incluso a veces con rasgos físicos o intelectuales antagónicos, y obtendremos una bonita y variopinta mezcolanza. Yo soy con seguridad una de las personas que demuestran que hay que mostrarse cautos con este tipo de creencias, en este caso de la medicina tradicional india, ya que en mi caso tengo rasgos extremos de cada uno de los susodichos dosha: el poco cabello que tengo chorrea grasa, soy intelectualmente espeso y sin actividad creativa alguna, cerrado de mente, excesivamente lento de reflejos, me irrito y me enojo con facilidad, de la digestión mejor no hablamos, la ansiedad y los problemas gástricos me impiden dormir… Es una pena pero, por lo que parece, me han dibujado así.
• Delgada, guapa y liviana.
• Mente activa, creativa y sin descanso.
• Venas y tendones prominentes.
• Tendencia a tener piel y cabello seco.
• Poca tolerancia al frío.
• Patrones variables de dieta y sueño.
• Tendencia a la ansiedad, la constipación y el insomnio.
Constitución típica de la persona pitta
• Estructura física mediana.
• Intelecto agudo y discriminativo.
• Fuerte apetito.
• Pecas y lunares diseminados.
• Tendencia a la calvicie.
• Transpiración fácil y extremidades tibias.
• Tendencia a la irritabilidad, la gastritis y los problemas en la piel.
Constitución típica de la persona kapha
• Estructura física pesada.
• Tendencia al sobrepeso.
• Digestión lenta.
• Cabello graso, grueso y ondulado.
• Sueño prolongado y profundo.
• Metódica en su accionar.
• Lenta para enojarse.
• Modos delicados y tranquilos.
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