Robert
H. Ennis es un filósofo de la educación que define el pensamiento
crítico como reflexivo y razonable, y centrado en lo que la persona
pueda decidir hacer o creer; es un pensamiento reflexivo porque analiza
resultados y situaciones, y es razonable al predominar la razón sobre
otras dimensiones del pensamiento.
Echemos un vistazo a lo que nos aconseja Ennis en la educación del pensamiento crítico.
1.- A lo largo de todo el proceso, dar énfasis a la agilidad para la
búsqueda de alternativas (hipótesis alternativas, conclusiones,
explicaciones, fuentes de evidencia, puntos de vista, planes).
2.- Poner de relieve la búsqueda de razones y evidencias. Preguntar frecuentemente "¿por qué?" de un modo no amenazante (tanto si estás de acuerdo con los alumnos como si no y, por supuesto, cuando estás inseguro) o estás intentando averiguar qué es lo que quieren decir. Otra buena pregunta es "podrías decir algo más?". Preguntar "¿por qué?", aunque es el modo más conciso de descubrir los motivos, es a veces amenazador.
3.- Dar importancia a que vean las cosas desde el punto de vista de los otros y a que sean abiertos (es decir, a que reconsideren cl asunto si aparecieran otros elementos de juicio).
4.- Los alumnos no necesitan convertirse en expertos en el asunto a tratar antes de empezar a aprender a pensar críticamente sobre dicho asunto. Ambas cosas pueden ir juntas, prestándose ayuda mutua. Los alumnos aprenderán así mejor los contenidos. Pero, por supuesto, en última instancia la familiaridad tanto con el contenido como con la situación es esencial para el pensamiento crítico.
5.- Pedir a los alumnos que enuncien preguntas acerca del contenido a enseñar para las que tú mismo no tienes la respuesta o que sean controvertidas.
6.- Dar tiempo a los alumnos para pensar. Si esperas lo suficiente, alguien ofrecerá una respuesta.
7.- Etiquetar esa respuesta con el nombre del alumno, ya que de ese modo el alumno recibe atención y asume cierta responsabilidad. Escribir la opinión en la pizarra (no te preocupes por la pérdida de tiempo que esto supone. En realidad, da una oportunidad a los alumnos a pensar acerca del tema). Animarles a que hablen acerca de las opiniones de los otros dando razonamientos. De nuevo hay que dar un tiempo de espera.
8.- Pedirles que escriban su postura, proporcionando las razones que apoyan lo que piensan, haciendo explícito el conocimiento de las opiniones contrarias y la debilidad de sus propias opiniones. Limitar esto a una extensión de una a tres páginas.
9.- Hacer que lean lo que han escrito otros y que hagan sugerencias. Dejarles entonces que revisen sus opiniones.
10.- Buscar otros mecanismos para que repasen lo que han escrito. Después, el profesor lee los trabajos de los alumnos.
11.- Proporcionar a los alumnos criterios para juzgar la exposición escrita de su postura y la de otros compañeros.
12.- Intentar transferir la responsabilidad de lo expuesto anteriormente para que puedan usarlo en tras situaciones.
13.- Estar preparado para posponer esta cesión de responsabilidad si no se han comprendido los pasos anteriores. Tu principal enemigo es intentar recorrer demasiado trecho demasiado rápido.
14.- Animar a los alumnos para que trabajen distintos temas en grupo: cada grupo debe dar cuenta de su trabajo al resto de la clase y cada persona debe mostrar a sus compañeros qué ha hecho dentro del grupo.
15.- Organizarlo de modo que, ya sean ellos o tú, hagan explícitos los principios del pensamiento crítico.
16.- Enseñar para la transferencia, enseñando de manera práctica a través de los ejemplos, de los cuales algunos deben estar especialmente pensados para este fin. Llamar su atención o pedir que ellos mismos atiendan a cómo se aplican en dichos ejemplos los principios del pensamiento crítico.
Echemos un vistazo a lo que nos aconseja Ennis en la educación del pensamiento crítico.
2.- Poner de relieve la búsqueda de razones y evidencias. Preguntar frecuentemente "¿por qué?" de un modo no amenazante (tanto si estás de acuerdo con los alumnos como si no y, por supuesto, cuando estás inseguro) o estás intentando averiguar qué es lo que quieren decir. Otra buena pregunta es "podrías decir algo más?". Preguntar "¿por qué?", aunque es el modo más conciso de descubrir los motivos, es a veces amenazador.
3.- Dar importancia a que vean las cosas desde el punto de vista de los otros y a que sean abiertos (es decir, a que reconsideren cl asunto si aparecieran otros elementos de juicio).
4.- Los alumnos no necesitan convertirse en expertos en el asunto a tratar antes de empezar a aprender a pensar críticamente sobre dicho asunto. Ambas cosas pueden ir juntas, prestándose ayuda mutua. Los alumnos aprenderán así mejor los contenidos. Pero, por supuesto, en última instancia la familiaridad tanto con el contenido como con la situación es esencial para el pensamiento crítico.
5.- Pedir a los alumnos que enuncien preguntas acerca del contenido a enseñar para las que tú mismo no tienes la respuesta o que sean controvertidas.
6.- Dar tiempo a los alumnos para pensar. Si esperas lo suficiente, alguien ofrecerá una respuesta.
7.- Etiquetar esa respuesta con el nombre del alumno, ya que de ese modo el alumno recibe atención y asume cierta responsabilidad. Escribir la opinión en la pizarra (no te preocupes por la pérdida de tiempo que esto supone. En realidad, da una oportunidad a los alumnos a pensar acerca del tema). Animarles a que hablen acerca de las opiniones de los otros dando razonamientos. De nuevo hay que dar un tiempo de espera.
8.- Pedirles que escriban su postura, proporcionando las razones que apoyan lo que piensan, haciendo explícito el conocimiento de las opiniones contrarias y la debilidad de sus propias opiniones. Limitar esto a una extensión de una a tres páginas.
9.- Hacer que lean lo que han escrito otros y que hagan sugerencias. Dejarles entonces que revisen sus opiniones.
10.- Buscar otros mecanismos para que repasen lo que han escrito. Después, el profesor lee los trabajos de los alumnos.
11.- Proporcionar a los alumnos criterios para juzgar la exposición escrita de su postura y la de otros compañeros.
12.- Intentar transferir la responsabilidad de lo expuesto anteriormente para que puedan usarlo en tras situaciones.
13.- Estar preparado para posponer esta cesión de responsabilidad si no se han comprendido los pasos anteriores. Tu principal enemigo es intentar recorrer demasiado trecho demasiado rápido.
14.- Animar a los alumnos para que trabajen distintos temas en grupo: cada grupo debe dar cuenta de su trabajo al resto de la clase y cada persona debe mostrar a sus compañeros qué ha hecho dentro del grupo.
15.- Organizarlo de modo que, ya sean ellos o tú, hagan explícitos los principios del pensamiento crítico.
16.- Enseñar para la transferencia, enseñando de manera práctica a través de los ejemplos, de los cuales algunos deben estar especialmente pensados para este fin. Llamar su atención o pedir que ellos mismos atiendan a cómo se aplican en dichos ejemplos los principios del pensamiento crítico.
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